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Los milagros del cariño

Los milagros del cariño
Siempre ha estado a mi lado, haciendo todo lo que necesitaba y siento que a ella le debo la vida.


Por: Fernando Pascual, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org



Jan Grzebski era un trabajador de ferrocarriles en Polonia. En 1988, cuando tenía 46 años, tuvo un accidente que le provocó un fuerte trauma craneal.

Después de una primera recuperación, fue empeorando hasta llegar a una especie de estado de coma que le impedía comunicarse con sus allegados. Los médicos no dudaron en sentenciar que la muerte llegaría en poco tiempo o, como máximo, después de dos o tres años.

Su esposa Gertruda, en cambio, esperaba que la curación podría llegar en el futuro. Por eso buscó ofrecer a su esposo los mejores tratamientos que tenía a su alcance.

Un año, y otro, y otro, y Jan seguía en cama, sin comunicarse con el mundo de quienes le rodeaban. Hasta que, después de 19 años, en 2007, llegó el “milagro”: ¡Jan había despertado! Gesticulaba, miraba, hablaba. Pudo conocer, así, a los 11 nietos nacidos de sus 4 hijos. Sobre todo, pudo agradecer el cariño que había recibido durante todos esos años.

Al ser entrevistado por la televisión polaca, Jan declaraba: «Sé que debo mucho al hospital, pero sobre todo siento un agradecimiento indecible a mi esposa, que durante 19 años no me ha abandonado ni un momento. Siempre ha estado a mi lado, haciendo todo lo que necesitaba y siento que a ella le debo la vida».

Se dice rápido. Pero pasar 19 años, día tras día, junto a un enfermo que necesita prácticamente de todo, no es nada fácil. Por eso Gertruda muestra ese lado magnífico de los corazones buenos que se desviven por los demás. Especialmente cuando el necesitado es de casa, el propio esposo: alguien a quien había prometido amor en la salud o en la enfermedad, en los buenos o en los malos momentos.

Quizá los médicos digan que no hubo “milagro”, que la ciencia es capaz de explicar la recuperación de Jan. Seguramente tendrán razón. Pero no podrán negar que es inmensamente grande y bello el gesto de Gertruda y de tantas miles de personas que, como ella, dan lo mejor de sí mismos, día a día, en el cuidado de aquellos a los que aman. ¿No son sus desvelos “milagros” maravillosos, milagros de cariño que llenan de esperanza el mundo entero?

Con datos tomados de La Nación, Argentina, 3 de junio de 2007


Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a: buenasnoticias@arcol.org

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