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Un regalo a Juan Pablo II

Un regalo a Juan Pablo II
Juan Pablo II nos ha regalado su vida. Démosle un regalo el día que será enterrado en San Pedro. Cuatro ideas que seguramente alegrarán a Jesucristo y a nuestro amado Juan Pablo II


Por: Juan Antonio Ruiz | Fuente: Buenas Noticias




Once horas le llevó al pequeño grupo de españoles llegar hasta el cuerpo yaciente del Obispo de Roma. Habían venido desde Madrid para acompañar en su último viaje al Papa: el paso a la eternidad. Cuando por fin lo vieron, sereno y recostado, todos sintieron un nudo en la garganta e incluso varios lloraron.

Quisieron quedarse y cantarle algo, la “Salve Rociera” o el “No te vayas todavía”, pero un amable acomodador les pidió que pasaran rápido: miles de personas, detrás de ellos, aún esperaban su turno. Dieron, pues, la vuelta y se marcharon.

Como este grupo, más de un millón de personas han recorrido un largo camino para poder rendir homenaje al que fuera su Padre y Amigo durante casi 27 años. Ahora más que nunca se palpa cómo la santidad mueve.

Tal vez muchos de ustedes no han podido venir a Roma; pero, como todos, habrán llorado la muerte de nuestro querido Papa. No obstante, hay una pregunta que con frecuencia me ha lacerado el alma a lo largo de estos días: ¿cuántos realmente nos hemos hecho el propósito de ser los cristianos que el Papa siempre soñó? Ruego a Dios que seamos la mayoría, si no todos. Juan Pablo II siempre nos pidió un cambio de vida y lanzarnos a amar a Cristo. No hay que dejar de lado las lágrimas y el dolor, pero debemos hacer hincapié en lo principal.

Por ello, quisiera, a través de este artículo, unirme a una iniciativa que un grupo de jóvenes ha propuesto como una muestra final de amor filial al Papa: darle este viernes, día en que será enterrado, nuestro último regalo, dividido en cuatro apartados:

1. Dado que el Santo Padre murió en el año de la Eucaristía y en la fiesta de la Divina Misericordia, démosle a Cristo un puesto singular a través de la confesión, para poder acompañar así al Papa con nuestra fervorosa comunión el día viernes.

2. Alcanzar una indulgencia plenaria con algún acto de adoración Eucarística de acuerdo con lo que el Papa aprobó para este Año de la Eucaristía.

3. Cuando Juan Pablo II partió, era sábado primero de mes, día dedicado a la Santísima Virgen María: sería un gran regalo para el Papa rezar el rosario, solos o en familia.

4. Juan Pablo predicó constantemente acerca de la Caridad. Regalemos al Papa un acto de caridad cristiana para con nuestro prójimo: perdonar a quien nos ha ofendido o hecho el mal, practicar la benedicencia (hablar bien de los demás), alegrarle el día a los miembros de la familia, ayudar a algún conocido a acoger la fe, …

¿Que no es fácil? ¡Nadie lo niega! Pero, como el grupo de españoles que se acercó esta mañana a ver el cuerpo de Juan Pablo II, no podemos quedarnos quietos. ¡Cuántas veces le gritamos cuando aún estaba en vida: «Juan Pablo II, te quiere todo el mundo»! Pues bien, si de verdad le queremos, demostrémoslo en la forma que, estoy seguro de ello, él quiere que lo hagamos: abramos de par en par las puertas de nuestro corazón a Cristo. ¡NO TENGAMOS MIEDO!



Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a: buenasnoticias@arcol.org

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