Menu



Una vida por la Vida

Una vida por la Vida
Defender la vida supone siempre amor, dedicación, inteligencia y corazón de mujer.


Por: Vicente D. Yanes, L.C. | Fuente: www.buenas-noticias.org





En nuestros días son innumerables los premios y galardones que se promueven: artísticos, deportivos, científicos, culturales, cívicos, humanitarios… Los motivos son muy variados. Sin embargo, una característica común a todos ellos es que, por lo general, el reconocimiento llega a sus protagonistas tras largos años de preparación y de entrega.

Este 14 de mayo, la florentina Lucía Barocchi recibió el premio “Una vita per la vita 2009”. La facultad de Bioética del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (www.upra.org), quiso fundar con ello una tradición para homenajear a aquellos hombres y mujeres que más se han distinguido en la defensa y promoción de la vida. No pudieron haber elegido a nadie mejor para su primera edición.

Lucía Barocchi nació el 16 de mayo de 1922 en Florencia, Italia. En 1945, concluida la sangrienta segunda guerra mundial se casó con Carlo Barocchi, con quien trabajó en la prestigiosa joyería Barocchi, sobre el Ponte Vecchio. En este matrimonio ejemplar que duró 62 años hasta la muerte de Carlo no hubo hijos. En un principio fue muy costoso para ambos…

En 1950 Lucía se encontró con uno de lo santos más conocidos y amados del siglo XX: el padre Pío di Pietrelcina, de quien fue hija espiritual hasta su muerte (1968). No fue un encuentro casual. Lucía, que entonces se encontraba muy alejada de la fe, tardó varios días antes de tener su oportunidad de saludar al santo capuchino. «¡Mi esposo y yo queremos tener un hijo!». Respuesta: «No, querida hija. Eso no lo quiere Dios».

¿Dios no lo quería? ¿Cómo podía ser eso? Era duro aceptar esa prueba. Pero Dios ya había hecho renacer, primero en Lucía y años más tarde en Carlo, el don sobrenatural de la fe.

«¿Adoptamos un hijo?». Tampoco eso entraba en los planes de Dios. Él les tenía preparada otra misión: quería confiarles no un niño ni dos, ni tres, sino todos; los más posibles. Lucía y Carlo se dieron cuenta de que Dios les había unido para ser los padres de los hijos “sin padres”. Desde ese momento el matrimonio Barocchi se mantuvo atento para socorrer a esas madres jóvenes que se debatían entre la vida de su pequeño y el aborto.

Una a una, las mujeres y los bebés beneficiados por ellos comenzaron a contarse por decenas. En 1960 fundaron la Casa Santa Lucía y sólo en ese año fueron 66 las madres que recibieron una mano amiga para tener a sus hijos. Cuatro años más tarde, junto con otros laicos comprometidos, Lucía fundaba el Comité Italiano por la Vida.

Para promover la vida y defender a los más indefensos, el ingenio de Lucía no ha conocido límites. Con su natural disposición y gusto por el arte y sobre todo por su celo y por su amor por cada mujer y por cada niño, Lucía no ha escatimado ningún recurso: pósters, tarjetas, folletos, vídeos, de todo.

Su cuaderno ilustrativo “La vida humana: la primera maravilla” (1987) se ha traducido ya en 16 lenguas y supera los seis millones de ejemplares (existe también un vídeo que sigue el texto del mismo, que puede solicitarse al Centro Documentazione e Solidarietà –fundado por Lucía– escribiendo a cedocsol@hotmail.com).

Con su material informativo de sensibilización ha contribuido a salvar cientos de vidas en todos los países de Europa y en muchos otros lugares como Israel, Corea, Australia, Canadá, Colombia, México, Brasil…

«En dos días cumplo 87 años. Hay dos cosas que me gustaría decir: Primero, tengan ideales suyos, ideales fuertes. Defiéndanlos. No se preocupen de ser impopulares. A los 87 años no hay otra cosa que pueda darles una alegría mayor. En segundo lugar: todo lo que hagan, háganlo con una sonrisa. Y no se olviden de que en la vida uno no es grande por lo que hace sino por el amor con el que vive».

En la entrega del premio “Una vita per la vita 2009” se reconocían estas virtudes en la entrega de esta “Mater ad honorem”: amor, dedicación, inteligencia y corazón de mujer. Defender la vida supone siempre estas cuatro cosas. Por todas ellas la celebramos y una vez más le decimos ¡Felicidades, Lucía, y muchas gracias por tu ejemplo!

Califica el artículo:


Si quieres comunicarte con el autor, envía un mensaje a: buenasnoticias@arcol.org

Regala una suscripción totalmente gratis http://es.catholic.net/buenasnoticias/regalo.php

Suscríbete por primera vez a nuestros servicios
http://es.catholic.net/buenasnoticias









Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |