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¡Hasta pronto!

¡Hasta pronto!
Píldora del día después.


Por: Marco Antonio Batta | Fuente: Buenas Noticias




Hola, soy de una ciudad inglesa llamada Pontprennau. La primera tienda que visité en mi vida fue una farmacia de la cadena Asda. Mi papá, Andy, y mi mamá, Sarah Sutton, me llevaron allí, aunque ellos no lo sabían. Yo no veía nada, todo estaba obscuro, pero sí escuchaba las voces. Por eso supe que estábamos en una farmacia. Estaban a punto de cerrarla. Mamá dijo:

– Señorita, necesito un anticonceptivo de emergencia.
– ¡Ah! -le respondió la chica- quiere decir, una píldora “del día después”.
– Así es.
– Un momento, por favor.

Escuché los pasos de la chica que se alejaba. En eso papá dice a mamá: «no cabe duda, mi vida, el sexo seguro no existe… ¡Qué pena, un día de san Valentín echado a perder!». Mamá respondió con tono tranquilizador: «No te preocupes, aún estamos a tiempo». Volvió la chica:

– Me da mucha pena, pero la responsable de turno me ha dicho que no les puede vender este medicamento.
– ¿Por qué? -preguntó mi mamá un poco extrañada-.
– No lo sé -repuso la señorita- sólo me ha dicho que no puede hacerlo.

En ese momento sentí un gran alivio. Mi mamá pidió hablar con la responsable, pero ésta se negó. Entonces pidió que escribiera en un papel la razón por la que no quería venderle la píldora. La señora, que estaba al fondo de la tienda, la miró y comentó que no podía hacerlo debido a sus sólidos principios morales.

Mi mamá se sintió ofendida -esto lo confesó más tarde en un programa de la BBC llamado X-Ray- porque le pareció que le estaban diciendo que, en el fondo, ella no tenía principios morales sólidos. La señorita encargada del mostrador, con amabilidad, dijo a mi mamá que podría tratar de comprar la píldora en otra farmacia. Salimos en medio de la noche y de una fina lluvia…

Por fortuna, ese día no encontramos ninguna farmacia abierta. Mamá no pudo tomar la píldora sino hasta la mañana siguiente. Cuando la tomó, yo ya me había adelantado (je, je). Así que están todos invitados a mi bautizo, el próximo mes de noviembre…

Por cierto, eso del «anticonceptivo de emergencia» es una tomadura de pelo. No existe. La píldora del día después altera las hormonas de la mujer para que, en caso de haber concepción, el embrión no se pueda anidar en el útero, sino que se desaloje en la siguiente menstruación. Es un aborto que nadie ve; bueno, casi nadie porque Dios y el embrión sí lo ven.

Me despido esperando poder conocerles algún día. ¡Ah!, por cierto, aprovecho para darle las gracias a la responsable de la Farmacia Asda de Pontprennau por haberme salvado la vida. ¡Hasta pronto!

Con información de BBC 4 jul 2005 (http://news.bbc.co.uk)



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