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Qué es un Obispo.

Qué es un Obispo.
El que escucha al Obispo crece en la "inteligencia de la fe", porque ellos poseen, por la sucesión apostólica, el "carisma de la verdad" (Cat. Igl. Cat. Nº 94, final)


Por: Gustavo Daniel D´Apicee | Fuente: Ediciones "Dialogando"



¿Qué es un Obispo?

Lo primero que tenemos que decir es que es un sucesor, aún histórico, de los 12 Apóstoles de Jesús, que compartieron su vida desde su Bautismo en el Río Jordán y fueron testigos de su resurrección corporal incorruptible. Esto en el seno de la Iglesia Católica.

Otras Iglesias y denominaciones emplean también este título en la forma de autoridad, de el o la que realiza este servicio para la comunidad, ya que no hay comunidad sin autoridad, ya que ésta es la forma de aquella. Sino sería un simple grupo de personas. Entonces el que nuclea las autoridades de las diversas comunidades recibe este título, que en su etimología, es decir, en su significado como palabra, quiere decir “guardián”, o “el que vigila o supervisa”.

Volvamos al Obispo entre los cristianos católicos. Al ser sucesor de alguno de los 12 Apóstoles de Jesús, se le encomienda una porción de la grey del Señor, a la cual se la llama diócesis, o arquidiócesis. Las diócesis se reúnen para su mejor labor evangelizadora en Provincias Eclesiásticas.

Al frente de este grupo está la Arquidiócesis. Por ejemplo, San Juan es una Arquidiócesis, y trabajan con ella Mendoza, San Rafael, San Luis y La Rioja, que es la zona del Nuevo Cuyo. Éstas diócesis son sufragáneas de San Juan, es de ir, dependen de su jurisdicción, aunque no en todo, sino en la organización de algunas tareas comunes o eventos. Quien está al servicio de una Arquidiócesis presidiéndola, se denomina Arzobispo, que no es más que un Obispo en cuanto al sacramento del orden que recibió, pero con mayor capacidad de jurisdicción, aunque no de injerencia directa en las otras diócesis.

Todo Obispo o Arzobispo es representante (o Vicario), de Jesús Resucitado en su diócesis o arquidiócesis. No son representantes del Papa, que en cuanto al sacramento del Orden es un Obispo igual que ellos, sino del mismo Jesús en el lugar que les ha sido encomendado, aunque para serlo auténticamente (en forma lícita y válida), deben estar en comunión con sus demás hermanos Obispos y con el Obispo de Roma.

El primer Obispo de Roma fue Pedro Apóstol. Él era el moderador del Colegio Apostólico, es decir, del grupo de los 12 Apóstoles. Su sucesor en el cargo de Obispo de Roma, continúa siendo el servidor de la unidad no ya del Colegio Apostólico, sino del Colegio Episcopal, es decir, del grupo de los Obispos, y por ello pasa a ser el Jefe de la Iglesia Universal, el Papa, Su Santidad o Sumo Pontífice, como suele llamársele, con poder de jurisdicción sobre cada bautizado.

El Papa tiene Delegados para ciertas cosas concretas y especificadas para la ocasión. Él mismo es Vicario o representante de Jesús, pero en su caso, no sólo para su diócesis específica, Roma, para la cual sí tiene un Vicario(representante suyo) permanente, sino para toda la Iglesia, para todos los bautizados, para todos los que reconocen a Jesús como Rey y Salvador de sus vidas y creen en la Santísima Trinidad como Dios. Para los que tienen en la Biblia el libro revelado por Dios.

Algunos viven esta comunión más o menos intensamente que otros.

El cristiano que se dice católico, debería vivir la comunión en el sacramento del orden (con quienes sirven a la unidad o concordia del Pueblo de Dios, esencialmente en la sucesión apostólica), la comunión de fe (enseñanza, doctrina apostólica) y la comunión en los siete sacramentos instituidos por Jesús para comunicar la gracia o vida de Dios en diversas circunstancias (CEC 815).

La sucesión apostólica es ese proceso ininterrumpido de comunicación del servicio apostólico y episcopal a través de los tiempos, hasta llegar, desde los 12 Apóstoles de Jesús, hasta los Obispos de hoy que viven en comunión entre ellos y con el Santo Padre.

Los Obispos, como tienen la plenitud del sacramento del orden sagrado por la sucesión apostólica, pueden administrar válidamente el sacramento de la Confirmación (plenitud del Bautismo), y el sacramento del Orden Sagrado en sus tres grados (diáconos, presbíteros, obispos). El de la Confirmación pueden delegarlo por alguna circunstancia, pero el del Orden Sagrado nunca.

Son, por lo tanto, los únicos continuadores de la sucesión apostólica, aún en forma histórica.

Juan Pablo es el sucesor nº 265 de Pedro como Obispo de Roma y, por lo tanto, como servidor de la Iglesia toda.

Y con el Orden Sagrado, los Obispos hacen posible la continuación de la Eucaristía como presencia sacramental y substancial de Jesús Resucitado en este mundo (cfr. I Cor. 11, 23-26, el texto bíblico más antiguo de la Institución), y también hacen posible la continuación de la Reconciliación como sacramento del perdón de los pecados (cfr. Jn. 20,22-23).


Gustavo Daniel D´Apice
Profesor Universitario de Teología (UCA) - Auspicio Cultural 0086







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