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La libertad es personal. La elección también lo es. Nadie se entera. Se entera nuestra conciencia y se entera Él
Por: Marcel Mariner | Fuente: ForumLibertas
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El pasado miércoles día 20 de febrero se publicaba la noticia acerca del fallecimiento de
Evelyn Billings : El adiós de Evelyn Billings, pionera de la regulación natural de la fertilidad. En 1968 -después de un período eclesial debatiendo la cuestión de la regulación de la concepción- S.S. Pablo VI promulgó la encíclica Humanae Vitae . Esta encíclica fue uno de los frutos del Concilio Vaticano II; el libro del matrimonio australiano Billings, una de las aportaciones científicas en esta materia de la sexualidad.
Me quedó muy claro hace muchos años:
a) que todo acto sexual pertenece en exclusiva a la relación amorosa entre el esposo varón con su esposa mujer;
b) que todo acto sexual entre los dos debe estar abierto a la transmisión de la vida. Vale la pena reflexionar a menudo sobre esta carta magna de la sexualidad.
Esta carta encíclica dejó claramente establecido que todo acto sexual debe estar abierto a la transmisión de la vida humana y que para ello los esposos deben proceder con generosidad y cabeza, con oposición a cualquier planteamiento conyugal anticonceptivo y acto individual contraceptivo.
El Sí a la Vida parte tanto de la intencionalidad de cada acto sexual legítimo como en su forma de ejecución. Cabeza quiere decir ser conscientes los dos de que los hijos no vienen de París dentro de un saco en el pico de una cigüeña. O lo que viene a ser lo mismo creer ingenuamente que en materia de hijos los que Dios quiera. Deben ser conscientes también los dos que como sermón espiritual no es suficiente apelar al dicho de que todo hijo viene con un pan bajo el brazo. Siendo como es así quienes viven su fe cristiana deben profundizar siempre en eso del acto sexual.
De lo contrario, por ignorancia culpable y no culpable, o por desafío abierto a Dios como el de Eva y Adán en el Paraíso cuestionando la Ley Natural, se produce, como se ha producido en todas partes, una oposición íntima a las leyes de la naturaleza consistente en disociar con excusas baratas- el acto de amor en su formalidad canónica de sus consecuencias naturales. El resultado familiar y social es la baja natalidad generalizada en nuestro entorno occidental y moderno.
Ha contribuido a ello la tentación constante de los sucesivos adelantos médico-farmacéuticos. Adquirir preservativos en las farmacias es algo asequible al bolsillo común. También todo lo relativo a la implantación de dispositivos intrateurinos en la mujer o la receta médica de píldoras contraceptivas. En un paso más adelantado existen dos intervenciones quirúrgicas de beneplácito ginecológico generalizado: la vasectomía en el varón y la ligadura de trompas en la mujer. Son irreversibles. ¿Dónde están los sermones en los templos?
La libertad es personal. La elección también lo es. Nadie se entera. Se entera nuestra conciencia y se entera Él. Pues lo ve todo en el cielo, en la tierra y en todas partes. Amén
Evelyn Billings : El adiós de Evelyn Billings, pionera de la regulación natural de la fertilidad. En 1968 -después de un período eclesial debatiendo la cuestión de la regulación de la concepción- S.S. Pablo VI promulgó la encíclica Humanae Vitae . Esta encíclica fue uno de los frutos del Concilio Vaticano II; el libro del matrimonio australiano Billings, una de las aportaciones científicas en esta materia de la sexualidad.
Me quedó muy claro hace muchos años:
a) que todo acto sexual pertenece en exclusiva a la relación amorosa entre el esposo varón con su esposa mujer;
b) que todo acto sexual entre los dos debe estar abierto a la transmisión de la vida. Vale la pena reflexionar a menudo sobre esta carta magna de la sexualidad.
Esta carta encíclica dejó claramente establecido que todo acto sexual debe estar abierto a la transmisión de la vida humana y que para ello los esposos deben proceder con generosidad y cabeza, con oposición a cualquier planteamiento conyugal anticonceptivo y acto individual contraceptivo.
El Sí a la Vida parte tanto de la intencionalidad de cada acto sexual legítimo como en su forma de ejecución. Cabeza quiere decir ser conscientes los dos de que los hijos no vienen de París dentro de un saco en el pico de una cigüeña. O lo que viene a ser lo mismo creer ingenuamente que en materia de hijos los que Dios quiera. Deben ser conscientes también los dos que como sermón espiritual no es suficiente apelar al dicho de que todo hijo viene con un pan bajo el brazo. Siendo como es así quienes viven su fe cristiana deben profundizar siempre en eso del acto sexual.
De lo contrario, por ignorancia culpable y no culpable, o por desafío abierto a Dios como el de Eva y Adán en el Paraíso cuestionando la Ley Natural, se produce, como se ha producido en todas partes, una oposición íntima a las leyes de la naturaleza consistente en disociar con excusas baratas- el acto de amor en su formalidad canónica de sus consecuencias naturales. El resultado familiar y social es la baja natalidad generalizada en nuestro entorno occidental y moderno.
Ha contribuido a ello la tentación constante de los sucesivos adelantos médico-farmacéuticos. Adquirir preservativos en las farmacias es algo asequible al bolsillo común. También todo lo relativo a la implantación de dispositivos intrateurinos en la mujer o la receta médica de píldoras contraceptivas. En un paso más adelantado existen dos intervenciones quirúrgicas de beneplácito ginecológico generalizado: la vasectomía en el varón y la ligadura de trompas en la mujer. Son irreversibles. ¿Dónde están los sermones en los templos?
La libertad es personal. La elección también lo es. Nadie se entera. Se entera nuestra conciencia y se entera Él. Pues lo ve todo en el cielo, en la tierra y en todas partes. Amén
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