El turismo, una realidad transversal: aspectos pastorales
Por: Pastoral del Turismo en Europa | Fuente: zenit.org
Conclusiones
1. Todos los participantes en la reunión son conscientes de que el anuncio de Jesucristo, el Señor, es el centro de toda pastoral, también de aquella del turismo, y de que toda su acción tiene como objeto-sujeto la persona humana. En continuidad con las indicaciones expresadas en las recomendaciones del Congreso mundial de Bangkok de 2004, dicha acción ha de ser creativa y realizada con ingenio pastoral.
2. El mismo turismo, realidad compleja y “signo de los tiempos”, requiere una nueva, si no es una primera evangelización, en quienes participan de distintos modos en ella, también debido a las nuevas formas con que se presenta hoy: escolar, congresual, sanitario, social, “misionero”, deportivo, de grandes eventos (jornadas mundiales de la juventud, acontecimientos deportivos, musicales,...).
3. Las Conferencias episcopales presentes en el Encuentro tienen el deseo de profundizar en la realidad humana del fenómeno turístico, que abarca tantos aspectos de la vida pastoral, por ser transversal, y porque incluye muchos ámbitos de la sociedad y de la misma Iglesia. Es preciso, sin embargo, tener presente que existen distintos modos de enfocar la pastoral del turismo en las Iglesias de Europa del Este y del Oeste.
4. Se ha constatado que, desafortunadamente, subsiste aún una percepción restrictiva del turismo, pues se relaciona sólo con los negocios y el bienestar, lo que dificulta una aceptación adecuada y un desarrollo necesario de la actividad pastoral en el sector.
5. Parece útil, donde todavía no existe, la creación de una estructura nacional capaz de coordinar lo que ya hacen muchas diócesis, para racionalizar y dar eficacia e importancia a la acción de la Iglesia.
6. En la sociedad europea secularizada y siempre más intercultural y multirreligiosa, el turismo puede llegar a ser un instrumento útil para divulgar los valores evangélicos (y dar a conocer los símbolos característicos de las raíces cristianas del continente), es decir, capaz de construir una sociedad más humana y pacífica. Incluso una visita turística bien dirigida, a las obras de arte y a los lugares históricos de la memoria, puede ser, de hecho, una catequesis natural.
7. Se hace prioritaria la necesidad de un proyecto de formación, incluso desde una perspectiva ecuménica y atenta a la dimensión religiosa, capaz de interactuar, en una especie de alianza, con los distintos sujetos interesados por el mundo del turismo (eclesiales, profesionales, institucionales, educativos, universitarios, empresariales,...), ofreciéndoles a todos nuestra experiencia.
8. Este carácter transversal de la acción puede llegar a ser una prueba de resistencia para la evangelización, pero también un testimonio de apertura, acogida, comunión y diálogo, tanto en el interior mismo de la comunidad eclesial, como en la relación Iglesia-mundo, a la luz de los textos del Concilio Ecuménico Vaticano II (Gaudium et spes).
9. De hecho, la acción de la Iglesia en el mundo del turismo, y su respeto por el carácter transversal, tiene varias correlaciones (por ej., entre distintos sujetos eclesiales, en el diálogo ecuménico, en el encuentro con las religiones) y se resume y traduce en la “acogida”. Esta última no consiste en un simple ofrecimiento de datos o noticias, sino en un estilo de colaboración, de encuentro, de entendimiento, capaz de derrumbar muros y empalizadas, y de construir puentes de solidaridad y de paz.
10. El carácter transversal del turismo revela la necesidad de encontrar un vínculo que permita darle un valor antropológico y moral, y también una dimensión universal, beneficiándose del Magisterio eclesial.
11. Los agentes y empresarios cristianos del turismo tienen una inmensa tarea por desarrollar, teniendo en cuenta su carácter transversal, para evitar que se salga del “cauce”, produzca negatividad en los sujetos nuevos o más débiles, o comprometa y siembre injusticia en una perspectiva de crecimiento.
12. Una mención y una atención particular merecen las peregrinaciones, sobre todo hacia metas que han contribuido a dar un rostro a Europa: el camino de Santiago, la vía Francígena, la red de los santuarios, los itinerarios de arte y de fe, en un continente tan rico de testimonios de sus raíces cristianas.
13. Una atención pastoral especial, con sus formas originales, merecen los trabajadores del sector turístico, absorbidos por su trabajo durante toda la alta temporada. Dichas formas de pastoral deben poner de relieve la solicitud de la Iglesia hacia ellos.
14. Desde la perspectiva de una estrategia pastoral de red o, mejor dicho, integrada, la pastoral del turismo encuentra en las comunidades eclesiales, y sobre todo en las parroquias, por su amplia presencia en el territorio, los sujetos de referencia y de síntesis.
Recomendaciones
15. Promuévanse las colaboraciones con las entidades civiles en los distintos niveles (Organismos internacionales, Comisión Europea, Gobiernos, Regiones, Municipios), en nombre de la importancia clave del hombre, teniendo presente que el turismo influye transversalmente en la cultura, la economía, la ecología, los estilos y la calidad de la vida de las personas, etc.
16. Habrá que fomentar, con otros sujetos eclesiales (centros misioneros, de pastoral juvenil, de la familia, de ancianos, de jubilados, de voluntariado), de modo transversal y con un espíritu de comunión, formas originales de turismo con un “rostro nuevo”: turismo gratuito; viajes a bajo costo; turismo en los países de misión; vacaciones de servicio en los países pobres; turismo ecológico; recorridos del silencio; hospitalidad en los monasterios o en los centros de oración.
17. Habrá que adaptar la realidad de la pastoral del turismo a la evolución de la sociedad y de la tecnología, con la creación, por ej., de un Observatorio interdisciplinario para un turismo de calidad (atento a todas las categorías sociales), formado por teólogos, sociólogos, juristas, economistas, agentes de pastoral, especialistas y técnicos, en comunión con los Pastores de la Iglesia.
18. Habrá que crear sinergias con las instituciones, en todos los niveles, para que la obra pastoral se realice en favor de todas las personas que viven del turismo o lo sufren.
19. Ante la realidad europea, marcada cada vez más por la movilidad de las personas, la misión de los sacerdotes y de otros agentes de pastoral debe ser siempre más cualificada, para adaptarse a una característica imposible de detener, que transforma las comunidades parroquiales, antes estables, en “lugares privilegiados de paso y de encuentro limitado en el tiempo”.
20. Estúdiese la posibilidad de caminos de formación para sujetos eclesiales en los planes de pastoral de las Iglesias locales, en los programas de los Seminarios, en una clave interdisciplinaria, y por lo tanto transversal, verificando con las Universidades católicas y estatales, con las Facultades teológicas y los Institutos de formación, así como con los Centros de investigación, la posibilidad de cursos, masters y seminarios de estudio sobre el turismo y su pastoral.
21. Se hace, por lo tanto, indispensable el estudio de los idiomas en la formación inicial, ojalá con stages en el exterior, con el fin de garantizar una “multifuncionalidad” de los futuros sacerdotes, en un ámbito siempre más intercultural.
22. En medio de la inquietud del hombre moderno, atemorizado por las calamidades naturales (calentamiento global, tsunami,...), es urgente que la Iglesia haga conocer su teología de la creación como base sólida para respetar y proteger, además de valorizar y apreciar, las bellezas y el orden del universo.
23. Será importante establecer mayores sinergias con las asociaciones profesionales (hoteleros, responsables, guías, agentes de turismo, trabajadores del sector, incluso estaciónales,...) para realizar acuerdos comunes con miras a la promoción de un turismo de calidad.
24. En la pastoral del turismo, tanto en la acogida a los visitantes como en la preparación de los fieles al viaje, habrá que señalar también las injusticias respecto a los que son explotados y experimentan la violación de sus propios derechos, como es el caso de los trabajadores sin protección, de las mujeres, y sobre todo de los menores.
25. La formación de guías o acompañantes debe contemplar, igualmente, la posibilidad de presentar el cristianismo a los turistas que no creen en Cristo.
26. Habría que enfocar mejor el arte de viajar, y además de poner atención a su dimensión de recreo y a su aspecto lúdico, considerar también aquella más sabia de investigación, descubrimiento, curiosidad cultural, en la que el turista puede experimentar una especie de espiritualidad del tiempo libre.
27. El turismo es una posibilidad que se ofrece para reflexionar sobre la realidad del tiempo y animar a los cristianos que están de vacaciones a conciliar el tiempo de descanso con la riqueza de la celebración religiosa, sin limitarla a la Misa del domingo.
28. Por lo que se refiere a la problemática planteada por los matrimonios celebrados en localidades turísticas, es tarea de los Obispos locales darle una respuesta collatis consiliis con los Obispos de los territorios de procedencia de los turistas.
29. Es deseable la creación de un website a nivel europeo, centrado pastoralmente, al que todos puedan acceder y también contribuir. Son importantes las palabras claves: “pastoral” y “turismo”, para acceder más fácilmente. Se ha sugerido comenzar a nivel nacional.
30. Por lo que se refiere a la pastoral del turismo en la ciudad de Roma, eje de la cristiandad, en colaboración también con las autoridades competentes de la Santa Sede, algunos estiman necesario para los peregrinos que participan en la Audiencia del Papa, la posibilidad de lugares de asistencia organizados para las celebraciones eucarísticas de carácter “internacional”.
Además, con el objeto de que todos los peregrinos puedan comprender inmediatamente en su propio idioma las palabras del Santo Padre, se ha propuesto la utilización de material apropiado (pantallas gigantes con el texto en distintos idiomas, radios portátiles,...).
31. Debido a las dificultades de algunas Iglesias locales por la gran afluencia de turistas durante la alta estación y la falta de sacerdotes, se desea que las Conferencias episcopales de Europa dotadas de personal y medios más numerosos, manifiesten su solidaridad para que no falte la asistencia de sacerdotes en la temporada de vacaciones. Ellos podrían proporcionar así un útil servicio pastoral, combinándolo con el necesario descanso.
32. Es deseable, en la medida de lo posible, la participación del Pontificio Consejo en acontecimientos vinculados a la pastoral del turismo promovidos por las Conferencias episcopales de los distintos países.