Roma, Jun 08, 2011




En un artículo publicado el 8 de junio en L’Osservatore Romano titulado "La verdadera cura es la prevención", el experto responde así al llamado "Comité Global de Políticas Antidrogas" que sugirió el pasado 2 de junio despenalizar el consumo de la marihuana como una medida para la lucha contra las drogas.

En este grupo participan el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso; el ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, el ex presidente colombiano César Gaviria, el ex presidente mexicano, Ernesto Zedillo, la ex mandataria suiza Ruth Dreifuss, el escritor mexicano Carlos Fuentes y el peruano que obtuvo el premio Nobel de Literatura 2011, Mario Vargas Llosa; entre otros.

El médico italiano explica que existen dos grupos de promotores de la despenalización: unos que usan los medios televisivos para tener más audiencia y otros como el comité, que creen que "liberalizando la droga se reduce el mercado de la delincuencia".

"Se equivocan ambos: –precisa– los primeros porque especulan de mala fe con la debilidad de la adolescencia, los segundos porque la liberalización no ha hecho desaparecer, por ejemplo, los juegos de azar clandestinos y no ha reducido el consumo de alcohol".

Para el experto, "la droga no es en primer lugar un problema de delincuencia sino de un vacío de desesperanza y de proyección, colmado de una felicidad artificial que destruye el cerebro".

Tras citar dos recientes estudios internacionales, uno en Suiza y otro en Reino Unido, que muestran los efectos nefastos de la droga en los jóvenes, el Dr. Bellieni recuerda que en julio de 2007 el diario Lancet "mostraba que eliminando la marihuana, la psicosis de la población disminuiría en un 14 por ciento".

Por estos motivos y por el fracaso de las políticas despenalizantes, la American Academy of Pediatrics "se pronunció claramente contra la liberalización de la cannabis (marihuana). A causa de sus efectos en los jóvenes, además del riesgo de tumores, es contraria a la idea de una cannabis terapéutica, que un último análisis se revela solo como una puerta abierta a la liberalización más que como un arma real contra el dolor".

El experto explica luego que no se puede comparar la droga al vino o al tabaco porque el primero es un alimento y el segundo "no hacer perder la cabeza" como sí lo hace la marihuana.

En este sentido, advierte, "la liberalización de una sustancia nociva termina por hacer sentir injusta la lucha contra las otras. Y puede ser querida solo por una ideología rancia, la de aquellos veteranos de la contestación, que todavía predican la falta de responsabilidad, ignorando el llanto de las víctimas de los accidentes de tránsito causados por jóvenes drogados, los lamentos de los padres de suicidas o las lágrimas de los intoxicados acabados, cuando en el mejor de los casos, están en algún centro de rehabilitación".

Para el médico italiano, esta perspectiva que busca la despenalización del consumo de marihuana "es la ideología de quien, como escribía Pier Paolo Passolini, ha jugado a hacerse el revolucionario y, llegado a la vejez, se acuerda de ‘haber servido al mundo contra el cual, con celo, ha llevado adelante la lucha’. Y regala a los jóvenes solo soledad, llena de droga".

El Dr. Bellieni califica esta manera de pensar como una "ideología coja" que fracasa en la lucha y cuyos resultados se ven en Holanda, donde con políticas de apertura a las drogas desde 1976 se ha triplicado el consumo de marihuana y heroína; o en Suiza, donde experimentos similares "han terminado en rotundos fracasos".

"La sed de significado y de amor –concluye– no se colma con alcohol o droga. Así solo se crea marginación".