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Derechos de la mujer (II)

Derechos de la mujer (II)
La diferenciación sexual no es obstáculo para la igualdad de derechos en el hombre y la mujer.


Por: P. Jorge Loring | Fuente: Para Salvarte



La mujer debe ser femenina, y el hombre masculino. Cada uno tiene su tarea en la vida, en la reproducción humana y en el servicio de la Iglesia, etc.

La igualdad de derechos de la mujer y el hombre tiene aspectos muy razonables. No se ve por qué una mujer que realiza el mismo trabajo que el hombre y con la misma perfección, no va a tener el mismo sueldo. Afortunadamente esta discriminación se va acabando.
Pero hay cosas en que el hombre y la mujer son distintos. El mismo cuerpo humano demuestra la distinta misión específica de cada uno. El hombre tiene los hombros más anchos que la mujer, pues está hecho para la fuerza. En cambio la mujer tiene las caderas más anchas que el hombre, pues está hecha para la maternidad.
La igualdad de derechos es lógica ante la ley.
En teoría, todos los seres humanos, hombres y mujeres, pueden ser jueces, médicos o taxistas. Pero sólo las mujeres pueden dar a luz un hijo. Y esto por biología y por naturaleza. Porque Dios lo ha hecho así.
Por eso el hombre y la mujer son distintos corporal y psicológicamente. Negar esto es un desconocimiento de la psicología humana.
Las feministas quieren ser en todo como los hombres. Esto es una equivocación. Y además, con esto, demuestran su complejo de inferioridad. Por eso quieren ser como los hombres.
La mujer no es inferior al hombre. Es distinta.
Es evidente que hay cosas más propias del hombre, y otras para las que la mujer está más capacitada. Ignorar las diferencias entre el hombre y la mujer demuestra un desconocimiento total de psicología.

Ordinariamente, y en igualdad de circunstancias, prevalece:

EN EL HOMBRE EN LA MUJER
La razón...............El sentimiento.
La reflexión...........La intuición.
La lógica..............El atractivo.
El realismo............La fantasía.
La ciencia.............La religión.
El estudio.............La oración.
Emprendedor............Hogareña.
El descuido............El orden.
La acción..............El amor.
El trabajo.............La familia.
El apetito.............La maternidad.
La reserva.............La comunicación.
La eficacia............El detalle.
La personalidad........La belleza.
La estabilidad.........La moda.
La técnica.............La decoración.
La comodidad...........La estética.
La sinceridad..........El disimulo.
La brusquedad..........La sensibilidad.
Los gritos.............Las lágrimas.
La violencia...........La resignación.
La fuerza..............La resistencia.
La audacia.............La prudencia.
El valor...............El miedo.
La fuerza..............La dulzura.
La fortaleza...........La delicadeza.
La energía.............La astucia.
La imposición..........La sugerencia.
El mando...............La sumisión.
La firmeza.............La docilidad.
La tenacidad...........La paciencia.
La intransigencia......La tolerancia.
La justicia............La indulgencia.
La protección..........La servicialidad.
La galantería..........La admiración.
La obsequiosidad.......El cariño.
El egoísmo.............La generosidad.
El flirteo.............El coqueteo.
El sexo................La ternura.
La lascivia............El pudor.
La conquista...........La seducción.
La iniciativa..........La receptividad.

Puede haber excepciones, pero estas cuarenta diferencias son frecuentes.
No de modo exclusivo, sino predominante.

«Se ha dicho que la diferenciación sexual de los “caracteres” no serían naturales sino culturales, etc. La objeción no resiste un mínimo examen de los datos obtenidos por la antropología cultural. Es cierto que una educación dirigida expresamente a ese fin puede conseguir masculinizar a la mujer y feminizar al hombre. Pero si se deja obrar a la naturaleza, la diferenciación sexual es inmediata y clara. Por eso, en millares de culturas estudiadas, la mujer y el hombre tienen la psicología que corresponde a los caracteres sexuales primarios y secundarios. Antropológica e históricamente esta conclusión está demostrada por los hechos. Las “amazonas” son un mito; y es significativo que no exista un mito equivalente para los hombres. El mito de las “amazonas” equivale a las utopías feministas de hoy.
»Nunca mejor empleada la palabra utopía: algo que no existe ni puede existir en ninguna parte. En efecto, el feminismo radical desea una total igualdad entre el hombre y la mujer: igualdad biológica, fisiológica, completa. Como esta igualdad no es posible pese a todos los esfuerzos de las feministas, se busca una igualdad cultural: se tiende a vestir como los hombres (o a que no haya diferencias entre la indumentaria femenina y la masculina), y a hablar como los hombres: si era costumbre social que los hombres utilizasen a veces un lenguaje malsonante -el taco- las feministas lo imitarán servilmente.
»El feminismo radical no depende sólo de la situación de una cultura, ya que feminismo ha habido en otras épocas. Se trata de un comportamiento psicológicamente patológico, que no acepta la diferente constitución biológica del hombre. La desigualdad sexual hombre-mujer le parece una injusticia de la naturaleza que es preciso corregir. Pero, como esto no es posible, los movimientos feministas radicales intentan compensarlo con reivindicaciones exaltadas, típicamente femeninas para mayor ironía.

»Hacen falta mujeres-madres.
»La política la pueden llevar los hombres solos.
»La técnica la pueden llevar los hombres solos.
»La información, la pueden llevar los hombres solos, etc., etc., etc.
»Pero la humanidad no puede subsistir sin mujeres-madres.

«Cualquier mujer puede llegar a ser una conductora, como cualquier hombre. Pero sólo a la mujer se le ha dado ser madre» 26.

La actriz Nati Mistral dijo en una entrevista que le hizo Amilibia: «Ser madre es la gloria más grande para una mujer. Hay que respetar al ama de casa más que a nadie»
27.

»La diferenciación sexual masculina y femenina no es obstáculo, en absoluto, para la defensa de la más completa igualdad de derechos en el hombre y la mujer, ya que varón y mujer cumplen plenamente con el contenido biológico y ético del ser humano. La misma diferenciación no es inconveniente para que en determinadas épocas la mujer realice trabajos y funciones hasta entonces sólo confiados a los hombres»
28.

26.
SIGRID UNSET: en INTERNET, www.mujer nueva.org (15-XII-2000). regresar
27. Diario LA RAZÓN del 30-XI-99, pg.80 regresar
28. RAFAEL GÓMEZ PÉREZ: Problemas morales de la existencia humana, lV, lll, 2. Ed. Magisterio Español. Madrid, 1981 regresar

Para consultar el texto completo:

Derechos de la mujer (I)

Derechos de la mujer (III)







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