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Dios es comunicación
El vínculo entre Dios y la comunicación no está ligada al surgimiento y desarrollo de los medios masivos. El P. Felipe Santos nos da una interesante guía del origen de esta relación entre el hombre y la divinidad.


Por: P. Felipe Santos sdb | Fuente: .



Desde siempre Dios se caracteriza por su voluntad de comunicación. A todas las criaturas animadas e inanimadas da la existencia o la vida. Con el hombre entabla relaciones privilegiadas.

" Dios, desde tiempos antiguos ha hablado de muchas maneras al hombre por medio de profetas y, últimamente, ha hablado por medio de su Hijo" (Hebreos, 1,1-2).

El Verbo de Dios es, por su misma naturaleza, palabra, diálogo y comunicación. Ha venido a restaurar, por una parte, la comunicación y la relación entre Dios y los hombres, y, por otra, la de los hombres entre sí.

Dios se expresa a través de palabras humanas y acontecimientos de la vida de los hombres sin violentar la libertad de los actores. Su lenguaje no es nada fácil al principio pero tiene un significado profundo.

Para recibir el mensaje que la Biblia nos transmite, no hay mejor medio que acudir al mismo relato. Para el autor bíblico, la importancia de la vida peregrinante de los antepasados del pueblo de Israel revela algo más que el simple nomadismo.

La Biblia está enraizada en la historia, pero no es un libro de historia escrito por un historiador de ayer o de hoy. La Biblia es la transmisión de narraciones de generación en generación, primero oral y después escrita. En otras palabras, la Biblia es la memoria colectiva de un pueblo.

Y como la de una persona, la memoria de una colectividad tiene su propia lógica Abrahám captó muy bien esta historia. Un día, un hombre aparentemente como los otros, vivió una comunicación o encuentro que transformó el resto de sus días. Dios se comunicó con Abrahám para que se pusiera en camino y cumpliera una promesa con dimensiones tan amplias como el mismo universo.

El escritor bíblico, en un mundo marcado por determinismos, divisiones y dispersiones, quiere poner de relieve la novedad absoluta provocada por la comunicación o irrupción de Dios.

La vocación de Abrahám sigue el relato de la torre de Babel: ahí vemos representado el culmen de la autosuficiencia humana, actitud que llevó consigo la división y la dispersión del género humano. Dios no puede resignarse a que su creación vaya a la deriva; él entra en su mundo para abrir un camino nuevo.

Mediante Abrahám entra en la tierra una fuente de vida y de felicidad universal.

El primer acto de la comunicación divina es ofrecerle al hombre una vida semejante a la suya. El padre de la fe acepta , como buen receptor, el mensaje que le ofrece el Señor. Creer o comunicarse es "marchar con Dios". La Palabra ha encontrado un hombre receptor y ha suscitado en él una respuesta positiva y activa. Toda una lección de lo que deben hacer los receptores de los modernos medios de comunicación.

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