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Por: n/a | Fuente: www.mercaba.org
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Papa Inocencio IV. Contra el Emperador Federico II y por la reforma del clero. Llev?cabo una sentencia de deposici?ontra el emperador Federico II, usurpador de bienes y opresor de la Iglesia, y regul? proceso de los juicios eclesi?icos.
Condenaci?e Federico Segundo.- Declaraciones rituales y doctrinales para los griegos (Sacramentos, legitimidad de las segundas nupcias, Purgatorio, Para?, Infierno.)
Los griegos orientales deseosos de coincidir con Roma y alcanzar la uni?incentivaron la convocaci?e un nuevo concilio a s?treinta a?del anterior. Concretaron los temas discutidos y los aprobaron y firmaron en su gran mayor?
Cuando regresaron a sus respectivas comunidades, las autoridades, monjes, clero y pueblo se opusieron rotundamente y los llamaron traidores y vendidos a los romanos; la uni?racas?in embargo, algunos grupos aislados quedaron adheridos a Roma y se les llama en su lengua eslavo, "Uniatas", que a?oy mantienen lazos de jerarqu?y de fidelidad a la Iglesia Cat?a.
Magisterio del C.E I de Lyon
No public?cretos dogm?cos
Acerca de los ritos de los griegos
[De la Carta Sub catholicae, al obispo de Frascati, Legado de la Sede Apost?a entre los griegos, de 6 de marzo de 1254]
§ 3. 1. Acerca, pues, de estas cosas nuestra deliberaci?ino a parar en que los griegos del mismo reino mantengan y observen la costumbre de la Iglesia Romana en las unciones que se hacen en el bautismo.2. El rito, en cambio, o costumbre que seg?icen tienen de ungir por todo el cuerpo a los bautizados, si no puede suprimirse sin esc?alo, se puede tolerar, como quiera que, h?se o no, no importa gran cosa para la eficacia o efecto del bautismo.3. Tampoco importa que bauticen con agua fr?o caliente, pues se dice que afirman que en una y en otra tiene el bautismo igual virtud y efecto.
4. S?los obispos, sin embargo, signen con el crisma en la frente a los bautizados, pues esta unci?o debe practicarse m?que por los obispos. Porque de solos los Ap?les se lee, cuyas veces hacen los obispos, que dieron el Esp?tu Santo por medio de la imposici?e las manos, que est?epresentada por la confirmaci? crismaci?e la frente.5. Cada obispo puede tambi? en su Iglesia, el d?de la cena del Se? consagrar, seg?a forma de la Iglesia, el crisma, compuesto de b?amo y aceite de olivas. En efecto, en la unci?el crisma se confiere el don del Esp?tu Santo. Y, ciertamente, la paloma que designa al mismo Esp?tu Santo, se lee que llev? ramo de olivo al arca. Pero si los griegos prefieren guardar en esto su antiguo rito, a saber, que el patriarca juntamente con los arzobispos y obispos sufrag?os suyos y los arzobispos con sus sufrag?os, consagren juntos el crisma, pueden ser tolerados en tal costumbre.
6. Nadie, empero, por medio de los sacerdotes o confesores, sea s?ungido por alguna unci?en vez de la satisfacci?e la penitencia.7. A los enfermos, en cambio, seg?a palabra de Santiago Ap?l [Iac. 5, 14], administreseles la extremaunci?br>
8. En cuanto a a?r agua, ya fr? ya caliente o templada, en el sacrificio del altar, sigan, si quieren, los griegos su costumbre, con tal de que crean y afirmen que, guardada la forma del canon, de una y otra se consagra igualmente.9. Pero no reserven durante un a?a Eucarist?consagrada en la cena del Se? bajo pretexto de comulgar de ella los enfermos. S?es, sin embargo, permitido consagrar el cuerpo de Cristo para los mismos enfermos y conservarlo por quince d? y no por m?largo tiempo, para evitar que, por la larga reserva, alteradas tal vez las especies, resulte menos apto para ser recibido, si bien la verdad y eficacia permanecen siempre las mismas y no se desvanecen por duraci? cambio alguno del tiempo.10. En cuanto a la celebraci?e las Misas solemnes y otras, y en cuanto a la hora de celebrarlas, con tal de que en la confecci? consagraci?bserven la forma de las palabras por el Se?expresada y ense?, y en la celebraci?o pasen de la hora nona, perm?seles seguir su costumbre...
18. Respecto a la fornicaci?ue comete soltero con soltera, no ha de dudarse en modo alguno que es pecado mortal, como quiera que afirma el Ap?l que tanto fornicarios como ad?ros son ajenos al reino de Dios [1 Cor. 6, 9 s].
19. Adem? queremos y expresamente mandamos que los obispos griegos confieran en adelante las siete ?nes conforme a la costumbre de la Iglesia romana, pues se dice que hasta ahora han descuidado y omitido tres de las menores en los ordenados. Sin embargo, los que ya han sido as?rdenados por ellos, dada su excesiva muchedumbre, pueden ser tolerados en las ?nes as?ecibidas.
20. Mas, como dice el Ap?l que la mujer, muerto el marido, est?uelta de la ley del mismo, de suerte que tiene libre facultad de casarse con quien quiera en el Se?[Rom. 7. 2; 1 Cor. 7, 39]; no desprecien en modo alguno ni condenen los griegos las segundas, terceras y ulteriores nupcias, sino m?bien apru?nlas, entre personas que, por lo dem? pueden l?tamente unirse en matrimonio. Sin embargo, los presb?ros no bendigan en modo alguno a las que por segunda vez se casan.
23. Finalmente, afirmando la Verdad en el Evangelio que si alguno dijere blasfemia contra el Esp?tu Santo, no se le perdonar?i en este mundo ni el futuro [Mt. 12, 32], por lo que se da a entender que unas culpas se perdonan en el siglo presente y otras en el futuro, y como quiera que tambi?dice el Ap?l que el fuego probar??sea la obra de cada uno; y: Aquel cuya obra ardiere sufrir?a?? empero, se salvar?pero como quien pasa por el fuego [1 Cor. 3, 13 y 15]; y como los mismos griegos se dice que creen y afirman verdadera e indubitablemente que las almas de aquellos que mueren, recibida la penitencia, pero sin cumplirla; o sin pecado mortal, pero s?eniales y menudos, son purificados despu?de la muerte y pueden ser ayudados por los sufragios de la Iglesia; puesto que dicen que el lugar de esta purgaci?o les ha sido indicado por sus doctores con nombre cierto y propio, nosotros que, de acuerdo con las tradiciones y autoridades de los Santos Padres lo llamamos purgatorio, queremos que en adelante se llame con este nombre tambi?entre ellos. Porque con aquel fuego transitorio se purgan ciertamente los pecados, no los criminales o capitales, que no hubieren antes sido perdonados por la penitencia, sino los peque?y menudos, que aun despu?de la muerte pesan, si bien fueron perdonados en vida.
24. Mas si alguno muere en pecado mortal sin penitencia, sin g?ro de duda es perpetuamente atormentado por los ardores del infierno eterno.25. Las almas, empero, de los ni?peque?despu?del bautismo y tambi?las de los adultos que mueren en caridad y no est?retenidas ni por el pecado ni por satisfacci?lguna por el mismo, vuelan sin demora a la patria sempiterna.
Condenaci?e Federico Segundo.- Declaraciones rituales y doctrinales para los griegos (Sacramentos, legitimidad de las segundas nupcias, Purgatorio, Para?, Infierno.)
Los griegos orientales deseosos de coincidir con Roma y alcanzar la uni?incentivaron la convocaci?e un nuevo concilio a s?treinta a?del anterior. Concretaron los temas discutidos y los aprobaron y firmaron en su gran mayor?
Cuando regresaron a sus respectivas comunidades, las autoridades, monjes, clero y pueblo se opusieron rotundamente y los llamaron traidores y vendidos a los romanos; la uni?racas?in embargo, algunos grupos aislados quedaron adheridos a Roma y se les llama en su lengua eslavo, "Uniatas", que a?oy mantienen lazos de jerarqu?y de fidelidad a la Iglesia Cat?a.
Magisterio del C.E I de Lyon
[De la Carta Sub catholicae, al obispo de Frascati, Legado de la Sede Apost?a entre los griegos, de 6 de marzo de 1254]
§ 3. 1. Acerca, pues, de estas cosas nuestra deliberaci?ino a parar en que los griegos del mismo reino mantengan y observen la costumbre de la Iglesia Romana en las unciones que se hacen en el bautismo.2. El rito, en cambio, o costumbre que seg?icen tienen de ungir por todo el cuerpo a los bautizados, si no puede suprimirse sin esc?alo, se puede tolerar, como quiera que, h?se o no, no importa gran cosa para la eficacia o efecto del bautismo.3. Tampoco importa que bauticen con agua fr?o caliente, pues se dice que afirman que en una y en otra tiene el bautismo igual virtud y efecto.
4. S?los obispos, sin embargo, signen con el crisma en la frente a los bautizados, pues esta unci?o debe practicarse m?que por los obispos. Porque de solos los Ap?les se lee, cuyas veces hacen los obispos, que dieron el Esp?tu Santo por medio de la imposici?e las manos, que est?epresentada por la confirmaci? crismaci?e la frente.5. Cada obispo puede tambi? en su Iglesia, el d?de la cena del Se? consagrar, seg?a forma de la Iglesia, el crisma, compuesto de b?amo y aceite de olivas. En efecto, en la unci?el crisma se confiere el don del Esp?tu Santo. Y, ciertamente, la paloma que designa al mismo Esp?tu Santo, se lee que llev? ramo de olivo al arca. Pero si los griegos prefieren guardar en esto su antiguo rito, a saber, que el patriarca juntamente con los arzobispos y obispos sufrag?os suyos y los arzobispos con sus sufrag?os, consagren juntos el crisma, pueden ser tolerados en tal costumbre.
6. Nadie, empero, por medio de los sacerdotes o confesores, sea s?ungido por alguna unci?en vez de la satisfacci?e la penitencia.7. A los enfermos, en cambio, seg?a palabra de Santiago Ap?l [Iac. 5, 14], administreseles la extremaunci?br>
8. En cuanto a a?r agua, ya fr? ya caliente o templada, en el sacrificio del altar, sigan, si quieren, los griegos su costumbre, con tal de que crean y afirmen que, guardada la forma del canon, de una y otra se consagra igualmente.9. Pero no reserven durante un a?a Eucarist?consagrada en la cena del Se? bajo pretexto de comulgar de ella los enfermos. S?es, sin embargo, permitido consagrar el cuerpo de Cristo para los mismos enfermos y conservarlo por quince d? y no por m?largo tiempo, para evitar que, por la larga reserva, alteradas tal vez las especies, resulte menos apto para ser recibido, si bien la verdad y eficacia permanecen siempre las mismas y no se desvanecen por duraci? cambio alguno del tiempo.10. En cuanto a la celebraci?e las Misas solemnes y otras, y en cuanto a la hora de celebrarlas, con tal de que en la confecci? consagraci?bserven la forma de las palabras por el Se?expresada y ense?, y en la celebraci?o pasen de la hora nona, perm?seles seguir su costumbre...
18. Respecto a la fornicaci?ue comete soltero con soltera, no ha de dudarse en modo alguno que es pecado mortal, como quiera que afirma el Ap?l que tanto fornicarios como ad?ros son ajenos al reino de Dios [1 Cor. 6, 9 s].
19. Adem? queremos y expresamente mandamos que los obispos griegos confieran en adelante las siete ?nes conforme a la costumbre de la Iglesia romana, pues se dice que hasta ahora han descuidado y omitido tres de las menores en los ordenados. Sin embargo, los que ya han sido as?rdenados por ellos, dada su excesiva muchedumbre, pueden ser tolerados en las ?nes as?ecibidas.
20. Mas, como dice el Ap?l que la mujer, muerto el marido, est?uelta de la ley del mismo, de suerte que tiene libre facultad de casarse con quien quiera en el Se?[Rom. 7. 2; 1 Cor. 7, 39]; no desprecien en modo alguno ni condenen los griegos las segundas, terceras y ulteriores nupcias, sino m?bien apru?nlas, entre personas que, por lo dem? pueden l?tamente unirse en matrimonio. Sin embargo, los presb?ros no bendigan en modo alguno a las que por segunda vez se casan.
23. Finalmente, afirmando la Verdad en el Evangelio que si alguno dijere blasfemia contra el Esp?tu Santo, no se le perdonar?i en este mundo ni el futuro [Mt. 12, 32], por lo que se da a entender que unas culpas se perdonan en el siglo presente y otras en el futuro, y como quiera que tambi?dice el Ap?l que el fuego probar??sea la obra de cada uno; y: Aquel cuya obra ardiere sufrir?a?? empero, se salvar?pero como quien pasa por el fuego [1 Cor. 3, 13 y 15]; y como los mismos griegos se dice que creen y afirman verdadera e indubitablemente que las almas de aquellos que mueren, recibida la penitencia, pero sin cumplirla; o sin pecado mortal, pero s?eniales y menudos, son purificados despu?de la muerte y pueden ser ayudados por los sufragios de la Iglesia; puesto que dicen que el lugar de esta purgaci?o les ha sido indicado por sus doctores con nombre cierto y propio, nosotros que, de acuerdo con las tradiciones y autoridades de los Santos Padres lo llamamos purgatorio, queremos que en adelante se llame con este nombre tambi?entre ellos. Porque con aquel fuego transitorio se purgan ciertamente los pecados, no los criminales o capitales, que no hubieren antes sido perdonados por la penitencia, sino los peque?y menudos, que aun despu?de la muerte pesan, si bien fueron perdonados en vida.
24. Mas si alguno muere en pecado mortal sin penitencia, sin g?ro de duda es perpetuamente atormentado por los ardores del infierno eterno.25. Las almas, empero, de los ni?peque?despu?del bautismo y tambi?las de los adultos que mueren en caridad y no est?retenidas ni por el pecado ni por satisfacci?lguna por el mismo, vuelan sin demora a la patria sempiterna.
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