¿Es posible la ética sin Dios?
Por: Josep Miró I Ardèvol |

Existen dos proyectos sociales que interpelan frontalmente al hecho religioso. Uno es la pretensi?el laicismo ideol?o de proclamarse superior a toda concepci?eligiosa. Y se descalifica a s?ismo por su ra?totalitaria. En una sociedad construida bajo la premisa de la libertad, es un supuesto esencial considerar que nadie posee toda la verdad, incluido el laicismo pol?co.
Pero existe otro proyecto que posee mucha mayor entidad. Es el intento de concebir una ?ca superadora y superior a la ?ca religiosa, que sigue siendo, conscientemente o no, la base de la mayor?de nuestros presupuestos ?cos, empezando por la Declaraci?niversal de los Derechos Humanos. Mi admirado Jos?ntonio Marina registra con su reciente libro el ?mo y frustrado intento en este sentido.
La primera dificultad de este tipo de proyecto afecta al sujeto, al portador del acto ?co. Todo intento de construir una ?ca del Hombre es de aplicaci?mposible. Ese concepto, Hombre como categor?que encierra a todo ser humano, no existe en la realidad como identidad personal. Es una convenci?ue utilizamos porque para determinados fines es ?. Nada m? Existen Mar? Juan, esto es, sujetos personales, ?os, irrepetibles e insustituibles. Por eso, la ?ca, que para utilizar t?inos de Aranguren, es el modo adquirido de ser y de obrar o, seg?ubiri, la disposici?el hombre ante la vida, s?puede anidar en las entra?de cada hombre y mujer. No en una categor?abstracta. Pero, ¿c? S?conocemos una v?que funcione en t?inos colectivos e hist?os: la de la relaci?religi?de cada uno con Dios, aunque sea para negarle. ?e es el ?o procedimiento que genera a la vez una ?ca personal unida a una social, com?¿Est?sted diciendo que sin religi?o existe posibilidad de desarrollar una conciencia ?ca? No, digo que se trata de la ?a v?que construye simult?a y armoniosamente una ?ca a la vez individual y colectiva. Lo otro s?conduce a peque??cas fragmentadas, individualistas. Y ?e es precisamente el problema de nuestro tiempo, que hace cada vez m?enmara? y frustrante el funcionamiento de la democracia. Una ?ca pretendidamente universal, no religiosa, s?puede existir como pr?ica por medio de la dictadura o del condicionamiento de la libertad por medios t?icos y cient?cos, que viene a ser lo mismo en moderno.
Hay m? Una ?ca que prescinda de la religi??puede ser atea, y por tanto filos?amente materialista. Pero no existe, una vez liquidado el marxismo, ninguna concepci?aterialista sobre la que fundar comportamientos ?cos colectivos. Si s?somos origen del azar c?co y nuestro fin, m?all?e meros soportes para transmitir los genes de nuestra especie, es un sinsentido absoluto, una ?ca colectiva, para Juan y Mar? no tiene d? fundamentarse. Si yo soy producto de la circunstancia y no me espera nada, entonces s?me importo yo. Yo soy mi Dios y mi raz?tica. Y sobre eso no se construye nada. ?te es el eterno problema que surge cuando liquidamos a Dios.
La tercera raz?s hist?a. Ya se han producido intentos de construir ?cas sin Dios: una corriente de la Revoluci?rancesa, el revolucionarismo mexicano, el fascismo y, sobre todo, por su dimensi? consistencia, el marxismo. Todos terminaron como el virus ?ola: destruidos por su propia capacidad de destrucci?
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