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El Papa anima el ecumenismo
Un mensaje de esperanza para los que han perdido la confianza en la posibilidad de un auténtico éxito en el diálogo ecuménico


Por: Alessandro Speciale | Fuente: vaticaninsider.lastampa.it



Han pasado 53 años del anuncio que hizo el Papa Juan XXIII sobre el Concilio Vaticano II en la Basílica romana de San Pablo. Recordando esta etapa fundamental de la historia de la Iglesia en general (y del diálogo ecuménico en particular), el Papa Benedicto XVI, en la misma Basílica, quiso comenzar hoy por la tarde su reflexión durante las Vísperas que han clausurado la Semana de oración por la unidad de los cristianos.

«Aún experimentando en nuestros días la situación dolorosa de la división –dijo el Pontífice–, nosotros cristianos podemos y debemos ver el futuro con esperanza».

Según el Papa, «la presencia de Cristo resuscitado nos llama a todos los cristianos para actuar juntos en la causa del bien», porque «unidos en Cristo, estamos llamados a compartir su misión, que es la de llevar esperanza allí en donde dominan la injusticia, el odio y la desesperación».

Las divisiones entre los cristianos, en cambio, tienen la consecuencia de hacer «menos luminoso nuestro testimonio a Cristo».

Benedicto XVI quiso mandar un mensaje de esperanza para los que han perdido la confianza en la posibilidad de un auténtico éxito en el diálogo ecuménico, para los que creen que sea imposible una plena unidad entre las Iglesias: «Aunque a veces se puede tener la impresión de que la vía hacia la plena comunión es todavía muy larga y de que está llena de obstáculos, invito a todos a renovar la propia determinación para perseguir, con valentía y generosidad, la unidad que es la voluntad de Dios, siguiendo el ejemplo de San Pablo, que frente a dificultades de cada tipo conservó siempre firme la fe en Dios que llevó a la realización de su obra».

Tampoco escondió las dificultades el presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, el cardenal Kurt Koch, en una entrevista con la Radio Vaticana: «En los últimos años y décadas, hemos perdido de vista un poco el objetivo del movimiento ecuménico. Las Iglesias y las comunidades eclesiales no siempre persiguen la misma meta: creo que es necesario reflexionar y preguntarse, de nuevo, cuáles son los objetivos verdaderamente».

Pero no solo hay “malas noticias” en el frente del ecumenismo. Durante la celebración en la Basílica de San Pablo, el Papa indicó que, a pesar de las dificultades, en los últimos años ha habido también «signos positivos de una fraternidad recobrada» y, sobre todo, de un «sentido compartido de responsabilidad frente a los grandes problemas que afligen a nuestro mundo».

En la celebración que marca el final de la Semana ecuménica participaron, como es tradicional, además de los funcionarios del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos (guiados por el cardenal Koch), también los representantes de las demás Iglesias cristianas. Entre ellos, el metropolita Gennadios, representante del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, y el Reverendo David Richardson, representante personal en Roma del Arzobispo de Canterbury.

También se encontraban presentes algunos representantes del Grupo de trabajo de las Iglesias polacas, que prepararon los subsidios para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año, algunos miembros del Global Christian Forum y un grupo de estudiantes del Instituto Ecuménico del Consejo Ecuménico de las Iglesias de Bossey.



 







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