Sperlings y tatuajes
Por: P. Clemente González | Fuente: Catholic.net
Los sperlings son objetos metálicos que atraviesan el cuerpo humano y tienen diversos significados para los jóvenes hoy día.
¿Es lícito utilizarlos sin connotaciones de tipo sexual o esotérico? ¿Y los tatuajes?
En el caso de los sperlings, como en otras muchas cosas, hay que saber discernir el significado profundo que tienen porque en sí mismos no son buenos ni malos. Tú sabes, por ejemplo, que el arete en la oreja era antiguamente el símbolo de los marineros que cruzaban el Cabo de Hornos.
Hoy, puede ser que haya gente que se los ponga simplemente porque les gusta, porque aparecen más bellos ante los demás o porque está de moda, y esto en sí mismo no tiene ninguna connotación moral negativa. La maldad comienza cuando el ponérselos se convierte en una forma de expresar rebeldía o agresividad, o cuando se convierten en símbolos de sectas o de grupos de música que cantan contenidos inmorales. Entonces son inmorales no por el objeto en sí mismo, sino por el significado que se le da.
Los sperlings no son en sí buenos o malos. La maldad o bondad está en el porqué los usan, en lo que se quiere expresar con ellos, en la intención que se tiene al ponérselos. Se puede objetar el hecho de que es una estética que, como los tatuajes, produce daño al cuerpo y en ese sentido no es moral. El respeto cristiano por la persona humana nos debe llevar también al respeto del cuerpo y a la ponderación y equilibrio mesurado en su ornamentación. Además, los sperlings y los tatuajes muchas veces se sitúan más allá de la línea de la prudente y discreta moderación en el adorno personal y en este caso, sin ser amorales, tampoco serían elementos muy propios de la cultura cristiana.