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Instituto Secular Para el Bien Común ¨Caritas in Veritate¨
Fundación de carácter político y religioso con el objetivo de formar y capacitar en base a la Doctrina Social de la Iglesia


Por: Lic. José Guillermo Ballesteros Inda | Fuente: insepolitico.org



Somos una fundación del "Instituto Secular Para el Bien Común ´Caritas in Veritate´"

Este Proyecto se inicia con la autorización del Emmo. Sr. Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, Arzobispo de Guadalajara en México, Asesor Eclesiástico el Sr. Cura Lic. Roberto García de la Mora, y como Fundador el Sr. Lic. José Guillermo Ballesteros Inda. Con capacitación intensa de 3 años como Postulantado y 5 años con Capacitación Avanzada siguiendo una carrera profesional y estudios de Maestría y Doctorado.

Es una fundación nueva de CARÁCTER POLÍTICO Y RELIGIOSO, con el objetivo de formar y capacitar en base a la Doctrina Social de la Iglesia, para que sus miembros lleguen a ser excelentes políticos, consagrados a Dios y metidos dentro del ambiente político de los pueblos.

Con una actividad organizada en conjunto promoveremos el bien común de la Sociedad y los valores de todos los principios de la Doctrina Social de la Iglesia discerniendo e iluminando desde el evangelio las situaciones, los sistemas, y las ideologías en la vida política para procurar un desarrollo integral tomando en cuenta a todos los hombres y a todo el hombre.

Los políticos consagrados somos laicos: personas civiles, seglares, es decir del pueblo; que estamos relacionados a la vida y costumbres del mundo político. No somos religioso, ni monjes, ni somos ministros sagrados, ni clérigos. Sin ningún puesto dentro de la jerarquía de la iglesia; por nuestra consagración no modificamos nuestra propia condición canónica laical dentro del pueblo de Dios, (Cf. CDC-711); ni tampoco cambia la condición jurídica dentro del estado civil; porque seguimos siendo laicos ante las autoridades civiles y eclesiásticas.

Nos insertamos en la multiforme y variada acción económica, social, legislativa, administrativa y cultural de la vida política de los pueblos, PARA ILUMINAR CON LA CLARIDAD DE LA DOCTRINA DEL SEÑOR JESÚS, a los gobiernos, sus legislaciones y aplicaciones en la sociedad, sus estructuras y organizaciones, ayudándolos a ordenar todos los aspectos de la vida social.

Queremos convertirnos en instrumentos idóneos para la actuación de Nuestro Señor Jesucristo, en el mundo Social y político; favoreciendo su misión salvífica de acuerdo con el fin de nuestra asociación. Insertados en este mundo para trasformar, santificar y ofrecerlo a Dios, construyendo así la nueva civilización del amor, suscitando sociedades más justas, fraternas, con un humanismo integral, solidario y subsidiario. Poniendo todas nuestras energías para desgastarnos en la entrega al servicio en el reino de Dios, y buscando el respeto a la dignidad sagrada de todo ser humano, especialmente del más vulnerable.

Confirmamos la urgencia de una formación evangélica para una nueva generación de católicos comprometidos en la política, que sean coherentes con su fe, que tengan rigor moral, capacidad de juicio cultural, competencia profesional y pasión por el servicio en la vida política de los pueblos.

Existe en la actualidad una aparente “Democracia Consolidada”, sin embargo, lo que hoy impera en la mayoría de los países de occidente es el escepticismo y el desencanto ante la política y los políticos. La democracia se reduce para la mayoría de la población si acaso a ir a votar cada elección en curso, hay muy pocos espacios que favorezcan el análisis, la reflexión y el sentido crítico sobre las cuestiones de fondo.

Existe un déficit de planteamientos éticos, se vive hoy la democracia en muchos casos bajo la mera mecánica aritmética (la mayoría suficiente). Se corre el riesgo de pensar que lo formalmente democrático coincide sin más con lo ético o moral. “Los interrogantes que se plantean en la sociedad a menudo no son examinados según criterios de justicia y moralidad, sino más bien de acuerdo con la fuerza electoral o financiera de los grupos que los sostienen” (Juan Pablo II, encíclica Centesimus Annus, 47)

El ejercicio de la política es percibido en bastantes ocasiones más como una frustración para la mayoría de la población que como una oportunidad de crecimiento en justicia y libertad. Esta percepción bastante generalizada de la política choca frontalmente con la comprensión positiva que la Iglesia tiene de la misma: “La Iglesia alaba y estima la labor de quienes, al servicio del hombre, se consagran al bien de la cosa pública y aceptan las cargas de este oficio” (Concilio Vaticano II, Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, 75)

Por eso, desde los criterios de la Doctrina Social de la Iglesia se ha de rehabilitar el ejercicio de la política, ya que este hermoso y refrescante cuerpo doctrinal, aún insuficientemente conocido y practicado, es capaz de generar un ejercicio más humanizador de la política...

No se ha podido lograr ofrecer una propuesta política, social y económica bien definida, ocasionando que prácticamente se deje libre a otras ideologías, y que paulatinamente nos estén haciendo a un lado de la obligación que tenemos de ser protagonistas.

"Renovamos el llamado para que surja una nueva generación de católicos; personas interiormente renovadas, que se esfuercen en la actividad política sin complejos de inferioridad. Tal presencia, ciertamente no se improvisa, permanece como el objetivo hacia el cual debe tender a empeñarse en un camino de capacitación intelectual y moral para formar conciencias cristianas maduras, que partiendo de las grandes verdades en torno a Dios, al hombre y al mundo, ofrezcan criterios de juicio y principios éticos para interpretar el bien de todos y de cada uno… Los políticos no deben buscar el propio bienestar, ni la codicia de los bienes, sino el bien común de la sociedad a la que sirven; tampoco deben de ceder terreno ante el egoísmo, ni dejarse llevar por el ansia y el afán de hacer carrera, sino que tienen que ser coherentes con su fe profesada, tomando en cuenta y respetar los ‘valores no negociables’ y conocedores de las dinámicas sociales y culturales de este tiempo, para ser capaces y asumir responsabilidades.

EL RECONOCIMIENTO DEL COMPROMISO POLÍTICO COMO VOCACIÓN O LLAMADA DE DIOS EN NUESTRO INSTITUTO SECULAR SE BASA EN: LA CONSAGRACIÓN A DIOS Y FORMACIÓN INTEGRAL

Para mayores informes:

www.insepolitico.org
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