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Lo que pretende la perspectiva de género
Las teorías sobre el género solamente son sostenidas por una minoría de grupos y propagadas ruidosamente por unas cuantas mujeres, fanáticas defensoras del lesbianismo


Por: Gloria Conde | Fuente: Del Libro Mujer Nueva Ed Trillas




Dedicamos un apartado especial a desentrañar el significado de algunos conceptos que protagonizaron la agenda de la pasada Cuarta Conferencia Mundial sobre la mujer, celebrada en Pequín, China, en septiembre de 1995, provocando no poca polémica y perplejidad en quienes defienden la vida y apoyan la familia.

Janne Haalands Matláry, en su libro Tiempo de florecer, afirma que dichas teorías sobre el género solamente son sostenidas por una minoría de grupos y propagadas ruidosamente por unas cuantas mujeres, fanáticas defensoras del lesbianismo y, por tanto, la mayoría de las mujeres normales no les prestan atención por lo que en poco tiempo serán olvidadas. Ojalá tenga razón. Sin embargo, estas teorías, estos grupos y estas mujeres están dando no poco trabajo a los que defendemos la familia y la vida. Han logrado que la ONU «invite» eficazmente a los gobiernos de todos los países miembros a implantar con celeridad, a través de programas muy concretos, «políticas de género» en todos los ámbitos de la sociedad. Por lo tanto, lo que piensan pocos, lo están pensando y actuando con fuerza.

Nosotros nos acercamos a este tema sin acabar de comprender bien qué significados dan estos grupos al concepto de «género» y, en definitiva, qué buscan. Son las mismas preguntas que se hicieron muchas personas que acudieron a Nueva York en marzo de 1995 para preparar la Conferencia de Pequín y se encontraron con que algunos grupos que parecían llevar «la voz cantante» hablaban sin cesar del «género» y veían la solución de los problemas de la mujer en la «perspectiva del género». La falta de transparencia con que se utilizaba todo este vocabulario creó gran confusión en los delegados de muchas ONG y les impidió una labor de defensa de sus propias ideas, prioridades, fines con respecto a la mujer frente a estas teorías del «género».

1. Género

Aclaremos primero de una manera muy sencilla algunos significados:

a) Qué significa «género» para nosotros

Según los diccionarios, la palabra género se refiere a un grupo formado por seres u objetos que tiene entre ellos características comunes. Género, en sentido gramatical, es la forma que reciben las palabras para indicar el sexo de los seres animados. Así, vemos por la terminación de las palabras, si una cosa es de «género masculino» o de «género femenino», por ejemplo: alta–alto; buena–bueno. Este aspecto gramatical del término «género» manifiesta la división de sexos en masculino y femenino.

Por otro lado, en la vida cotidiana, en el plano de la organización y de las divisiones de «género», todo se realiza en términos de masculino y femenino: trasladado a todos los ámbitos de la vida social, vemos que hay en las tiendas, plantas para mujer, plantas para varón, juguetes para niña, juguetes para niños, libros más destinados a mujeres, libros de mayor interés masculino, récords deportivos de mujer, récords de varones. Toda esta división de la vida en «masculino» y «femenino» tiene un fundamento natural.

Dios ha creado al ser humano hombre y mujer.
Y, siendo iguales en dignidad como personas, son diferentes, no sólo en el plano biológico sino en todos los aspectos de la personalidad. La mujer tiene un cuerpo femenino, una psicología femenina, una vida relacional femenina, una forma de vivir la espiritualidad femenina. El varón, igualmente, es masculino en todas sus esferas.

Por estas razones, la declaración de la delegación de la Santa Sede para la conferencia de Pequín sobre la interpretación del término «género» aclara que la Iglesia entiende este término con las acepciones expuestas de masculino y femenino, según la identidad natural de la persona humana. También añadimos que la Santa Sede rechaza el crudo determinismo biológico de la misma manera que la afirmación de que el género es una construcción social.

b)Qué significa «género» para las «feministas del género»

Las feministas del «género» no están de acuerdo en que la mujer sea diferente del varón y que se margine a la mujer con respecto al varón. Quieren eliminar la cultura que ha puesto en ventaja de oportunidades a los varones, en el campo político, profesional, y lograr que las mujeres sean iguales en oportunidades.

Para esto, ellas tienen que demostrar que las mujeres realmente son iguales que los hombres. Entonces ellas dicen que esta división de los géneros en masculino y femenino es una construcción puramente cultural. La humanidad habría organizado la vida dividiendo las actividades, los papeles, las características externas de costumbres, tradiciones, vestido, etc. en masculino y femenino. Ellas sostienen que la constitución biológica del hombre y la mujer no debe exigir necesariamente que la vida funcione con esta división de masculino y femenino.

Las feministas del género son dualistas,
separan en la persona humana su dimensión corporal de la dimensión psicológica, espiritual. Por esto dicen que las características biológicas de la mujer, por ejemplo, su aparato reproductivo, no deberían determinarla culturalmente para que fuera madre o dejara de realizar determinadas actividades propias de los varones…

El error de la concepción del «género» está, por tanto, en la definición equivocada de la persona humana que no corresponde a su verdadera identidad y naturaleza. He aquí esta definición de «género» publicada por la ONU en julio de 1995:

“Género es un concepto que se refiere a un sistema de roles y relaciones sociales entre la mujer y el hombre determinadas no biológicamente sino por el contexto social, político y económico” (Gender Concepts in development Planning).

Naila Kabeer define también el género como “el proceso por el cual los individuos que han nacido en categorías biológicas de macho o hembra, adoptan las categorías sociales de varón y mujer a través de la adquisición de atributos definidos de masculinidad y feminidad”. La directiva de la Conferencia de Pequín hizo circular esta definición de género durante las reuniones de preparación: “el género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en papeles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo”.

Por su parte, la diputada al Congreso de los EEUU, Bella Abzug se dirigió a los delegados de la Conferencia diciendo:

“No se nos forzará a retroceder al concepto «biología es destino», que busca definir, confinar y reducir a la mujer a sus características sexuales físicas... El sentido del término género ha evolucionado, diferenciándose de la palabra sexo para expresar la realidad de que la situación y los papeles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambio”.

c)Cuántos sexos puede haber según las «feministas del género»

Según estas feministas, aunque al nacer, una persona tenga sexo biológico femenino o masculino, puede escoger entre estos cinco «sexos»: masculino, femenino, hermo, mermo, fermo. Hermo: hermafrodita. Mermo: pseudo-hermafrodita masculino. Fermo: hermafrodita femenina. Así deberán considerarse como opciones normales «orientación sexual» el lesbianismo, la homosexualidad, el transexualismo. Cualquier unión entre personas con estas diferentes orientaciones sexuales merecerá incluirse como concepto de «familia». Así ya no existirá «la familia» sino varios «tipos de familia». Cualquier tipo de familia tendrá derecho a adoptar hijos, sean dos homosexuales, dos lesbianas, una mujer sola, un hombre solo.

d)¿Qué buscan las «feministas del género»?

Buscan la igualdad completa entre el hombre y la mujer y dejar el ejercicio de la sexualidad fuera de cualquier norma. Para esto quieren eliminar toda diferencia y división de la vida humana en los dos géneros, masculino y femenino. Esto no pueden lograrlo sino eliminan el papel de la naturaleza.

La naturaleza proyecta a la persona humana hacia su bien supremo. En su naturaleza femenina o masculina viene inscrita su plenitud de creatura en la realización de su misión. La mujer se realiza en su feminidad por el «don de sí misma a los demás» en su vocación esponsal y materna.

Por el contrario, estas feministas quieren escoger su propio destino, contra su naturaleza o cambiando su naturaleza. No les basta oponerse al varón y «ganarle terreno». Quieren que desaparezca «lo masculino». Sin punto de referencia masculino y femenino, desaparecerán todas las justificaciones de las diferencias sociales que, según ellas, siempre discriminan a la mujer. Piensan la vida humana como una situación en la que todos los individuos son iguales, escogen su carrera, su trabajo, no hay instituciones y fuerzas que impidan a ningún individuo alcanzar éxito, placer o poder. Quieren liberarse de la maternidad y de la estructura familiar por ser estructuras que «esclavizan» a la mujer. Buscan su emancipación y autonomía total.

Tienen mucho interés en poder vivir la «liberación sexual»

Entonces buscan justificar determinados comportamientos sexuales. Así, aunque uno reciba un sexo biológico, cada uno escogería su «orientación sexual», su «género». La sociedad debería aprobar y ver como normal, como algo que ha superado mentalidades anticuadas, la homosexualidad y el lesbianismo. Ellas argumentan “¿por qué tienen que casarse siempre los hombres con las mujeres? Esto lo ha decidido la cultura del pasado. Nada más. Ahora que ya somos conscientes de este hecho, no debe verse como malo el que se «casen» dos hombres o dos mujeres.” Incluimos algunas citas que expresan esta mentalidad:

-En un curso ofrecido en Hunter College, Estados Unidos, llamado Re-imaging Gender (Rediseñando el Género) se dijo:

“Cada niño al nacer se asigna a una u otra categoría en base al examen de sus órganos genitales. Una vez hecha esta asignación nos convertimos en lo que la cultura piensa que cada uno es - femenina o masculino -. Aunque muchos crean que el hombre y la mujer son expresión natural de un plano genético, el género es producto de la cultura y el pensamiento humano, una construcción social que crea la «verdadera naturaleza» de todo individuo... El actual sistema de géneros se apoya fuertemente en el acuerdo general de que es inflexible. La clave para acabar con los géneros es la capacidad de moverse libremente hacia adentro y hacia afuera de los géneros y roles de género existentes. El género implica clase y la clase presupone desigualdad. Luchar más bien por «desconstruir» el género llevará mucho más rápidamente a la meta. Estamos en una cultura patriarcal y el género parece ser básico al patriarcado. Después de todo, los hombres no gozarían del privilegio masculino si no hubiera hombres. Y las mujeres no serían oprimidas si no existiera tal cosa como «la mujer». Acabar con el género es acabar con el patriarcado, como también con las muchas injusticias perpetradas en nombre de la desigualdad entre los géneros”.

-En esta cita de Heidi Hartman, se llega a afirmar que la reproducción es determinada socialmente:

“La forma en que se propaga la especie es determinada socialmente. Si biológicamente la gente fuera sexualmente polimorfa y la sociedad estuviera organizada de modo que se permitiera por igual toda forma de expresión sexual, la reproducción sería resultado sólo de algunos encuentros sexuales: los heterosexuales. La división estricta del trabajo por sexos, un invento social común a toda sociedad conocida, crea dos géneros muy separados y la necesidad de que el hombre y la mujer se junten por razones económicas. Contribuye así a orientar sus exigencias sexuales hacia la realización heterosexual, y a asegurar la reproducción biológica. En sociedades más imaginativas, la reproducción biológica podría asegurarse con otras técnicas...” (The unhappy marriage of marxism and feminism; women and revolution. Boston, 1981).








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