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Lectio Divina
Lectio Divina. 2o. Domingo Cuaresma
Cuaresma. Oración con el Evangelio. Ciclo C.
Por: P. Martín Irure | Fuente: Catholic.net
Por: P. Martín Irure | Fuente: Catholic.net
El Licdo Orlando Carmona, Ministro de la Palabra, ha elaborado y diseñado una hoja dominical Dios nos habla hoy con la LECTIO DIVINA dominical para el II Domingo de Cuaresma Ciclo C, de una manera muy sencilla y clara, para imprimirla y poder repartirla a nuestras comunidades.
- Preguntas o comentarios al autor Licdo Orlando Carmona
- Te pones en la presencia del Señor, que te escucha y te habla. Deja a un lado las preocupaciones. Haz el mayor silencio en tu alrededor y en tu interior.
- Pide la luz del Espíritu. Ese mismo Espíritu que vive en tu conciencia. Está contigo. Ponte al influjo de su inspiración.
-
Recitamos la oración: Escucharé tu Palabra
Escucharé tu Palabra,
en lo profundo de mi corazón
yo la escucharé.
En la oscuridad de la noche
la Palabra como luz
brillará.
Meditaré tu Palabra,
en el silencio interior
la meditaré.
En el desierto de las voces
la Palabra de amor
resonará.
Y seguiré tu Palabra,
por el sendero de la vida
yo la seguiré.
En el trance del dolor
la Palabra de la cruz
me salvará.
Guardaré tu Palabra,
para la sed de mis días
la guardaré.
En el transcurso del tiempo
la Palabra de lo eterno
no pasará.
Anunciaré tu Palabra,
caminando por este mundo
yo la anunciaré.
Las fronteras de tu Reino
la Palabra como un viento
abrirá de par en par.
Ana María Galliano
2. LEE LA PALABRA DE DIOS Evangelio según San Lucas 9, 28-36. (Que dice la Palabra de Dios)
3. MEDITA
Contexto
- Este texto que nos narra la transfiguración del Señor se encuentra después del anuncio doloroso de su pasión y muerte (Lc 9, 22-27).
- Los discípulos no entienden quién es Jesús y cuál es su misión. Ellos siguen pensando en un Mesías de signo político, del cual pueden sacar ventajas humanas en su reinado. No entienden que Jesús sería condenado a la muerte.
-
Jesús insiste en las condiciones del discípulo que quiere seguir con él:
- renuncia a sí mismo, actitud más honda que la renuncia a los bienes y a los cargos;
- cargar con la cruz, cada día; la cruz es una actitud permanente de la existencia cristiana, incluso hasta el martirio;
- seguir a Jesús: la cruz tendrá sentido para el cristiano en la medida en que éste siga el ejemplo del Maestro, para superar la cruz y llegar a la resurrección, a la salvación.
Texto
- Es un relato descrito con fuertes contrastes con el anterior. Aquí todo es gozo, gloria, manifestación (teofanía) del Padre y glorificación de Jesús.
- Subió a la montaña para orar (v. 28). Son expresiones típicas de Lucas. Es la ambientación geográfica (teológica) para el encuentro con Dios.
- Mientras oraba, cambió el aspecto de su rostro y su vestidura se volvió de un blanco resplandeciente. Es un lenguaje típico del AT. Recuérdese los otros símbolos parecidos: montaña, rayos, luz, nube, fuego, temblor, voces divinas... Es el lenguaje propio para describir las teofanías de Dios.
- La verdadera gloria de Jesús se nos revela en medio de las intensas contradicciones y sufrimientos de la existencia. La gloria no es prestigio, triunfo, fama. Es la manifestación total de lo que alguien es, de lo que Jesús es, de lo que Dios es.
- Moisés y Elías (v. 30). Son los representantes del pueblo de Israel. Moisés, que fue el mediador entre Dios y el pueblo para sellar la Alianza. Elías el propotipo del profetismo. Representan a la Ley y los Profetas: el resumen del AT.
- Hablaban del éxodo que Jesús iba a cumplir en Jersualén (v. 31). Es decir, hablan de su muerte liberadora (éxodo, liberación, Pascua). La Pascua de Jesús es la plenitud de la liberación para los creyentes en él.
-
Varios rasgos describen que Jesús viene a dar la plenitud de la Antigua Ley:
- su rostro resplandeciente recuerda a Moisés bajando del Sinaí (Ex 34, 29);
- la nube, es el signo de la presencia de Yavé en la tienda del desierto (Ex 40, 35);
- Moisés y Elías eran esperados en el tiempo de la salvación (Dt 18, 15-18; Mal 3, 22-23);
-
En consecuencia:
- Jesús viene a dar plenitud a la Ley y a la profecía;
- Jesús realiza la total liberación de la esclavitud;
- Jesús es el Profeta de la última hora y la Palabra total y definitiva que pronuncia el Padre: Éste es mi Hijo elegido; escúchenlo (v. 35);
- Jesús es el nuevo templo, donde habita totalmente el mismo Dios. (No las chozas - tiendas - que propone Pedro).
-
Los discípulos
- marcan un contraste enorme con Jesús: dormidos, como en la pasión (Lc 22, 45);
- Pedro quiere quedarse en el monte, olvidándose de la vida de cada día y del sufrimiento del Mesías.
- buscan la evasión de la vida difícil, tomando como pretexto la manifestación gloriosa de Jesús.
- Pedro no sabía lo que decía (v. 33). Están ajenos a la gran teofanía.
4. ORA
- Entra también en esta montaña de la comunicación con el Señor.
- Para orar, hay que subir con Jesús a la montaña: dejar por momentos la vida diaria, entrar en relación con el Señor.
- Pídele a Jesús que te transforme a su medida, olvidando la pereza y la falta de sabiduría para vivir el misterio de la cruz, del sufrimiento, y ubicarme siempre de cara a la resurrección.
- Pídele que tus reacciones ante Jesús glorificado no sean como las de los apóstoles: dormir, buscar lo cómodo, olvidarte del misterio presente.
-
Agradece al Señor las manifestaciones que él te ha regalado a lo largo de la vida.
5. CONTEMPLA
- Entra también tú en esta escena de teofanía del Padre y del Hijo. Que Jesús esté en medio de la comunidad y en el corazón de cada uno de nosotros.
- Contempla a Jesús: radiante, lleno de gloria, plenitud de la Ley y de la Profecía, Hijo amado del Padre. Permanece ante él fascinado por el resplandor de su gloria.
-
Dirige al Padre y a Jesús tus alabanzas: Te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias por tu inmensa gloria.
6. ACTÚA
- Dispón tu ánimo a bajar del monte de la oración. Hazlo con interés, con optimismo, aunque te esperen problemas. Todo se ve de diferente color, cuando uno ha quedado trasnfigurado por la oración. Descubrir a Dios en la realidad de la vida, a veces cruda y dura.
- Haz un propósito para escuchar a Jesús, Palabra de Dios y su Hijo elegido.
-
Que resuene en tu interior la voz del Padre: Escúchenlo (v. 35).
-
Durante la semana escucha la voz del Padre que te dice a ti lo mismo que a Jesús:
Éste es mi hijo elegido (v. 35), hijo(a) amado(a) del Padre.
Recitamos la oración: No envíes mensajero
Ex 33, 3.15
No envíes mensajero, ven tú mismo.
No mandes a tu Ángel en campaña.
No otorgues protector ni des a nadie
el mando y el consuelo de tu vara.
Tu Gloria abrasa, quema los pecados,
y somos todos dignos de tu llama.
Mas eres Padre, pródigo en perdones
y más glorioso cuanto más agracias.
Por eso, ven tú mismo, Padre Santo,
y muestra entre nosotros tu llegada.
Levántanos, condúcenos, corrígenos,
mas tú, tan sólo tú, con mano blanda.
O envíanos tu propio corazón
mandando al Unigénito del alba,
a aquel que viene y entra hasta la médula
y nunca por venir de ti se aparta.
Que venga el Verbo y haga su aposento
en todo gozo, en toda pena y lágrima;
y sea nuestra crónica y camino
su historia verdadera y cotidiana.
Rufino Ma Grández
- Preguntas o comentarios al autor P. Martín Irure
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Lucas 9, 28-36
1. INVOCA
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