Monseñor Agustín García-Gasco, arzobispo de Valencia, defiende en su carta pastoral  la "función determinante e insustituible de la familia en la construcción de la cultura de la vida”

Frente a una "anticivilización destructora", monseñor García-Gasco considera que "es el momento de desenmascarar los fraudes y las mentiras que se dan cuando se desprecia a la familia, cuando se priva a la procreación del rostro humano, cuando se omiten los derechos del que va a ser concebido" y advierte, igualmente, que "ningún modo de gobernar es justo si no potencia la contribución de la familia de fundación matrimonial a la dignidad de las nuevas generaciones".

Así, en su última carta "El amor que acoge la vida", recuerda que "la misión propia y exclusiva que tiene la familia en la transmisión de la vida”, porque, de lo contrario, seríamos “cómplices” de un futuro des humanizado. En este sentido, manifiesta que "el ser humano, desde el primer instante de su vida, es un don para humanizar el curso de la historia".

El arzobispo de Valencia señala que "cuando se quiere alejar a Dios de la verdad de la procreación humana, aparecen otros intereses injustos, que atacan la dignidad de los hijos", y subraya que "con excesiva frecuencia se escuchan argumentos egoístas que cierran la puerta a los hijos, a los que se considera antes un problema que un don, y se los somete a cálculos de conveniencia".

Además, previene de quienes "vejan la dignidad de los niños y niñas al querer vender unas técnicas reproductivas para garantizar el hijo deseado con la misma fiabilidad que la de cualquier producto artificial, o los que propugnan el `derecho al hijo´". En ambos casos, "se está contraviniendo gravemente el principio democrático de que las personas somos los sujetos de derechos, no los contenidos de los mismos, ya que ningún ser humano tiene su dignidad subordinada a las expectativas de otro".

Por último, apunta que “cada día resulta más urgente el testimonio de familias fundadas en el matrimonio” . Y añade: “Los hijos que son acogidos en un ‘contexto de vida y amor’, llevan mucho adelantado para elegir con sus vidas estos mismos valores esenciales para el bien común, para la convivencia fraterna y para el futuro de la humanidad".

La función de la familia es “determinante e insustituible” para construir “la cultura de la vida, frente a la anticivilización destructora”. En esta línea, considera que el V Encuentro Mundial de las Familias se presenta como "una ocasión propicia para que todas las familias, y especialmente las familias cristianas en virtud del sacramento recibido, se renueven en su misión de ser testigos y anunciadores del Evangelio de la vida".

Por otra parte, monseñor Agustín García-Gasco, cumplirá 75 años el próximo domingo y presentará su renuncia al Papa, conforme a lo establecido en el canon 401 del Código de Derecho Canónico, según informaron ayer fuentes del Arzobispado a través de AVAN