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Moniciones

Moniciones para el Décimo Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Ciclo A Tiempo Ordinario


Por: P. Domingo Vásquez Morales | Fuente: Catholic.net



Moniciones para el Décimo Domingo del Tiempo Ordinario
Ciclo A




Entrada


Buenas noches, días, tardes:
En la primera lectura y el en el Evangelio, se repite una frase, que centra el mensaje de la liturgia de este décimo domingo: Quiero misericordia y no sacrificios. La misericordia es la característica que nos define el ser y el actuar de Dios en la misericordia quedan definido todos los demás rasgos que podamos decir de Dios, queridos hermanos, la invitación es a mirar a Cristo Jesús, el intérprete perfecto de esa misericordia de Dios.


Primera lectura: Oseas 6, 3b-6: “Quiero misericordia y no sacrificios”

El núcleo central de la primera lectura de hoy está en las palabras que el profeta Oseas pone en boca de Dios, “Quiero misericordia y no sacrificios”, conocimiento de Dios mas que holocaustos” Los profetas criticaron el culto vacío y la hipocresía de quienes se creen en paz con Dios porque cumplen ciertas normas: ayuno, limosna, diezmos; pero olvidan lo esencial: la justicia y el amor al prójimo y la reconciliación fraterna.


Segunda lectura: Romanos 4,18-25: “Abraham creyó contra toda esperanza”

El ser humano con sus solos recursos no puede realizar su tarea existencial, solamente reconociendo su propia debilidad y aceptando la fuerza de Dios podrá conseguir la salvación. Para San Pablo, el ejemplo de Abraham es universalmente válido. Sólo Dios salva. Y la resurrección de Cristo es su garantía.


Tercera lectura: San Mateo 9, 9-13: No vine a llamar a los justos, sino a los pecadores”

La vocación de Mateo, a quien Lucas y Marcos llaman Leví, es sin duda la mas sorprendente entre los doce apóstoles, esto, porque se trataba de un publicano, un cobrador de impuestos para el imperio romano, declarado pecador público. El maestro quiere incorporar a este pecador en el grupo de sus amigos íntimos y este responde inmediatamente que sí al llamado de Jesús y lo sigue ¿y tú estás respondiendo afirmativamente a la invitación de Jesús, que continúa diciéndote “Sígueme”.


Para la oración de los fieles:

A cada invocación respondar, por favor: “Que seamos misericordisos como tu”



  • Para que la Iglesia haga de sus sacramentos signos que siempre nos lleven al compromiso con la misericordia y con la vida, con la coherencia y la sinceridad, roguemos al Señor...


  • Para que los cristianos tengamos siempre clara la jerarquía de valores, que ponga por encima la misericordia, es decir, el amor, la compasión, la benevolencia, la opción por la justicia y por los pobres, sobre cualquier práctica religiosa cultual o ritual, roguemos al Señor...


  • Por quienes practican la justicia y la misericordia y no encuentran sentido al culto, a la fe, a la religiosidad… para que un día escuchen la palabra de Jesús que les dice: “no estás lejos del Reino de Dios” , roguemos al Señor...


  • Porque sean muchos los cristianos y cristianas que como Mateo sientan el llamado de Jesús y cambien de vida, roguemos al Señor...


  • Para que nuestros signos sacramentales y ritos estén siempre precedidos y seguidos de obras misericordiosas, roguemos al Señor...


  • Para que sean muchos los cristianos, que como Mateo, sientan el llamado de Jesús y cambien de vida, roguemos al Señor...



  • Exhortación Final

    Bendito seas, Padre, porque en la llamada a Mateo por Jesús
    diste pruebas de creer en el hombre, a pesar de todo;
    y, a su vez, Cristo permitió que los puritanos lo acusaran
    de ser amigo de los pecadores. Eso nos alienta y consuela.
    Nosotros encasillamos fácil y estrechamente a los demás,
    pero tú brindas siempre una segunda oportunidad de conversión.
    Por eso tu reino pertenece a los pobres y a los pecadores.

    Hoy nos invitas a cada uno de nosotros a dar los frutos
    De una religión completa y auténtica, la religión que te agrada.
    Haz, Señor, que sepamos ofrecerte el culto de toda nuestra vida,
    Y concédenos un puesto en tu mesa al lado de Cristo.

    Amén.

    Tomado de B. Caballero: La Palabra cada Domingo, San Pablo, España, 1993, p. 138)





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