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Laudes y Vísperas

Fiesta de Santiago apóstol
Laudes y Vísperas


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net



Laudes

Santiago Apóstol

Fiesta

INVITATORIO


V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.


Salmo 94

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén


HIMNO: VOSOTROS QUE ESCUCHASTEIS LA LLAMADA

Vosotros, que escuchasteis la llamada
de viva voz que Cristo os dirigía,
abrid nuestro vivir y nuestra alma
al mensaje de amor que él nos envía.

Vosotros, que invitados al banquete
gustasteis el sabor del nuevo vino,
llenad el vaso, del amor que ofrece,
al sediento de Dios en su camino.

Vosotros, que tuvisteis tan gran suerte
de verle dar a muertos nueva vida,
no dejéis que el pecado y que la muerte
nos priven de la vida recibida.

Vosotros, que lo visteis ya glorioso,
hecho Señor de gloria sempiterna,
haced que nuestro amor conozca el gozo
de vivir junto a él la vida eterna. Amén.


SALMODIA

Ant. 1.
Caminando Jesús vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, y los llamó.

Salmo 62, 2-9

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. 1 Caminando Jesús vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, y los llamó.

Ant. 2. Ellos, dejando al momento las redes y a su padre, lo siguieron.


Cántico
Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

(No se dice Gloria al Padre)

Ant.2 Ellos, dejando al momento las redes y a su padre, lo siguieron.

Ant. 3. Cierto que beberéis el cáliz que yo he de beber y que recibiréis el bautismo que yo he de recibir.


Salmo 149

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Ant. 3. Cierto que beberéis el cáliz que yo he de beber y que recibiréis el bautismo que yo he de recibir.


LECTURA BREVE
Ef 2, 19-22

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios por el Espíritu.


RESPONSORIO BREVE

V. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.
R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.

V. Harán memorable tu nombre, Señor.
R. Sobre toda la tierra.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.
Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un alto monte, y se transfiguró en su presencia.


Cántico a Zacarías



PRECES

Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y aclamémosle diciendo:

El coro de los apóstoles te alaba, Señor.



  • Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de tu cuerpo y de tu sangre:
    en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida.
     
  • Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has preparado la mesa de tu palabra:
    por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.
     
  • Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia:
    por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo.
     
  • Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo y la penitencia:
    por ellos nos purificas de todas nuestras culpas.

    Se pueden añadir algunas intenciones libres.

    Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles:
    Padre nuestro...


    ORACIÓN

    Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por la predicación del Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y confórtala con su valiosa protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


    CONCLUSIÓN

    V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

    R. Amén.

    ________________________________________



    VÍSPERAS

    Oración de la tarde


    V. Dios mío, ven en mi auxilio
    R. Señor, date prisa en socorrerme.

    V.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


    HIMNO: COLUMNAS DE LA IGLESIA, PIEDRAS VIVAS

    ¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas!
    ¡Apóstoles de Dios, grito del Verbo!
    Benditos vuestros píes, porque han llegado
    para anunciar la paz al mundo entero.

    De pie en la encrucijada de la vida,
    del hombre peregrino y de los pueblos,
    lleváis agua de Dios a los cansados,
    hambre de Dios lleváis a los hambrientos.

    De puerta en puerta va vuestro mensaje,
    que es verdad y es amor y es Evangelio.
    no temáis, pecadores, que sus manos
    son caricias de paz y de consuelo.

    Gracias, Señor, que el pan de tu palabra
    nos llega por tu amor, pan verdadero;
    gracias, Señor, que el pan de vida nueva
    nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén.


    SALMODIA

    Ant. 1
    Jesús, tomando consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia.

    Salmo 115

    Tenía fe, aun cuando dije:
    «¡Qué desgraciado soy!»
    Yo decía en mi apuro:
    «Los hombres son unos mentirosos.»

    ¿Cómo pagaré al Señor
    todo el bien que me ha hecho?
    Alzaré la copa de la salvación,
    invocando su nombre.

    Cumpliré al Señor mis votos
    en presencia de todo el pueblo.
    Vale mucho a los ojos del Señor
    la vida de sus fieles.

    Señor, yo soy tu siervo,
    siervo tuyo, hijo de tu esclava:
    rompiste mis cadenas.
    Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
    invocando tu nombre, Señor.

    Cumpliré al Señor mis votos
    en presencia de todo el pueblo,
    en el atrio de la casa del Señor,
    en medio de ti, Jerusalén.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén

    Ant. 1 Jesús, tomando consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia.

    Ant. 2 Entonces les dijo: «Velad y orad, para no caer en la tentación.»


    Salmo 125

    Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
    nos parecía soñar:
    la boca se nos llenaba de risas,
    la lengua de cantares.

    Hasta los gentiles decían:
    «El Señor ha estado grande con ellos.»
    El Señor ha estado grande con nosotros,
    y estamos alegres.

    Que el Señor cambie nuestra suerte
    como los torrentes del Negueb.
    Los que sembraban con lágrimas
    cosechan entre cantares.

    Al ir, iban llorando,
    llevando la semilla;
    al volver, vuelven cantando,
    trayendo sus gavillas.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén


    Ant. Entonces les dijo: «Velad y orad, para no caer en la tentación.»

    Ant. 3 El rey Herodes se apoderó de algunos fieles de la Iglesia, con el fin de hacerles daño, e hizo morir por la espada a Santiago, hermano de Juan.


    Cántico
    Ef 1, 3-10


    Bendito sea Dios,
    Padre de nuestro Señor Jesucristo,
    que nos ha bendecido en la persona de Cristo
    con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

    El nos eligió en la persona de Cristo,
    antes de crear el mundo,
    para que fuésemos consagrados
    e irreprochables ante él por el amor.

    Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
    por pura iniciativa suya,
    a ser sus hijos,
    para que la gloria de su gracia,
    que tan generosamente nos ha concedido
    en su querido Hijo,
    redunde en alabanza suya.

    Por este Hijo, por su sangre,
    hemos recibido la redención,
    el perdón de los pecados.
    El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
    ha sido un derroche para con nosotros,
    dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

    Éste es el plan
    que había proyectado realizar por Cristo
    cuando llegase el momento culminante:
    hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
    las del cielo y las de la tierra.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén

    Ant. 3 El rey Herodes se apoderó de algunos fieles de la Iglesia, con el fin de hacerles daño, e hizo morir por la espada a Santiago, hermano de Juan.


    LECTURA BREVE
    Ef 4,11-13


    Cristo ha constituido a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.

    RESPONSORIO BREVE

    V. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
    R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.

    V. Sus maravillas a todas las naciones.
    R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.

    V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
    R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.


    CÁNTICO EVANGÉLICO

    Ant. Quien aspire a ser el mayor sea siervo vuestro; y quien aspire a ser el primero sea servidor de todos.


    Cántico de la Santísima Virgen María



    PRECES

    Hermanos: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su pueblo santo, diciendo:

    Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
     
  • Padre santo, que quisiste que tu Hijo resucitado de entre los muertos se manifestara en primer lugar a los apóstoles,
    haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.
     
  • Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres,
    haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.
     
  • Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
    haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos con alegría.
     
  • Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
    haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.

    Se pueden añadir algunas intenciones libres.


    Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida. Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro...

    ORACIÓN

    Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por la predicación del Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y confórtala con su valiosa protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

    CONCLUSIÓN


    V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

    R. Amén.




     



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