Laudes y Vísperas
Domingo Cuarta Semana de Cuaresma
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
SÁBADO
Primeras Vísperas
Domingo IV de Cuaresma
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Insigne defensor de nuestra causa,
Señor y Salvador del pueblo humano,
acoge nuestras súplicas humildes,
perdona nuestras culpas y pecados.
El día con sus gozos y sus penas
pasó dejando huellas en el alma,
igual que nuestros pies en su camino
dejaron en el polvo sus pisadas.
No dejes de mirarnos en la noche,
dormida nuestra vida en su regazo;
vigila el campamento de los hombres,
camino de tu reino ya cercano.
Ahuyenta de tu pueblo la zozobra,
sé nuve luminosa en el desierto,
sé fuerza recobrada en el descanso,
mañana y horizonte siempre abierto.
Bendice, Padre santo, la tarea
del pueblo caminante en la promesa;
llegados a Emaús, tu Hijo amado
nos parta el pan y el vino de la cena. Amén.
SALMODIA
Ant. 1 Vamos a la casa del Señor, con alegría.
Salmo 121
¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor!"
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
Según la costumbre d Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
"Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios."
Por mis hermanos y compañeros
voy a decir: "La paz contigo."
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 Vamos a la casa del Señor, con alegría.
Ant. 2 Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos, y Cristo con su luz te alumbrará.
Salmo 129
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela a la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2 Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos, y Cristo con su luz te alumbrará.
Ant. 3 Dios, por el gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo.
Cántico
Flp. 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se anonadó así mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre";
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Dios, por el gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo.
LECTURA BREVE
2Co 6, 1-4a
Os exortamos a que deis pruebas de no haber recibido en vano la gracia de Dios, pues dice él en la Escritura: "En el tiempo propicio te escuché, y te ayudé en el día de salvación." Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de salvación. A nadie queremos dar nunca motivo de escándalo, a fin de no hacer caer en descrédito nuestro ministerio, antes al contrario, queremos acreditarnos siempre en todo como verdaderos servidores de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
porque hemos pecado contra ti.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
porque hemos pecado contra ti.
V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
porque hemos pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó su Hijo unigénito, para que no perezca ninguno de los que en él crean, sino que todos tengan vida eterna.
Cántico de la Santísima Virgen María
PRECES
Bendigamos al Señor, solícito y providente para con todos los hombres, e invoquémosle diciendo:
Salva, Señor, a los que has redimido.
-
Señor, fuente de todo bien y origen de toda verdad,
llena con tus dones a todos los obispos y conserva en la doctrina de los apóstoles a los fieles que les ha sido confiados.
-
Que aquellos que se nutren con el mismo pan de vida vivan unidos en la caridad,
para que todos seamos uno en el cuerpo de tu Hijo.
-
Que nos despojemos de nuestra vieja condición humana y de sus obras,
y nos renovemos a imagen de Cristo, tu Hijo.
-
Concede a tu pueblo que por la penitencia obtenga el perdón de sus pecados
y tenga parte en los méritos de Jesucristo.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Haz que nuestros hermanos difuntos puedan alabarte eternamente en el cielo, y que nosotros esperemos confiadamente unidos a ellos en tu reino.
Pidamos a nuestro Padre, con las palabras que Cristo nos enseñó, que nos dé la fuerza que neceitamos para no caer en la tentación: Padre Nuestro ...
ORACIÓN
Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
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LAUDES
Oración de la Mañana
INVITATORIO
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Ant A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.
Salmo 94
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras."
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Oh sol de salvación, oh Jesucristo,
alumbra lo más hondo de las almas,
en tanto que la noche retrocede
y el día sobre el mundo se levanta.
Junto con este favorable tiempo
danos ríos de lágrimas copiosas,
para lavar el corazón que, ardiendo
en jubilosa caridad, se inmola.
La fuente que hasta ayer manó delitos
ha de manar desde hoy perene llanto,
si con la vara de la penitencia
el pecho empedernido es castigado.
Ya se avecina el día, el día tuyo,
volverá a florecer el universo;
compartamos su gozo los que fuimos
devueltos por tu mano a tus senderos.
Oh Trinidad clemente, que te adoren
tierra y cielo a tus pies arrodillados,
y que nosotros, por tu gracia nuevos,
cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén
SALMODIA
Ant. 1 Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.
Salmo 117
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación,
Escuchad : hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
"La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa."
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo.
Ant. 2 Capaz eres, Señor, de liberarnos de la mano de poderoso; líbranos, Señor, Dios nuestro.
Cántico
Dn 3, 52-57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito tu nombre, Santo y glorioso:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines
sondeas los abismos:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en la bóveda del cielo:
a ti honor y alabanza por los siglos.
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2 Capaz eres, Señor, de liberarnos de la mano de poderoso; líbranos, Señor, Dios nuestro.
Ant. 3 Alabad al Señor por sus obras mangíficas.
Salmo 150
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta, alabe al Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Alabad al Señor por sus obras mangíficas.
LECTURA BREVE
Ne 8, 9.10
Este día está consagrado al Señor vuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis. No estéis tristes: la alegría del Señor es vuestra fortaleza.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V. Tú que fuiste triturado por nuestros crímenes.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Desde que el mundo es mundo, no se ha oído decir que nadie, a no ser Cristo, el Hijo de Dios, haya dado la vista a un ciego de nacimiento.
Cántico a Zacarías
PRECES
Glorifiquemos a Dios, cuya bondad es infinita, y elevemos a él nuestra oración por medio de Jesucristo, que está siempre vivo para interceder en favor nuestro; digámosle:
Enciende, Señor, en nosotros la llama de tu amor.
-
Dios de misericordia, haz que hoy nos entreguemos generosamente a las obras de amor al prójimo,
para que tu misericordia, a través de nosotros, llegue a todos los hombres.
-
Tú que en el arca salvaste a Noé de las aguas del diluvio,
salva por el agua del bautismo a los catecúmenos.
-
Concédenos vivir no sólo de pan,
sino de toda palabra que sale de tu boca.
-
Haz que, con ayuda, venzamos toda disensión
y podamos gozarnos en el don de tu paz y de tu amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Invoquemos a Dios Padre con la oración que nos enseñó Jesús: Padre nuestro ...
ORACIÓN
Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
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VÍSPERAS
Oración de la tarde
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Oh bondadoso Creador, escucha
la voz de nuestras súplicas y el llanto
que, mientras dura es sacrosato ayuno
de estos cuarenta días, derramamos.
A ti, que escrutas nuestros corazones
y que conoces todas sus flaquezas,
nos dirigimos para suplicarte
la gracia celestial de tu indulgencia.
Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,
pero estamos, al fin, arrepentidos,
y te pedimos, por tu excelso nombre,
que nos cures los males que sufrimos.
Haz que, contigo y reconciliados,
podamos dominar a nuestros cuerpos,
y, llenos de tu amor y de tu gracia,
no pequen ya los corazones nuestros.
Oh Trinidad Santísima, concédenos,
oh simplicísima Unidad, otórganos
que los efectos de la penitencia
de estos días nos sean provechosos. Amén.
SALMODIA
Ant. 1 Él ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos.
Salmo 109
Oráculo del Señor a mi Señor:
"Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrados de tus pies."
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendre, como rocío,
antes de la aurora."
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
" tú eres sacerdote eterno
según el rito Melquisedec."
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantara la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 1 Él ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos.
Ant. 2 Dichoso el que se apiada por amor del Señor; su recuerdo será perpetuo.
Salmo 111
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 2 Dichoso el que se apiada por amor del Señor;su recuerdo será perpetuo.
Ant. 3 Lo que Dios había dicho por los profeta, que su Mesías tenía que padecer, lo ha cumplido.
Cántico
1Pe 2, 21b-24
Cristo padeció por nosotros,
dejándonos un ejemplo
para que sigamos sus huellas.
Él no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca;
cuando le insultaban,
no devolvía insulto;
en su pasión no profería amenazas;
al contrario,
se ponía en manos del que juzga justamente.
Cargado con nuestros pecados subió al leño,
para que, muertos al pecado,
vivamos para la justicia.
Sus heridas nos han curado.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. 3 Lo que Dios había dicho por los profeta, que su Mesías tenía que padecer, lo ha cumplido.
LECTURA BREVE
1Co 9, 24-25
Los atletas que corren en el estadio corren todos, pero uno sólo consigue el premio. Corred como él, para conseguirlo. Todo atleta se impone moderación en todas sus cosas. Ellos lo hacen para alcanzar una corona que se marchita; nosotros una que no se ha de marchitar jamás.
RESPONSORIO BREVE
V. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
porque hemos pecado contra ti.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
porque hemos pecado contra ti.
V. Cristo oye los ruegos de los que te suplicamos.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
porque hemos pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Hijo mío, tú siempre está en mi compañía y todos mis bienes son tuyos; es muy justo que hagamos fiesta y nos alegremos, porque este hermano tuyo había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y lo hemos hallado.
Cántico de la Santísima Virgen María
PRECES
Demos siempre gracias a Cristo, nuestra cabeza y nuestro maestro, que vino a servir y hacer el bien a todos y digámosle humilde y confiadamente:
Atiende, Señor, a tu Iglesia
-
Asiste, Señor, a los obispos y presbíteros de la Iglesia y haz que cumplan bien su misión de ser instrumentos tuyos, cabeza y pastor de la Iglesia,
para que por medio de ti conduzcan a todos los hombres al Padre.
-
Que tus ángeles sean compañeros de camino de los que están de viaje,
para que se vean libres de todo peligro de cuerpo y de alma.
-
Enséñanos, Señor, a servir a todos los hombres, imitándote a ti,
que viniste a servir y no a ser servido.
-
Haz que en toda comunidad humana reine en espíritu fraternal,
para que, estando tú en medio de ella, sea como una plaza fuerte.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Sé misericordioso, Señor, con todos los difuntos y admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Unidos fraternalmente, dirijamos al Padre nuestra oración común: Padre Nuestro ...
ORACIÓN
Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
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