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Cine

El juego de Ripley
Tras mucho tiempo, ha vuelto al cine la realizadora italiana. Uno se acuerda de su polémica película Galileo Galilei y otras en las que puso siempre su sello personal.


Por: Felipe Santos | Fuente: www.buzoncatolico.com




Dirección: Liliana Cavan. Guión: Patricia Highsmith. Fotografía: Alfio Contini. Música: Ennio Morricone. Intérpretes: Mauricio Lucàm Dougray Scott, Ray Winstone, John Malcovich, Uwe Mansshartd, Hanns Zischler y Paolo Paolini.


Tras mucho tiempo, ha vuelto al cine la realizadora italiana. Uno se acuerda de su polémica película Galileo Galilei y otras en las que puso siempre su sello personal.


Le ha servido la historia de la escritora Patricia Highsmith, novelista de gran fama en nuestros días.

La idea clave que da urdimbre a su película es la manera concreta de cómo convertir a un ser inocente en una terrible criminal. Y la Cavan, dominadora del género negro o thriller, se ha adentrado en la oscura personalidad de Ripley con un actor excelente que le da vida de forma viva y trepidante.

Colocado en una atmósfera de densa tensión, el protagonista- mediante su mirada inquisitiva- nos interroga qué haríamos los espectadores en su caso.. Ripley es un hombre que se dedica al negocio de la venta de obras de arte con un socio..

Con tanto dinero, se instala en Italia y vive como un rey. Mas, al escuchar de alguien su mal gusto por el arte, no piensa ya nada más que en vengarse. Le proponen que acabe con él. Rechaza el intento porque, en el fondo, está la mafia rusa de por medio. Ripley busca a un enfermo terminal que necesita dinero para la dejar herencia a su mujer e hijo. A la vuelta de cometer el crimen en Berlín, esconde el dinero, en espera de matar a otro mafioso de Ukrania. En este momento, como Hitchcock, aparece- sin esperarlo- el propio Ripley.

El relato da un giro en el que se ve que el protagonista no siente ya afecto por el enfermo terminal.

La motivación que impera en todo el film es la amoralidad del personaje central. No es la Liliana que conocíamos. Cierto. Pero se le nota su forma personal de hacer cine, lleno- en este caso- de una espiral de violencia y asesinatos.










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