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¿Dónde esta el plan de Dios reflejado en mi hijo?
Mi hijo no puede aprender de la misma manera que aprenden otros niños.No puede entender las cosas como otros niños


Por: Lic. Ricardo Rodriguez | Fuente: Catholic.net




En una cena de recaudación de fondos para una escuela que da servicios a los niños con algún tipo de pedimento o problema de aprendizaje, el padre de uno de ellos ofrecería un mensaje que ninguno de los asistentes olvidaría.

Luego de exaltar a la escuela y a su dedicado personal, hizo una pregunta:

Todo lo que hace Dios, lo hace a la perfección. Sin embargo, mi hijo Juan no puede aprender de la misma manera que aprenden otros niños. No puede entender las cosas como otros niños.

¿Dónde esta el plan de Dios reflejado en mi hijo?

La audiencia se paralizó ante tal pregunta.

El padre continuó. Creo, contesto el propio padre, que cuando Dios trae a un hijo como Juan al mundo, la oportunidad para llevar a cabo el Plan Divino se presenta por sí sola y viene en la forma en que la gente trata a ese niño.

Entonces, procedió a contar la siguiente historia.

Un día Juan y su padre pasaban por un parque donde jugaban pelota unos niños que Juan conocía. Éste le preguntó a su padre, ¿crees que me dejarán jugar?

El padre sabía que los muchachos no querrían tenerlo en su equipo. Pero el padre comprendió que si a su hijo se le permitía jugar le daría un gran sentido de aceptación.

El padre de Juan se acercó a uno de los muchachos en el campo de juego y le preguntó que si podía permitir que Juan jugara.

El muchacho miró a su alrededor para orientarse con sus compañeros de equipo y no obtuvo respuesta.

Entonces tomó el asunto en sus propias manos y dijo "Estamos perdiendo por seis carreras y el juego está en la octava entrada. Creo que puede entrar al equipo y trataremos de ponerlo al bate en la novena.

Al final de la octava entrada, el equipo anotó varias carreras, pero estaba perdiendo por tres. En la primera parte de la novena entrada, Juan se puso el guante y jugó en el outfield". Aunque ningún "hit" vino en su camino, obviamente, este se sentía extasiado por tan sólo estar en el terreno de juego, saludando con una sonrisa de oreja a oreja a su padre quien le saludaba desde las gradas.

En la última parte de la novena entrada, el equipo de Juan anotó nuevamente.
Ahora con dos "outs" y las bases llenas, la potencial carrera ganadora estaba en base. Juan estaba pautado para el próximo turno al bate.

¿Permitiría verdaderamente el equipo que Juan bateara en esta coyuntura y permitiría dejar pasar su oportunidad de ganar el juego?

Sorpresivamente le dieron el bate a Juan. Todos sabían que un "hit" era imposible porque Juan ni tan siquiera sabía como agarrar el bate de forma apropiada, mucho menos conectar con la bola.

Sin embargo, según Shay se paró en el plato, el "pitcher" se movió varios pasos y le lanzó suavemente la bola a Juan de manera que este, por lo menos, hiciera contacto con la misma.

Llegó el "pitcheo" y Juan tontamente lo perdió. Otra vez el "pitcher" caminó unos pasos para lanzar suavemente la bola hacia Juan. Juan logró darle suavemente a la bola enviándola al "pitcher".

Fácilmente el pitcher" atrapo la misma y pudo haberla lanzado al primer hombre en base. Juan quedaría afuera y eso hubiese terminado el juego.

Pero, en lugar de eso, el "pitcher" la lanzó en un alto arco al jardín de la derecha, mucho más lejos del alcance del hombre en primera. Todos comenzaron a gritar, "Juan, corre a primera, corre a primera."

Nunca en su vida Juan podría correr a primera. El torpemente corrió a lo largo de la línea de la base con ojos desorbitados y confuso. Todo el mundo gritó: "Corre a segunda, corre a segunda."

Para el momento en que Juan estaba rodando la primera base, el jardinero de derecha tenía la pelota. La pudo haber lanzado al hombre en segunda, pero el jardinero entendió las intenciones que había tenido el "pitcher, así que lanzó la bola alto y por encima de la cabeza del hombre en base.

Juan corrió hacia la segunda base. Cuando Juan logro llegar a segunda, el "shortstop" del equipo opuesto corrió hacia él y lo dirigió a tercera y le gritó: "corre a tercera." Según corría a tercera los muchachos de ambos equipos estaban gritando. Juan corre a "home". Juan corrió al "home", llegó y fue vitoreado como el héroe.

"Ese día," dijo el padre suavemente con lágrimas corriendo por su mejillas, "los muchachos de ambos equipos ayudaron a colocar un pedazo del Plan Divino en este mundo."


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