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Cine

“La leyenda de Nicholas Nickleby”
Al morir el padre de este chico, su madre, él y su hermana tienen que irse a Londres en busca de un tío que les asista en su pobreza. El “buen tío” los envía e un internado para librarse de sus molestias.


Por: Felipe Santos | Fuente: www.buzoncatolico.com



Dirección: Douglas McGrath. Guión: Charles Dickens y él mismo. Ftografía: Dick Pope. Música: Rachel Portman. Intérpretes: Charlie Hunnan, Timothy Spall, Jim Broadbent, Anne Hathaway, Nathan Lane, Jaime Bell y Alan Cumming.


Al morir el padre de este chico, su madre, él y su hermana tienen que irse a Londres en busca de un tío que les asista en su pobreza. El “buen tío” los envía e un internado para librarse de sus molestias.

De aquí pasa a ser institutor en una escuela rural dirigida por el cruel Wackford Squeers y su mujer.

Como no podía aguantar sus imposiciones y trato inaguantable, se rebela contra él y huye en compañía de su amigo Smike, un chico bueno y bondadoso y de salud enfermiza.

Ambos se une a una trouppe de teatro en Liverpool, aunque Nicholas debe ir en seguida a Londres para ver cómo está su hermana y el trato malo que le da su tío. Por supuesto, pronto cae en la cuenta de que la atormenta y la explota al máximo.

Una vez más se ha llevado la rica obra de Dickens al cine. Esto ha supuesto un gran desafío: reducir a un guión cinematográfico nada menos que 800 páginas del original.

Ahora bien, a pesar del inusitado trabajo de síntesis, McGrath tiene éxito al llevar al cine una versión que en todo instante gusta de modo satisfactorio.

Es fácil dejarse llevar y arrastrar por el encanto de la buen a narración en color en la que los personajes, fríos de sentimientos petrificados. Estos mismos personajes deben defender lo que es la ternura frente a una sociedad que maltrata a los jóvenes y niños.

El director ha mostrado con toda claridad en su relato su inclinación por los más débiles e indefensos en una sociedad cruel. Sin caer en algo lacrimógeno, el director mantiene el pulso desu narración con gran viveza y una recreación muy buena de los ambientes de la época, es decir, de la Inglaterra del siglo XIX.

El guión ha sabido combinar una serie de personajes que contrapuntean maravillosamente bien la vileza y villanía de los ricos.

Estamos ante una buena película, de esas que- como sabe hacer el cine inglés- posee una escenografía excelente, una magnífica interpretación y un estudio histórico de Inglaterra, vista bajo la perspectiva de Charles Dickens.

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