Cuidado, podría ser la televisión el enemigo en casa
Por: . | Fuente: hazte oir
No es secreto que al llegar a la casa después del trabajo muchos papas pregunten sobre el paradero de sus pequeños hijos. La respuesta de la persona que se queda con ellos en muchos casos es siempre la misma: “En su cuarto, mirando la televisión, debe estar viendo uno de sus programas favoritos”. Estos diálogos, tan habituales en los hogares, son realmente preocupantes porque comprueban que muchas veces la TV se convierte en la verdadera niñera del pequeño. No se dan cuenta los padres que en ese aparato pueden tener al enemigo mismo en casa, bastante influyente para su mala suerte.
No se trata de asustar a nadie. Para nada, pero es bueno saber que la televisión en cualquier parte del mundo tiene intereses de diverso tipo a la hora de transmitir determinado programa. Generalmente es el dinero que se gana por la publicidad lo que mueve al hombre de una televisora a la hora de programar algo para su hijo. Y si sumado a eso los valores no están presentes en esa persona entonces le importará poco o nada la calidad del producto que pone en la parrilla televisiva. Tampoco debe descartarse fines políticos o ideológicos en la difusión de una producción televisiva ¿Cómo dejar entonces en esas manos al pequeño de la casa?
¿Al televidente se le da lo que le agrada?
Algunos dicen que sí porque argumentan que el rating es el que mide si gusta o no determinada producción. El problema está en que lo que complace muchas veces a la mayoría no es necesariamente lo mejor. Muchos programas no sólo no dan valores sino que promueven antivalores. Lo que usted tanto ha inculcado en su casa puede ser arrebatado en un instante por la mala influencia televisiva. El pequeño ve muchas cosas y es como una esponja que absorbe prácticamente sin control todo lo que se difunde. En ello puede recibir de todo: violencia, una visión distorsionada del sexo, malos modales, modelos negativos, etc. El inconveniente es que siempre que un niño recibe un mal ejemplo tenderá sin duda a repetirlo y hasta hacerlo un hábito a toda vista perjudicial para su vida. No olvidemos que con lo malo nunca se puede decir: “lo observé y no pasó nada”, daña siempre, tanto a niños como a adultos.
La televisión no es para nada un servicio que piensa en lo mejor para su hijo. Es más bien un negocio que tiene que se rentable, sino desaparece. El fin aquí puede tranquilamente hacer que erróneamente se justifiquen los medios. Si bien también hay cosas positivas en la pantalla casera es importante que usted como padre de familia sepa bien lo que ve su niño. Lo más relevante es conversar explicándole con mucho detenimiento las razones por las cuales no es conveniente ver tal o cual programa. Una prohibición sin explicación es una regla que no se ancla en nada, y que por tanto será desconocida por el pequeño. No olvidemos que los niños siempre quieren razones.
Los comerciales también forman parte del menú que su hijo puede ver en la TV y en Internet ¿Cuántos mensajes negativos, de una sensualidad desbordada, con una visión del amor totalmente distorsionada pueden verse? Ahí también usted tiene una batalla que emprender ¿Cuántos avisos no convenientes o hasta denigrantes pueden estar incluso dentro de un programa para niños? Piénselo.
Recuerde también que cada vez la televisión está más segmentada. Ahora desde que se masificó el cable y apareció el portal de videos You Tube existe prácticamente un canal para cada integrante de la familia. Pero eso también trae problemas porque entre lo adulto y lo infantil ya no hay barreras. Su hijo puede pasar fácilmente de dibujos animados a series o películas no muy apropiadas o incluso a datos de todo tipo, no necesariamente certeros. De repente hasta la historia que usted le ha contado se la tergiversan. Tiene por eso necesariamente que ponerle horarios a su hijo y ser el colador de tanta información, pues si esta no es bien digerida puede ocasionar una indigestión de antivalores. No corra esos riesgos.
También muchas veces su hijo tendrá la posibilidad de ver cosas que usted quizá nunca planeó que viera. No estaba en casa, tenía una reunión o simplemente se le pasó. Bueno dos cosas: Le restringe la televisión en esos horarios o simplemente pone a una persona sensata para que lo acompañe. Cuando toca el niño el control remoto siempre es importante que esté acompañado. No se sabe nunca hasta donde puede llevarlo ese aparatito.
No olvide además que todo lo que vemos nos influye, es necesario por eso enseñar a sus hijos desde pequeños a tener un sentido crítico de las cosas para que no crean todo lo que el medio de comunicación dice. No lo olvide, no es infalible la TV, se equivoca y mucho.
En fin al margen del poder indiscutible de la televisión, los padres siempre tienen el liderazgo y por tanto la posibilidad de decidir lo que entra en sus hogares. Pueden colarse cosas muy positivas, como también muy negativas. Cuide entonces su casa, no vaya a ser que después con el enemigo dentro lamente consecuencias nada alentadoras en sus hijos. Está avisado.
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