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Todos los bautizados están llamados a la perfección
Que crezca en todo bautizado la conciencia de estar llamado a trabajar con compromiso y con fruto en la viña del Señor


Por: . | Fuente: zenit.org



Benedicto XVI recordó que «todos los bautizados están llamados a la perfección», en particular los laicos, al recoger una de las ideas centrales del Concilio Vaticano II.

Este aspecto específico de la herencia de aquella cumbre eclesial se convirtió en el argumento central de las palabras que el Papa dirigió a los peregrinos a mediodía al rezar con ellos la oración mariana del Ángelus desde la ventana de su estudio.

La plaza de San Pedro del Vaticano estaba totalmente llena de fieles, provenientes de muchos países, algunos de Argelia y Marruecos, que poco antes habían participado en la beatificación de Charles De Foucauld, el apóstol de los tuaregs en el Sahara, de Maria Pia Mastena, fundadora de las Religiosas del Santo Rostro; y de Maria Crocifissa Curcio, fundadora de la Congregación de las Religiosas Carmelitas Misioneras de Santa Teresa del Niño Jesús.

Sus vidas, dijo el pontífice, recuerdan que «todos los bautizados están llamados a la perfección de la vida cristiana: sacerdotes, religiosos y laicos, cada uno según su propio carisma y su vocación específica».

Benedicto XVI recordó que el Concilio Vaticano II, al que ofreció su contribución como teólogo, «prestó gran atención al papel de los fieles laicos», definiendo que «su vocación y misión», arraigadas «en el bautismo y la confirmación», y orientadas a «buscar el Reino de Dios tratando y ordenando, según Dios, los asuntos temporales».

Citó en particular el decreto del 18 de noviembre de 1965, de aquel Concilio, específico sobre el apostolado de los laicos, «Apostolicam actuositatem».

El documento, recordó, «subraya ante todo que la fecundidad del apostolado seglar depende de su unión vital con Cristo, es decir, de una sólida espiritualidad, alimentada por la participación activa en la Liturgia y expresada en el estilo de las bienaventuranzas evangélicas».

Para los laicos, destacó, «son de gran importancia la competencia profesional, el sentido de familia, el sentido cívico y las virtudes sociales».

«Si es verdad que están llamados individualmente a ofrecer su testimonio personal, particularmente precioso allí donde la libertad de la Iglesia encuentra impedimentos, el Concilio insiste en la importancia del apostolado organizado, necesario para influir en la mentalidad general, en las condiciones sociales y en las instituciones», indicó.

El pontífice concluyó pidiendo oraciones «para que crezca en todo bautizado la conciencia de estar llamado a trabajar con compromiso y con fruto en la viña del Señor».

La intervención del Papa continúa con la serie de reflexiones que está pronunciando los domingos para preparar el cuadragésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, que tendrá lugar el 8 de diciembre.


 

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