6.En marzo de 1987, la Santa Sede publicó un documento titulado Donum vitae sobre Bioética, poniendo barreras morales a la manipulación genética. La Iglesia está a favor del hombre y no acepta que se fabriquen hombres en serie para luego destruirlos cuando ya no interesen(1)
No puede permitirse el derecho a crear una vida humana con el fin de destruirla después.
Leí en el Diario YA, que frente a los seiscientos niños probeta conseguidos, se han destruido veintitrés mil cuatrocientos óvulos fecundados "in vitro",es decir, que se perdieron el 97,5% de las vidas humanas que se iniciaron(2).
En Francia, en 1986 se consiguieron ochocientos "niños probeta", pero se habían concebido "in vitro" once mil embriones humanos.Es decir, se destruyeron diez mil doscientos seres humano(3).
El Dr. Justo Aznar, Jefe del Departamento de Biopatología Clínica del Hospital de la Fe de Valencia, dice que por cada niño "in vitro" que nace se pierden cuarenta vidas humanas(4), pues para obtener un niño probeta se fecundan unos cincuenta óvulos.
La experimentación científica no puede legitimar esta destrucción de vidas humanas. En Melbourne, una clínica especializada en fecundación "in vitro" ha anunciado que destruirá centenares de embriones congelados(5).
El padre Angelo Serra, pionero mundial de la bioética, fundador del Instituto de Genética de la Facultad de Medicina Agostino Gemelli de Roma dice: "La genética es una gran conquista de la ciencia, una oportunidad a aprovechar, una autopista para llegar a comprender el mundo y el hombre y vencer enfermedades y sufrimientos"
Pero como genetista, le preocupa que la cada vez más extendida reacción ante los excesos cree un clima hostil hacia todo este filón de la investigación genética a la que ha dedicado su vida, trabajando en los mayores centros de vanguardia del mundo.
"La genética --afirma-- nos lleva a conocer el programa biológico de cada uno de nosotros. Cuanto más se conoce el código genético, antes se podrá dar vía libre a la geneterapia, sobre todo en la lucha contra los tumores. Pienso que en el futuro, la ingeniería genética, cuando pueda comprender y gobernar las complejas interrelaciones entre los genes, podrá también ayudar a un embrión humano enfermo a no desarrollar la enfermedad que lleva en sus genes".
Sin embargo, reconoce que "la sombra oscura que pesa sobre el progreso de nuestra época" es la producción de embriones para luego descartarlos: "Para tener el 95% de probabilidades de que la fecundación tenga éxito, hace falta programar al menos treinta embriones que después serán eliminados. La cultura de hoy va en esta dirección"(6).
El Dr. Jacques Testart, padre del primer "niño probeta" francés, cuenta en su libro El embrión transparente cómo en la Clínica Clamart donde él trabaja, a veces coinciden en la misma habitación una mujer que va a abortar y otra que está sometida a tratamiento para lograr la fecundación "in vitro". ¿No sería más lógico que la segunda adoptara al niño de la primera, en lugar de que tengan que morir cincuenta niños probeta para que ella consiga uno?(7).
Hay que distinguir entre la inseminación artificial (in vitro) y la asistida, en la que el médico ayuda a los esposos. Ésta es lícita, pero la artificial está prohibida por la Iglesia(8).
"Las enseñanzas de la Iglesia sobre la fecundación artificial dejan bien claro que el método técnico utilizado no puede sustituir al acto conyugal, sino que únicamente debe ser, cuando se considere necesario médicamente, una facilitación y una ayuda para que aquél alcance su finalidad natural"(9).
"La inseminación artificial y la fecundación in vitro son un problema delicado. (...) Muchos católicos aprueban, sin dificultad, la condenación por la Iglesia la fecundación heteróloga, es decir, recurrir a un donante ajeno a la pareja. (...) Según la expresión cruda, pero iluminadora, de un periodista francés, "la fecundación heteróloga es el adulterio en probeta".
"Presenta, en cambio, dificultad a ciertos católicos, el juicio negativo (...) pronunciado por la Iglesia, sobre la fecundación artificial homóloga, es decir, que no recurre a ningún donante extraño. (...)
"Para enfocar bien el problema hay que ir al fondo de la cuestión. (...)
"La fecundación in vitro implica corrientemente la sobreproducción de embriones que no serán trasplantados al cuerpo de la mujer y serán destruidos o congelados. Este hecho plantea el problema del aborto o su manipulación.(...)
"Sin embargo, aun en el caso de una fecundación homóloga "limpia técnicamente", el juicio de la Iglesia sigue siendo negativo. (...)"El acto conyugal, por el que los esposos se entregan uno al otro, y se abren juntos al don de la vida es al mismo tiempo indisolublemente espiritual y carnal."Marido y mujer consuman su unión en sus cuerpos, y por sus cuerpos también en su corazón. Así pueden llegar a ser padre y madre.
"De aquí la convicción profunda de la Iglesia de que la única manera, verdaderamente humana, de dar la vida a un niño reside en un acto conyugal auténtico, en el que los esposos se donan el uno al otro tanto en la verdad de su carne como de su alma.
"El único lugar adecuado para el surgimiento de una nueva persona es un acto de amor, a la vez espiritual y físico; y no una sucesión de operaciones técnicas, separadas, objetivamente, de los gestos del amor"(10).Por otra parte, la inseminación artificial lleva en sí un peligro de contagio; como le ocurrió a una mujer alemana que se contagió de SIDA por haber usado semen de banco. "Según las revelaciones de un equipo médico alemán a la revista "The Lancet", una enfermera alemana se vio contagiada de SIDA tras una inseminación artificial"(11).
Angelo Serra, pionero mundial en el campo de la genética, ha afirmado que la fecundación asistida fracasa en el 87% de los casos y deja graves consecuencias psíquicas(12).
En la presentación del documento Donum Vitae, el cardenal Ratzinger dice:"La actividad científica está sometida a la ley ética. La Ciencia no es un absoluto a lo que se puede sacrificar todo, aun la dignidad del hombre". Progreso que va contra la dignidad del hombre no es verdadero progreso.
Federico Mayor Zaragoza, Presidente de la UNESCO, dijo el 26 de agosto de 1998 en Rímini (Italia):"Por primera vez el hombre ha llegado al umbral de los mecanismos de la vida; por esto, la Bioética debe asegurarse que los progresos se pongan al servicio de todos"(13).
He aquí algunas ideas del documento Donum Vitae:
"Si el progreso tecnológico no está encauzado por la moral, puede atentar contra la dignidad de la persona humana" (Introducción nº 2). "No todo lo que es técnicamente posible es moralmente admisible"(Introducción nº 4). "La Ciencia y la técnica exigen el respeto incondicional a los criterios fundamentales de la moralidad: deben estar al servicio de la persona humana"(Introducción nº 2). "El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el primer instante de su concepción"(I,1). "Es inmoral producir embriones humanos destinados a ser explotados como "material disponible". Resulta obligado denunciar la particular gravedad de la destrucción voluntaria de los embriones humanos obtenidos "in vitro" con el sólo objeto de investigar"(I, 4). "Tanto en el caso de los fetos muertos, como cuando se trata de cadáveres de personas adultas, toda práctica comercial es ilícita y debe ser prohibida"(I, 4). "Desde el punto de vista moral, sólo es verdaderamente responsable, para con quien ha de nacer, la procreación que es fruto del matrimonio... La fidelidad de los esposos, en la unidad del matrimonio, comporta el recíproco respeto de su derecho a llegar a ser padre y madre exclusivamente el uno a través del otro. El hijo tiene derecho a ser concebido, llevado en las entrañas, traído al mundo y educado dentro del matrimonio"(II, 1).
Un hijo concebido con ayuda de un gameto procedente de una tercera persona es propiamente un hijo adulterino. Por lo mismo están prohibidos los "vientres de alquiler" que van contra la unidad del matrimonio, y la congelación de embriones que los expone a posibles manipulaciones contra la dignidad de la persona humana. "Las técnicas que provocan una disociación de la paternidad por la intervención de una persona extraña a los cónyuges (donación del esperma o del óvulo, préstamo de útero), son gravemente deshonestas"(14).
El 12 de febrero del 2001 se publicó el mapa del genoma humano.
El descubrimiento del genoma humano nos ha descubierto la poca diferencia, en el número de genes, de los seres vivos. Pero queda por estudiar las funciones de los millones de proteínas producidas por los treinta mil genes humanos, que son lo que nos diferencia a unos de otros.Según el Dr. César Benito Jiménez, Profesor de Genética Humana en la Universidad Complutense de Madrid, ya conocemos el número exacto de los genes que poseemos. En adelante se podrá sustituir un gen defectuoso por un gen sano, y diseñar nuevos fármacos para el tratamiento de algunas enfermedades hoy incurables(15).
Pero también hay peligro de caer en la tentación de eliminar embriones humanos defectuosos, lo cual sería asesinar a personas humanas inocentes por el hecho de no ser sanas; lo cual es monstruoso.
Y es que el progreso técnico, si no se somete a la moral se vuelve contra el hombre.
A propósito del genoma humano donde están codificadas las características de la persona, dijo Juan Pablo II, en la IV Asamblea General de la Academia Pontificia para la Vida: "No es lícito realizar intervenciones sobre el genoma que no estén orientados al bien de la persona"(16).
El P. Javier Gafo, S.I., Catedrático de Bioética en la Universidad de Comillas en Madrid, dice: "El desarrollo tecnológico no es un valor en sí absoluto, en nombre del cual pueda legitimarse cualquier tipo de avance. Las nuevas técnicas de reproducción humana pueden llevar a abusivas manipulaciones del embrión y a una degradación de su valor humano"(17).
Se pueden realizar verdaderas perversiones(18).
Manipulando el cromosoma de la agresividad se podrían obtener seres humanos de tendencias criminales destinados al terrorismo.
La ingeniería genética podría conseguir hombres infradotados para ponerlos al servicio de los "listos" que los han "producido"(19). Sería una nueva modalidad de esclavitud. Y ningún hombre debe ser explotado por el que es más fuerte que él sea económicamente, sea culturalmente, sea físicamente, sea psíquicamente.
Todo hombre, nacido o no nacido, enfermo incurable o desbordante de salud, es hijo de Dios. No puede ser explotado por otro hombre.
Elio Sgreccia, portavoz vaticano de Bioética, afirma:"La Iglesia está a favor de las investigaciones científicas que estén orientadas a la prevención y tratamiento de enfermedades. La Ciencia experimental tiene que estar orientada al bien del hombre. Pero la utilización destructiva de embriones para investigar merece un juicio negativo, pues el embrión humano vivo es un ser humano que exige el respeto que merece todo hombre"(20).
El Premio Nobel Dr.Severo Ochoa entrevistado por la periodista Pilar Urbano, dijo: "Muchas veces el hallazgo científico se escapa de nuestras manos y se vuelve contra el hombre"(21).
Como dijo Juan Pablo II: "El principio de la libertad de investigación científica no puede ser separado de la responsabilidad ética"(22).
Evidentemente, no todo lo que es técnicamente posible es moralmente aceptable. Los Medios de Información propagaron que dos lesbianas del país vasco habían tenido un hijo en común: una quedó embarazada con espermatozoide de banco de semen, y el óvulo fecundado fue anidado en la otra.
Esto es una monstruosidad. Ese niño va a vivir traumatizado cuando se entere que es hijo de dos mujeres anormales. Siempre será verdad que toda ciencia necesita de la conciencia: la ciencia sin conciencia se vuelve contra el hombre.
"Las intervenciones sobre el embrión humano sólo son lícitas si tienen como fin la mejora de sus condiciones de vida"(23)."Los médicos del Hospital Antoine Béclère, en las proximidades de París, han logrado, con un proceso de selección genética, evitar en un bebé la trasmisión de una enfermedad hereditaria de uno e sus padres"(24).
El 24 de Febrero de 1997 todos los medios de información se hicieron eco de la clonación de una oveja en Escocia, quitando el núcleo con el código genético de un óvulo y poniéndole el núcleo de otra célula con su código genético. Así se engendra un nuevo ser idéntico al ser del que se ha tomado el núcleo.Fue obra de dos científicos escoceses Iam Vilmut y K.H.S. Campell con sus colaboradores del Roselim Institute de Edimburgo(25). Esto puede ser útil para mejorar la ganadería. Con esta ocasión se multiplicaron los comentarios sobre la aplicación de la clonación al ser humano. Uno de ellos fue el de Juan Antonio Martínez, Delegado de la Conferencia Episcopal Española, que dijo por televisión: "La Ciencia sin conciencia se vuelve contra el hombre". Efectivamente, sería una monstruosidad que unos hombres "fabricaran" a otros infradotados intelectualmente, sumisos y dóciles, pero muy fuertes físicamente, para su servicio en trabajos duros o peligrosos. Sería una nueva forma de esclavitud.
En Abril de 1997 se celebró en Oviedo un Convenio de Bioética. Representantes de veinte países firmaron un Convenio Europeo sobre Derechos Humanos y Biomedicina auspiciado por el Consejo de Europa. Este documento incluye un anexo especial sobre la clonación humana que prohibe expresamente. Pone límites a la ingeniería genética y protege a los ciudadanos frente a los avances científicos(26).Después, el 12 de Enero de 1998 el Consejo de Europa firmó en París un Protocolo prohibiendo la clonación humana(27).La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe dice que la clonación humana es contraria a la moral(28).El 20 de enero de 1998 vi en Televisión Española un debate sobre la clonación humana moderado por Luis Herrero. En él intervino el obispo de Castellón, Doctor en Moral, D. Juan Antonio Reig. Contestando a Agustín Zapata y a Javier Sádaba que opinaban que la clonación humana podía ser útil, expuso con gran claridad que no se puede permitir la clonación humana con fines utilitarios, como sería hombres clonados como almacén de piezas de recambio para trasplantes. Esto sería muy práctico, pero no sería ético. Y lo que distingue a los hombres de los animales es el respeto a la ética.
Resulta monstruoso que unos hombres "fabriquen" otros hombres para tener piezas de recambio y después eliminarlos.La ciencia sin conciencia se vuelve contra el hombre. A las personas humanas no se las puede tratar como objetos. La persona humana tiene unos derechos que hay que respetar.
Cuatrocientos catedráticos de Roma han firmado una "Declaración" contra la clonación humana(29).
"El gobierno español ha ratificado oficialmente el protocolo internacional que prohíbe taxativamente la práctica de la clonación de seres humanos"(30).
Por otra parte, David Humphreys, del Whitehead Institute for Biomedical Research de Estados Unidos, ha manifestado su preocupación por "las irregularidades genéticas" observadas en los seres clonados(31).
Los reparos éticos que suscita la clonación de personas humanas pueden desaparecer si se logra la clonación de tejidos para trasplantes(32). Por ejemplo, de tejido epitelial, etc.El 19 de diciembre del año 2000, el Parlamento Británico aprobó la clonación terapéutica. Parece que enfermedades como el parkinson, la diabetes y la leucemia, se podrían curar trasplantando células de embriones con capacidad de originar "células madre", llamadas "estaminales", que pueden dar lugar a células iguales para generar nuevos tejidos.
Pero no se puede matar a una persona para dar a otra el órgano que necesita. Como ocurre cuando se mata un embrión humano para sacar "células madre" que fabriquen los órganos deseados para hacer trasplantes.Fabricar seres humanos con el fin de tener órganos humanos de recambio para las personas enfermas que los necesiten, y después matarlos, además de ser una monstruosidad, es tan absurdo como fabricar un camión para utilizar sus neumáticos, y después mandarlo al desguace del chatarrero.
1 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2275
2 Diario YA, 7-IV-88, pg. 13
3 JACQUES TESTART: El embrión transparente. Anexo, 4. Ed. Granica. Barcelona, 1988
4 Diario YA, 14-IV-88, pg. 15
5 Boletín informativo del Vaticano en INTERNET: Zenit,980401-2
6 ZENIT. Boletín informativo del Vaticano en INTERNET: ZS99031503
7 JACQUES TESTART: El embrión transparente, II, 8. Ed. Granica. Barcelona, 1988
8 ARTURO FERNÁNDEZ: Compendio de Teología Moral, 2ª, X, 2. Ed. Palabra. Madrid. 1995.
9 ANTONIO MONTEBELLI: Guía de los métodos naturales. Apéndice. Ed. Ciudad Nueva. Madrid.
10 ANDRÉ LÉONARD: La moral sexual explicada a los jóvenes, III,6. Ed. Palabra. Madrid. 1994.
11ZENIT: Boletín informativo del Vaticano en INTERNET: Zenit, 980306-5
12 ZENIT: Boletín informativo del Vaticano en INTERNET: ZS 00103101
13 Boletín informativo del Vaticano en INTERNET: Zenit, 980825-3
14 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2376
15 Diario LA RAZÓN, 12-II-2001, pg. 52
16 Boletín informativo del Vaticano en INTERNET: Zenit, 980224-1
17 Diario YA, 11-III-87, pg. 5
18 JACQUES TESTART: El embrión transparente, IV, 4. Ed. Granica. Barcelona, 1988.
19 ABC de Sevilla del 9-II-94. pg. 119
20 Diario La Razón del 15-II-2001, pg.46.
21 Revista ÉPOCA, 142 ( 3-XI-87 ) 54
22 DIARIO DE CÁDIZ del 9-VI-97, pg.52
23 Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2275
24 Diario La Razón del 16-XI-2000, pg.35.
25 Revista NATURE del 27-II-1997
26 Diario ABC de Madrid del 5-IV-97, p g. 59
27 Diario ABC de Madrid del 13-I-98, pg.10
28 Donum vitae, I,6
29 ZENIT: Boletín informativo del Vaticano en INTERNET, ZS99020707,
30 Diario LA RAZÓN del 25-I-2000, pg.35.
31 Diario LA RAZÓN del 6-VII-2001, pg.43.
32 Diario ABC de Madrid del 22-I-99, pg. 69