.
Que hacemos con la flojera
Familias Católicas /Educar en la Infancia

Por: Silvia del Valle | Fuente: Catholic.net

Es importante que seamos conscientes que con tantos cambios en el ritmo de vida y en las costumbres familiares es posible que nuestros hijos estén sin ganas de hacer las cosas.

Por una parte porque están algo desubicados y por otra parte pueden tener un ataque de flojera, de esa que no la pueden controlar por ellos mismos.

Puede que también haya motivos químicos o fisiológicos, pero el saber que no pueden salir, o que deben hacer las cosas de otra forma, puede estarles generando mucho estrés.

Y el estrés lo pueden sacar de muchas formas, una de ellas es esa pesadez o flojera para hacer sus deberes.

Por eso aquí te dejo mis 5Tips para ayudar a nuestros hijos a manejar la flojera.

PRIMERA. Revisa que no sea algo físico. Qué no estén enfermos.
Es lo más importante, saber por que nuestros hijos no quieren hacer las cosas, ya que es muy diferente no querer a no poder.

Es necesario estar atentos a que no haya enfermedades que los estén empujando a dejar de hacer las cosas.

Y no tienen que ser algo grave, un simple dolor de cabeza o de muelas pueden estarles generando esa imposibilidad para hacer sus deberes.

SEGUNDO. Establece horarios.
Es bueno que nuestros hijos sientan que hay orden en sus vidas y en la vida familiar.

Los horarios nos dan tiempos establecidos y nos dan seguridades ya que nuestro hijos pueden saber que sigue y que deben hacer en el día.

En caso de que haya alguna modificación a nuestra rutina personal o familiar, debemos saber realizar los cambios pero tener la paz de que todo lo demás está ya establecido.

Este horario debe ser firme pero flexible y también debemos estar atentos a revisar que las actividades se realicen completas.

TERCERO. Que tengan actividades atractivas y que les hagan ilusión.
Cuando caemos en la monotonía es muy fácil que nuestros hijos pierdan el interés y las ganas de hacer las cosas y busquen cualquier pretexto para no hacerlas.

Es por esto que debemos estar atentos a que en el día realicen actividades variadas y atractivas, incluso, algunas que les impliquen retos ya que así tendrán una motivación que les impulse a activarse y realizar lo que deben.

CUARTO. Que haya momentos al día para descansar un poco.
A veces pensamos que por que están en casa no es necesario descansar un poco, pero las actividades se siguen realizando.

El estudiar, leer, realizar investigaciones, etc., también son actividades que agotan a nuestros hijos y que requieren de momentos de esparcimiento después de realizarlas.

Por otro lado, las labores de casa si implican un desgaste físico que podemos compensar con algunas actividades tipo juegos de mesa o videojuegos que les estimulen a realizarlas.

Aqui podemos echar a volar nuestra imaginación y ser muy creativos para que nuestros hijos, no importa si están en casa todo el día, no se sientan aburridos.

Y QUINTO. Que aprendan a ofrecer lo que sienten.
A veces debemos hacer cosas que no nos gustan o que no tenemos ganas de hacer en ese momento, es por eso que es importante enseñar a nuestros hijos a ofrecer esas cosas y el esfuerzo de hacerlas a Dios.

Si logramos que nuestros hijos lo hagan cotidianamente, le estaremos dando un toque sublime a nuestro día, ya que, como decía San Josemaria Escrivá de Balaguer, estaremos ofreciendo las cosas pequeñas, esas que debemos hacer a diario y el esfuerzo por realizarlas a pesar de que no tenemos ganas de hacerlas, y esto puede ser muy meritorio a los ojos de Dios.