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¿Laicos comprometidos?
Laicos en la Iglesia /Artículos de interés

Por: Javier Ordovàs | Fuente: Catholic.net

Todas las mujeres y hombres laicos –fieles cristianos- están comprometidos.


Ya en los primeros siglos de esta era, bajo el imperio pagano de Roma, los cristianos cambiaron todo desde dentro, tal y como describe el escritor Tertuliano, que era abogado de profesión, fue ordenado sacerdote, después de su conversión al cristianismo, en un fragmento de su “Apologético”:


"Nosotros somos de ayer, sin embargo, llenamos vuestras ciudades, islas, fuertes, pueblos, concejos, así como los campos, tribus, decurias, el palacio, el senado, el foro, solamente os hemos dejado vuestros templos. Nosotros podríamos migrar y dejaros en vergüenza y desolación. Nosotros debemos de ser al menos tolerados, porque somos un cuerpo unido por la comunidad de religión, de disciplina y de esperanza. Nosotros nos reunimos para orar, aun por los emperadores y las autoridades, para escuchar las lecturas de los libros sagrados y las exhortaciones. Nosotros juzgamos y separamos a los que cometen crímenes. Tenemos ancianos de probada virtud que nos presiden…”


Actualmente, cuando escuchamos la expresión “laicos comprometidos”, suele entenderse en un contexto que significa un fiel que ayuda a la Iglesia, a la parroquia, en alguna de sus muchas necesidades: catequesis, cursos de formación, cuestiones administrativas u organizativas de actividades, lectura de la palabra,…


Ya nos damos cuenta que es una forma de reducir la función, la misión y la vocación del fiel laico dentro de la Iglesia. El papa Francisco habla de ese tipo de “clericalismo” que supone el intento de “clericalizar” al laico.


Todos los hijos de Dios en la Iglesia tenemos la vocación de ser cristianos y cristianizar; los sacerdotes, a través de su ministerio, los religiosos por su camino propio y, la gran mayoría de los cristianos, mujeres y hombres, en su importante e imprescindible papel específico.


Jesucristo nos dice: “Vosotros sois la sal de la tierra… vosotros sois la luz del mundo” (Mt 5,13.14). Lo dice a todos sus seguidores, no sólo a los clérigos.  


El Catecismo de la Iglesia Católica dedica 16 puntos a recordarnos que todos los files estamos llamados a la santidad porque tenemos una vocación cristiana.


En el n. 898: "Los laicos tienen como vocación propia el buscar el Reino de Dios ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios [...] A ellos de manera especial corresponde iluminar y ordenar todas las realidades temporales, a las que están estrechamente unidos, de tal manera que éstas lleguen a ser según Cristo, se desarrollen y sean para alabanza del Creador y Redentor".

 

¿Cuáles son esas realidades temporales que los laicos tienen que iluminar y en las que deben ser sal? ¿Qué realidades hay que cristianizar?


Son todas las realidades revitalizadoras de la sociedad:


El matrimonio
La familia
El trabajo
La amistad
La enfermedad
La pobreza
La empresa
Los entes nacionales e internacionales
El arte
La música
Las  nuevas tecnologías


Es maravilloso el protagonismo de los laicos: ser hijo/a cristiano, ser padre/madre cristiano, ser esposo/a cristiano, pariente cristiano, amigo cristiano,  trabajador cristiano, político cristiano, músico, artista, médico, deportista, conductor, vecino,…


Los cristianos son “sal y luz de la tierra” cuando están alegres en medio de las adversidades, cuando son leales con sus amigos, cuando no critican a los vecinos, cuando son fieles a sus esposas, cuando dedican tiempo a sus hijos, cuando cumplen sus obligaciones profesionales y de ciudadanos, cuando emplean y promueven la parte positiva de la www, cuando participan con iniciativa  y libertad en las actividades sociales y políticas, cuando difunden sus ideas respetando las ajenas, cuando denuncian la desigualdad y la corrupción, cuando defienden la libertad religiosa y de expresión, cuando combate contra sus propias debilidades, cuando siembran a su alrededor amabilidad y cordialidad,…


Es interminable.
Vivir las virtudes cristianas en el día a día es todo un panorama lleno de retos, de pequeñas victorias y derrotas, es al gran compromiso de los fieles laicos.
Ese es el panorama que la parroquia debe abrir ante los ojos de las mujeres y hombres  laicos que desean ser “comprometidos”.

 

Estos que define Tertuliano,  fueron los cristianos “comprometidos” que, metidos de lleno en el tejido de la sociedad romana, transformaron por completo, desde dentro,  la cultura pagana y la cristianizaron.


Esos son los fieles “laicos comprometidos” que necesita, también,  la sociedad actual.