Los días 28, 29 y 30 de abril tuve la gracia de asistir al IX Seminario Profesional para las Oficinas de Comunicación de la Iglesia, en Roma. La temática del Seminario venía dada por el lema: Comunicación de la Iglesia: estrategias creativas para promover un cambio cultural.
Reunir a más de 200 personas, de todo el mundo, interesadas por comunicar a Cristo a través de la Iglesia, es un hito reseñable. Sobre todo cuando se cuenta con ponentes del nivel de Joaquín Navarro Valls, el Card. Timthy Dolan de Nueva York o el Card. Philippe Barbarin de Lyon. El Seminario se organizó de forma similar a un congreso, con ponencias generales y espacios para que diversas personas pudieran presentar comunicaciones. Los espacios para las comunicaciones se distribuyeron según los diferentes idiomas, llegando a coincidir hasta siete comunicaciones simultáneas.
La organización fue prácticamente impoluta, dando lugar a una dinámica muy positiva, en la que era posible comentar lo que nos parecía más importante, mientras nos desplazábamos de un espacio a otro. Además las comunicaciones fueron de gran interés general por la calidad de las contribuciones que se hicieron.
El primer plato fuerte que degustamos fue una ponencia del Cardenal Dolan, cuyo título deja claro el contenido que desarrolló: "Necesitamos laicos competentes que representen a la Iglesia". El Card. Dolan con su característico sentido del humor reseñó que: necesitamos " un verdadero sentido de la profesionalidad en todo lo que hacemos" . La "forma de decir algo es tan importante como lo que decimos". Sin lugar a dudas, "no debemos tener nunca miedo de decir la verdad ", incluso en situaciones desagradables para la institución, porque "la gente quiere y espera la transparencia de la Iglesia". "La gente tiene hambre de sentido para su vida".
Joaquín Navarro Valls nos reseñó los tres ámbitos en que se hacía evidente la santidad de Juan Pablo II: la oración, el trabajo y el sentido del humor. Nos indujo a reírnos llenos de amor del recuerdo de este santo Papa cuando nos relató diversas anécdotas que reflejaban el buen humor siempre presente en Juan Pablo II.
El miércoles, tras la audiencia con el Papa, el P. Federico Lombardi accedió a compartir con nosotros un rato y responder a nuestras preguntas. En principio se podía suponer que entre colegas las preguntas iban a ser sencillas, pero nuestra curiosidad hizo que el P. Lombardi sacara lo mejor de su capacidad comunicativa y diplomática. Reseño un par de preguntas y su respuesta.
Ante la espontaneidad del Papa Francisco, uno de los asistentes le preguntó a qué santo se encomendaba cada mañana. El Padre Federico contestó que siempre rezaba al Espíritu Santo para que le diera la capacidad de entender la Voluntad de Dios. Como es lógico apareció el tema de los conceptos que el Papa utiliza a menudo y que nadie sabe claramente su interpretación. Por ejemplo “las periferias existencias” o “la teología inconclusa” entre muchos otros conceptos. El P. Lombardi contestó que la oficina de prensa está para servir a la Iglesia y al Papa, comunicando lo mejor posible sus mensajes y actividades. Su misión no es dar consejos al Sumo Pontífice. Tras oír esta respuesta, pensé en que esta actitud es antagónica a la de las oficinas de prensa de los políticos, que se empeñan en crear un producto que sea “vendible” y “consumible” por los votantes.
El Cardenal Barbarin centro una estupenda ponencia de titulo "Vi la mano de Dios", esto dijo el Papa Francisco cuando dijo que eligió el tema del Sínodo sobre la Familia. "No es en absoluto sorprendente que el Papa ha confiado la labor del Sínodo sobre la familia a la intercesión de los dos nuevos santos papas, para ser llevados a cabo en docilidad al Espíritu Santo ", añadió Barbarin. En estos temas, de hecho, es del todo inevitable "se unen en oración, porque los riesgos son muy altos". Tras oír la ponencia del Cardenal Barbarin, no me cabe duda que el Sínodo de la Familia es una inmensa oportunidad que no está libre de peligros. Por ejemplo la creación de otro supuesto “espíritu” del Sínodo, que nos lleve de nuevo a una o dos décadas de enfrentamientos entre nosotros.
También fue muy interesante la ponencia de Helen Alvaré, heroína de la lucha por la vida y el matrimonio. Esta mujer merece un reconocimiento extraordinario, ya que es capaz de combinar dos aspectos que suelen estar contrapuestos: la misericordia y la justicia. Amor y cercanía con las mujeres que se ven destrozadas por la ideología de género y que la defienden porque creen que es la única forma de solventar sus problemas. Justicia y fortaleza, con la ideología que tantos daños está causando entre nosotros. Sobre todo me ha entusiasmado la iniciativa de permitir que las propias mujeres sean las que digan lo que sienten, de forma que otros no se apoderen de una representatividad que nunca les han dado.
Podría seguir comentando las demás ponencias, pero no terminaría de reseñar todas las virtudes que fueron expuestas con claridad y razonamiento. Sólo me queda reseñar que espero poder asistir al siguiente seminario, que se realizará dentro de dos años. Vivir durante tres días con personas llenas de entusiasmo y valentía, hace posible que vea el futuro con más esperanza y alegría.