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El Hombre y el sin sentido del dolor
Psicólogos católicos /El dolor

Por: Javier Mandingorra Giménez |

Resumen
Introducción
¿Qué es el dolor?
Clases de dolor
Interpretaciones
Conclusiones
Sufrimiento vicario de Jesucristo
Bibliografía


Resumen

El dolor y el sufrimiento son los compañeros del hombre. Este, percatado de que es algo antinatural, que repugna a su naturaleza, busca una explicación al mismo.
Intentos de explicación que le lleva o al pesimismo o al superhombre, pero superhombre que ante su impotencia real puede terminar en el suicidio.
Veremos las explicaciones de Max Scheler y de Santo Tomas de Aquino: fisiológica y ontológica. Cómo el sufrimiento llega a romper la unidad de la persona. Cómo una actitud optimista, el sentido del humor, las artes, hacen soportable el sufrimiento.
Veremos así mismo que la única explicación posible no la da la filosofía sino la teología ya que es necesario entrar en un plano lógico superior.
La esperanza del hombre es eliminar el dolor, y esto lo consigue cuando se puede transformar en alegría y esta es la visión cristiana del sufrimiento.
Analizaremos brevemente el sufrimiento del Primer mártir del cristianismo, Jesús el Cristo. A quien todos los demás no han hecho sino seguir su camino, sus pasos.

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Introducción

La propia palabra dolor, del latín dolor, oris, designa el dolor corporal "sensación molesta en alguna parte del cuerpo", y el dolor psíquico -pena, tristeza.
El dolor siempre ha ido asociado a la vida del hombre. Es un fenómeno vital, inmediato y primario. Este es un dato de la experiencia.
La gran frustración del hombre es que estando hecho para la felicidad, y viviendo en una búsqueda permanente de ser feliz, se topa inexorablemente o bien con el daño físico o con el psíquico e incluso el constatar que cuando ve que al lograr lo que pensaba quería, su satisfacción no es plena, su corazón no se aquieta y pide mas.

¿Cómo unimos estas dos partes del dolor?. ¿Cómo nos lleva al concepto de sufrimiento?
Cuando fracasamos en esa huida del dolor, del sufrimiento, nos preguntamos:
¿Tiene esto sentido?. ¿Cuál es el sentido del dolor?. Si el sufrimiento es un límite a la vida humana ¿qué sentido tiene?.
Solo el hacernos estas preguntas ya es un modo de sufrir, pues como decía Hobbes, el hambre futura ya me convierte en un hambriento. Así el miedo al sufrimiento es ya un sufrir, el miedo al dolor es ya un dolor. El miedo a la muerte es ya, morir un poco.

Hay un principio Universal que dice que el Bien es lo que ha de hacerse y el Mal lo que ha de ser evitado. Podríamos decir que el Bien es aquello que nos enriquece, que nos hace ser mas personas y el mal un no bien que hay que evitar.
El análisis fisiológico del dolor nos ha permitido al conocer sus mecanismos o bien prevenirlo o bien curarlo. La medicina paliativa, los cuidados paliativos tienen mucho que decir en este tema.

Pero como vivimos el dolor desde la conciencia?
Esto nos lleva a analizar el dolor de forma antológica: Que es el dolor, su por qué, sus clases, cuales son sus causas y sus efectos.

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¿Qué es pues el dolor?

Un acto de la subjetividad, un sentimiento. Es un acto de las diecisiete instancias afectivas que marca Santo Tomás.
San Agustín lo definía como un sentimiento que resiste a la división. Y es que el dolor corporal intenso patentiza en nuestra conciencia la unidad sustancial del ser humano, revelándose contra su disgregación.
Bergson lo define como sensación local impotente. La tendencia a la huida que provoca el estimulo doloroso esta enlazada con la imposibilidad de sustraerme a la realidad dolorosa.
Puede ocurrir por una patología dolor, pero no captar la sensación dolorosa y no huir ante el hecho doloroso, es el síndrome de Gertsmann, desconexión del lóbulo parietal del frontal.
El dolor junto con el placer es constitutivo del aparato psíquico.

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Clases de dolor

Freud nos da en “El malestar en la cultura”, tres posibles:

1. La enfermedad que nos hace descubrir nuestra finitud.
2. Las agresiones del mundo exterior que nos hacen descubrir nuestra pequeñez e indefensión.
3. Las relaciones con el prójimo que nos descubre la injusticia.

Scheler, hace un completo estudio y distingue cuatro estratos en el ser humano y en base a ello establece cuatro tipos de sentimientos:

Estrato
Somático
Somático vital
Psíquico
Espiritual

Sentimientos

Sensoriales
Corporales y vitales
Del Yo
De Persona

Scheler caracteriza el dolor como un sentimiento del primer estrato, sensorial, referido al yo, tercer estrato, pero no a la persona que seria el cuarto estrato.
Y es que esa seria la diferencia entre dolor y sufrimiento. A partir de un cierto grado de intensidad del dolor este deja ya de ser dolor para pasar a ser sufrimiento, el cuarto estrato. Y no solo por su intensidad sino por su duración, esto es, que devore todas las perspectivas de futuro, la indeterminación de un horizonte sin dolor, afectando a ese estrato espiritual y produciendo tristeza.

Una explicación de que el suicidio de adolescentes este en aumento, es en buena parte, en que a nuestros jóvenes se les da todo demasiado fácil, se les aparta de las sensaciones dolorosas llevándoles a poca o ninguna aceptación de las sensaciones de frustración, son incapaces de padecer, solo les hemos enseñado la búsqueda de placeres: alcohol, tabaco, drogas, sexo... No saliendo de la infancia.

Nos esta faltando el enseñar, el educar en lo arduo. Max Scheler nos ha mostrado que las cotas mas altas de felicidad son aquellas que no se pueden alcanzar directamente, en ello tenemos que educar a nuestros jóvenes, para que abandonen ese estado infantil de compadecerse y de lloriqueos. Madurando no caerán en el suicidio.
Ese ocultar a nuestros jóvenes a nuestros hijos la realidad de la muerte, de la enfermedad, ocultando a su mirada la muerte o el dolor de los seres queridos, deseando que no sufran, lleva a lo que nos dice Pascal en “Pensamientos, 171”:

Solamente nos consuela frente a nuestras miserias la diversión y, sin embargo, ella es la más grande de nuestras miserias: porque es justamente lo que nos impide pensar en nosotros mismos, llevándonos inevitablemente a la muerte. Sin la diversión, nosotros estaríamos sumergidos en el aburrimiento, el cual nos llevaría a buscar un medio mas seguro para salir del mismo, pero la diversión nos gusta y nos hace llegar inadvertidamente a la muerte.
Hay que enseñarles también que la relación con los demás -pues esa búsqueda de placer produce aislamiento, ya que los “otros” sus “amigos” se convierten en objetos de placer y no en personas que nos enriquecen- es connatural al hombre, no estamos solos, nos hemos de interesar por los demás, que en el descubrimiento del otro encontraremos el sentido mas profundo de nosotros mismos. Esto claro esta nos producirá sufrimientos, pero enriquecedores, nos hará fuertes y sabios, pero sobre todo que el circulo de la soledad se habría roto y nos comprenderemos así mismos en relación con los demás.

Esta misma huida del sentido del sin sentido del dolor, del sufrimiento, esta llevando a la eutanasia. Es la búsqueda del placer en la muerte, cuando la vida por el sufrimiento que aporta, se piensa que no vale la pena vivirla.

El dolor es constitutivo del aparato psíquico junto al placer. Santo Tomas nos dice que la apetencia general de placer y el anhelo de unidad o amor es causa del dolor, ya que este es un sentimiento que resiste a la división. Coincidiendo vemos con San Agustín.
Así mismo, la resistencia de la voluntad y de la sensibilidad a una fuerza de potencia superior causa dolor, porque si tal fuerza tuviera la potencia suficiente para transformar el impulso de resistencia volitiva o sensitiva hasta el punto de cambiarlo de signo en su cesión y consentimiento, el dolor dejaría lugar al placer. Esto explica en buena parte las perversiones sadomasoquistas y la ética budista. Esta última tan de moda en el mundo occidental, elimina el sufrimiento eliminando la voluntad. Mediante la praxis meditativa hacemos desaparecer el yo y con él el sufrimiento, logrando lo contrario de lo que pretendían: ser mas personas.

Las investigaciones filosóficas del dolor no dan explicación alguna de cómo aparece el mal en la naturaleza humana siendo así que ella en su esencia ni lo contiene ni lo exige.
Olvidan que el pecado Original es quien priva al hombre de su posición de privilegio. El mundo creado siguió al hombre en su caída. El mal entra en el mundo con el pecado original. Por justicia es al hombre a quien le correspondería devolver al mundo a su estado primitivo.
Este ya podría ser un punto de partida para explicar la Encarnación, la Pasión de Cristo y el sentido corredentor de los mártires de la fe. Eso haremos al final de esta introducción estudiando la Pasión.

Es fácil caer en el dualismo placer-dolor. Esto es algo de lo que debemos estar prevenidos, atentos. No son dos contrarios de un mismo género. Son dos actos de dos instancias apetitivas. Se puede estar alegre con dolor, sufriendo como veremos.

Santo Tomas admitió la existencia junto a la apetencia general de placer lo que llamo el apetito irascible y que hoy la sicología recoge con el nombre de agresividad. Y cuya misión es soportar el dolor y vencerlo.

Podemos fijar tres especies de dolor pues: dolor corporal, dolor interior y tristeza. Estos corresponden a Cuerpo, Alma y Espíritu.



Con este cuadro compaginamos el análisis de Santo Tomas con el de Max Scheler.
En el cuadro al distinguir diversas instancias afectivas y cognoscitivas, es posible como decíamos mas arriba, la simultaneidad de placer y dolor en un mismos individuo, pero eso sí, en diferentes instancias afectivas.
Un ejemplo claro de esto lo tenemos en la utilización de la la música durante los partos.

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Interpretaciones del dolor

Schopenhauer encarna la interpretación pesimista. En esta interpretación podríamos incluir a los epicúreos y el budismo.
Se basa en la consideración de la apetencia general de placer o del amor, como carente de posibilidad de satisfacer al hombre.
Al considerar que el placer y la felicidad carecen de positividad, los reduce a la mera ausencia del dolor.
La felicidad solo existe cuando impedimos el deseo, evitamos enfrentamientos... Hacerme uno con la naturaleza, entendida esta como un cosmos estático y determinado.
La felicidad consiste en disolver la subjetividad. Eliminamos el dolor aniquilando al hombre, como ya comentábamos.

Es comprensible que el mundo occidental caracterizado hoy por una “tristeza sin esperanza” consecuencia de su alejamiento de Dios, de lo trascendente, busque en esta opción su “felicidad”, replegándose en la nada buscando ser nada.

Nietzsche por el contrario encarna la interpretación heroica. También afirma que la causa del dolor es la subjetividad sin correlación real. Pero proclama la superioridad energética de la subjetividad sobre las fuerzas cósmicas.
Mientras que el dolor no supere ciertas cotas si puede ser así, pero si se superan se rompe la unidad del yo, produciendo la disolución del ser humano y conduciéndole a la misantropía y al pesimismo. Afirmando el carácter omnipotente y absoluto del propio querer y se precipita a la locura.

La interpretación dialéctica considera que el dolor es un mal y que se debe de evitar a toda costa pero a su vez es un mal que resulta necesario para el incremento y la constitución del bien y por ello es en último término un bien.

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Conclusiones

En el sufrimiento ajeno solo cabe el mitigarlo. Encontrar un sentido al sufrimiento es un verdadero acto de solidaridad con el hombre que sufre.

Hay un sufrimiento que llamaremos vicario, que es el de alguien que no es culpable pero se sacrifica, padece por otros. Es el sufrimiento de la Pasión de Cristo y de los mártires.

Conseguir la aceptación del sufrimiento sin la ruptura de la personalidad hacer que la persona pueda amar y trabajar con el, sería la finalidad de una terapia. Para ello es importante la alegría, el sentido del humor, el arte. Afrontarlo así es un gran paso aprender a vivir con el. Es la anécdota del reo condenado a muerte que cuando es llevado a la horca comenta: “bonita manera de comenzar la semana”.

Nos encontramos pues que para que el dolor pueda ser comprendido como diferente del bien, como un mal y podamos descubrir que sentido tiene nos es necesario colocarnos en un plano lógico diferente del bien propio de la Naturaleza Humana, ya que en este plano se cae en contradicciones.

La Filosofía es por si sola incapaz de dar una interpretación sobre el dolor que sea comprensible. La Filosofía por si sola, tan solo es capaz de declarar que el dolor no tiene sentido, por eso, la única ciencia que trabaja en un plano lógico superior y que nos puede dar una explicación convincente al dolor es la Teología, ya que esta opera en el orden sobrenatural. Solo ella nos puede explicar el sufrimiento de la Naturaleza Humana.

El Pecado Original, la Gracia que eleva al orden sobrenatural y la Redención, escapan a la razón humana y por eso mismo son capaces de darnos un sentido al dolor.

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Pequeño análisis de un caso: El sufrimiento vicario de Jesucristo

...porque eres inocente y vas a morir por nosotros, que somos los únicos culpables...para qué...viviésemos al fin “ in libertatem gloriae filiorum Dei “, en la libertad y gloria de los hijos de Dios.

“ Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dice: mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo.
Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra y suplicaba así: Padre mío , si es posible, que pase de mi esta copa, pero que no sea como yo quiero , sino como quieras tu”. Mateo, 26 37-39.
“ Y alejándose de nuevo, por segunda vez oró así: Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad” Mateo , 26 42
Cristo obedeció a Dios Padre, su Padre, nuestro Padre, hasta la muerte y muerte de cruz. Obediente a sus padres “ bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos.” Lucas , 2 51.
También enseñó a sus padres a obedecer al orden en la obediencia “ ¿ No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre?” Lucas 2-49.

Voluntad ciertamente misteriosa , pero que nos pone violentamente, cara a cara, con el gran amor que Dios tiene al hombre, haciendo que un Dios encarnado, en carne humana sufra por él.
El cristiano, imitador de Cristo, seguidor de los pasos de su Maestro, ¿se extrañará si en su caminar aparece el sufrimiento? El convencimiento de que Dios es mi Padre y quiere lo mejor para mi, aunque no lo entienda, le hará clamar también : “ no se haga mi voluntad, sino la Tuya”.

...Pavor. Angustia. Tristeza hasta el punto de morir. Sudor como gotas espesas de sangre... Y los discípulos, tu y yo, dormidos por la tristeza.

¿Cómo debía de ser ese dolor de Cristo transformado en sufrimiento, que le lleva a sudar gotas de sangre? ¡Qué bien se refleja aquí la ruptura que el dolor produce en la psiquis. Cómo éste, el sufrimiento, ha pasado de los sentidos al alma, al yo, al espíritu, a la persona.!

“ Si alguno quiere venir en pos de mi, tome su cruz de cada día y sígame” Mateo 16-24.
Abrazar como Cristo, la cruz, el sufrimiento, aceptando, queriendo, amando la Voluntad divina, no es de extrañar que un cristiano, aún en el martirio, sea feliz, alegre por ser corredentor, ya que colabora a restaurar con Cristo la naturaleza humana, la creación, a su origen primitivo antes de que entrase, por el pecado original, el mal en el mundo.
“Y vi a las almas de los degollados por dar testimonio de Jesús y de la palabra de Dios”. Apocalipsis 20, 4

En el Gólgota tenemos los iconos de la actitud del hombre ante el sufrimiento:

Por una parte esta la actitud de Gestas, de rebelión, de rechazo, que conduce a la amargura y a la tristeza del espíritu y también al rechazo de Dios y con ello a la desesperanza.
Por otra esta la de Dimas, que la acepta, con resignación pero la acepta y esa actitud le lleva a reconocer a Dios en el Otro crucificado, le lleva a la esperanza, alegría y a la felicidad para siempre.

“ ¿Es que no temes a Dios , tu que sufres la misma condena? Y nosotros , con razón , porque nos hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho. Y decía: Jesús, acuérdate de mi cuando vengas con tu Reino. Jesús le dijo: Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.” Lucas 23, 40-43.

Esta es la respuesta, la esperanza del cristiano a la pregunta sobre el sentido del sufrimiento. Al morir y resucitar Jesús, el mismo Dios, bajo figura finita, destruye los efectos del pecado original y todos los personales, produciendo una nueva creación.

Dar sentido al sufrimiento es relativizarlo para que así pueda ser suprimido, al integrarlo en lo absoluto.
“Y enjugará toda lágrima de sus ojos; y no habrá ya muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor, porque todo lo anterior ya pasó”. Apocalipsis, 21 4

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Bibliografía
Tomás de Aquino, Summa Theologiae, q. 35 a 1.
Max Scheler, Revista de Occidente, Madrid 1941 tomo II, pp. 110-119
S. Agustín, Obras vol III, BAC, Madrid 1951, p. 509.
Max Scheler, El sentido del sufrimiento, en Amor y conocimiento, Ed. Sur, Buenos Aires, 1960, p. 69.




 

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