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Otras cuestiones bíblicas.
Escritores Actuales /DApice Gustavo Daniel

Por: Gustavo Daniel D´Apice | Fuente: Gustavo Daniel D´Apice

Algunas cuestiones bíblicas.

Ediciones ecuménicas.

Siguiendo el pedido del Concilio Vaticano II en el documento “Dei Verbum” (sobre la “Palabra de Dios”), hay ediciones ecuménicas de la Biblia, realizadas por exégetas católicos y evangélicos. La edición más común es “La Biblia de Estudio. Dios habla hoy”, editada por las Sociedades Bíblica Unidas, y que es vista con agrado por el Consejo Mundial de Iglesias Evangélicas y por la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM).

La versión conjunta del Nuevo Testamento se llama “Dios llega al hombre”.

La Biblia de estudio tiene abundantes notas, introducciones, mapas, cuadros, textos paralelos y concordancias. Viene con o sin los libros deuterocanónicos.

Complementos de ayuda bíblica.

Hay libros con los textos del día y pequeños o grandes comentarios exegéticos y/o espirituales. Los más conocidos en Argentina son los de los p. Rivas y Gergolet, para los días domingos, fiestas y solemnidades. También hay comentarios feriales, para todos los días del año.

Recordemos que la Iglesia católica, igual que la evangélica metodista, divide la lectura bíblica en los Ciclos Dominical y Ferial o diario.

A su vez. El ciclo dominical se divide en 3: Años A, B y C. En tres años, los domingos, se leen las partes más significativas de la Biblia.

El leccionario feria o cotidiano, va de lunes a sábado, y se divide en par e impar: En dos años, se leen, en los días de semana, las partes más significativas de la Biblia.

En las librerías cristianas, hay mapas y Atlas geográficos e históricos que son de gran ayuda para el estudio bíblico.

También existen Sinopsis de los tres primeros evangelios, ya que pueden leerse en columnas paralelas los textos que concuerdan entre sí por poseer fuentes comunes (sin-opsis: del latín, ver de un vistazo, de un solo golpe de vista).

Libros “apócrifos”.

Son libros del tiempo y estilo bíblicos, pero que no entraron en el canon, en la lista de libros inspirados.
Son importantes por su valor histórico y literario, y algunos hechos de la tradición cristiana se refieren a ellos.

Los más significativos del NT son los Evangelios a los Ebionitas, el de los Egipcios, el de los Hebreos, el de Tomás, el de Pedro, el Protoevangelio de Santiago y los Hechos de Pilato.

Como Apocalipsis apócrifos, tenemos los de Adán y Eva, el de Enoc, el de Moisés, el de Esdras.

Nombres:

Como vemos, tanto en los apócrifos como en los inspirados, se utilizaba la PSEUDONIMIA:

Colocar un seudónimo, un nombre de alguien conocido e importante al libro, para darle mayor fuerza y trascendencia.

Era un procedimiento muy utilizado en esos tiempos, y no denotaba falta de honestidad, como sería en la actualidad.

Concordancias, textos paralelos, notas, introducciones.

Las concordancias son textos que concuerdan entre sí.

Un texto más claro aclara otro más oscuro que se relaciona de alguna manera con él, y que puede estar en el mismo o en otro texto bíblico, ya sea del Antiguo o del Nuevo Testamento.

Los textos paralelos son idénticos por poseer la misma fuente y transmitirlas de la misma manera.

Las notas a pie de página aclaran los textos, pero no son inspiradas como el texto bíblico.

Tampoco son “inspirados” los títulos y subtítulos, ni las introducciones, concordancias y textos paralelos.

Todo esto ha sido colocado por los exegetas (especialistas de la Biblia) para facilitar su estudio y comprensión.

Lo mismo se puede decir de los capítulos y versículos, que fueron colocados recién en el siglo XVI, para facilitar la búsqueda y estudio de los textos, ya que habían sido escritos de corrido, sin títulos, subtítulos, capítulos ni versículos. Sólo el nombre bajo el cual figuraba el libro.

Tampoco, estas notas, son del “Magisterio de la Iglesia”, aunque deben estar de acuerdo con él para ser aprobados.

Divisiones.

La Biblia se divide en dos grandes bloques:

El Antiguo y el Nuevo Testamento.

Éstos, a su vez, en 4 partes cada uno: El AT contiene el Pentateuco, los libros históricos, los proféticos (4 mayores y 12 menores) y los sapienciales.

El NT contiene los Evangelios, los Hechos, las Cartas y el Apocalipsis.

Esperemos que algunos de estos elementos nos ayuden a acercarnos al libro más leído en la historia de la humanidad, y del que se conservan los manuscritos más cercanos al original.

Gustavo Daniel D´Apice – Profesor de Teología