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Rosario viviente
Escritores Actuales /Ramírez Mozqueda Alberto

Por: P. Alberto Ramírez |


Introducción

Como un nuevo Moisés que quiere introducir al pueblo hebreo a la tierra prometida, Juan Pablo II soñó desde el primer día de su pontificado, introducir a toda la humanidad en el milenio que ya se avecinaba. A Moisés no le fue concedido su deseo, en cambio al Papa felizmente reinante, le tocó en suerte introducir a los creyentes, a la Iglesia católica, e incluso al mundo entero a un milenio que nos ha traído grandes sorpresas desde sus primeros días. En la zozobra y en la inquietud que genera una nueva etapa en la historia, Juan Pablo II nos ha instado a mantener la confianza y la calma, pues no vamos a la deriva, sino guiados por Dios quien tiene la última palabra en el destino de nuestro mundo.

Juan Pablo II nos ha sorprendido a todos con muchos gestos a través de su pontificado, uno de los más largos en la historia de la Iglesia, que inspiran confianza y hacer volver los ojos a la figura luminosa de Cristo Jesús, Señor de los siglos y de la historia. Ha sido un amantísimo y fiel hijo de María. De ahí la convocación al Año del Rosario, de octubre del 2002 al día de hoy. También tenemos que mencionar la entrega de la Carta apostólica ROSARIUM VIRGINIS MARIE, firmada el 16 de octubre del año pasado, y otra sorpresa más, la inclusión de cinco nuevos misterios en los quince tradicionales.

Junto a los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos, los cristianos podrán ahora contemplar y meditar también los “misterios luminosos”, que harán que la mirada de los cristianos, mientras se entretienen en ir rezando las cuentas del Rosario de María tengan como centro de su meditación, precisamente a Cristo, el hijo de María, pero Hijo al mismo tiempo de Dios en quien él tiene puestas todas sus complacencias.

De esta manera, nuestro Rosario Viviente de este año, no puede tener otro enfoque, sino alegrarnos con María, contemplando a Cristo que en todos los momentos de su vida y en todos los acontecimientos se muestra como la Luz misma, que ilumina también todos los momentos de los cristianos en camino a la Luz que no se acaba y cuyo día no tiene ocaso.

Todo en Cristo es luz, en sus misterios gozosos, los de la infancia, los de su nacimiento, e indudablemente en los gloriosos, los de su Resurrección y Ascensión al cielo, e incluso los dolorosos, los de su pasión y su muerte, que nos hablan de algo tan nuestro como es el dolor, también ellos se nos convierten en misterios de luz, pues gracias a su Pasión y a su entrega, pudimos tener el perdón para nuestros pecados y la vida nueva de los hijos de Dios.

Pero es en su vida pública, donde el Divino Salvador se muestra como el que ilumina los pasos de los hombres, pues ahí se manifiesta como revelador definitivo de Dios al anunciar el Evangelio del Reino, como lámpara que brilla en las tinieblas y alumbra con singular fulgor las conciencias de los hombres.

Nuestra Diócesis se complace en presentar a todos ustedes en esta noche, para ayudarles en su oración, los MISTERIOS LUMINOSOS DEL SANTO ROSARIO, cerrando de esta manera, jubilosamente el Año del Rosario y poniendo en manos del Buen Padre Dios los frutos que ahora le entregamos.

Misterios de Luz

1. El bautismo de Nuestro Señor Jesucristo
2. Las bodas de Caná
3. El anuncio del Reino de Dios
4. La Transfiguración
5. La institución de la Eucaristía

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