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Domingo III de Cuaresma
Aprende a Orar /Liturgia de las Horas del Día

Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net

Sábado


Primeras Vísperas



INVOCACIÓN INICIAL


V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor date prisa en socorrerme.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en un principio, ahora y siempre,por los siglos de los siglos. Amén.


HIMNO

Insigne defensor de nuestra causa,
Señor y Salvador del pueblo humano,
acoge nuestras súplicas humildes,
perdona nuestras culpas y pecados.

El día con sus gozos y sus penas
pasó dejando huellas en el alma,
igual que nuestros pies en su camino
dejaron en el polvo sus pisadas.

No dejes de mirarnos en la noche,
dormida nuestra vida en su regazo;
vigila el campamento de los hombres,
camino de tu reino ya cercano.

Ahuyenta de tu pueblo la zozobra,
sé nube luminosa en el desierto,
sé fuerza recobrada en el descanso,
mañana y horizonte siempre abierto.

Bendice, Padre santo, la tarea
del pueblo caminante en la promesa;
llegados a Emaús, tu Hijo amado
nos parta el pan y el vino de la cena. Amén.


SALMODIA

Ant. 1
"Convertíos y creed la Buena Noticia", dice el Señor.


Salmo 112

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 1 "Convertios y creed la Buena Noticia", dice el Señor.

Ant. 2 Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.


Salmo 115

Tenía fe, aun cuando dije:
" ¡Qué desgraciado soy!"
Yo decía en mi apuro:
"Los hombres son unos mentirosos."

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de Ti. Jerusalén.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 2 Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.

Ant. 3 Nadie me quita la vida; yo mismo la entrego de mi propia voluntad, para volverla a tomar.


Cántico
Flp. 2, 6-11


Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se anonadó así mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre";
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. 3 Nadie me quita la vida; yo mismo la entrego de mi propia voluntad, para volverla a tomar.


LECTURA BREVE

2Co 6, 1-4a

Os exhortamos a que deis pruebas de no haber recibido en vano la gracia de Dios, pues dice él en la Escritura: "En el tiempo propicio te escuché, y te ayudé en el día de salvación." Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de salvación. A nadie queremos dar nunca motivo de escándalo, a fin de no hacer caer en descrédito nuestro ministerio, antes al contrario, queremos acreditarnos siempre en todo como verdaderos servidores de Dios.


RESPONSORIO BREVE

V. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
porque hemos pecado contra ti.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
porque hemos pecado contra ti.

V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos.
R. Porque hemos pecado contra ti.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
porque hemos pecado contra ti.


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant.
Ya hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Cántico de la Santísima Virgen María




PRECES


Glorifiquemos a Cristo, el Señor, que ha querido ser nuestro Maestro, nuestro ejemplo y nuestro hermano y supliquémosle diciendo:

Renueva, Señor, a tu pueblo



  • Cristo, hecho en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado, haz que nos alegremos con los que se alegran y sepamos llorar con los que están tristes,
    para que nuestro amor crezca y sea verdadero.
     
  • Concédenos saciar tu hambre en los hambrientos
    y tu sed en los sedientos.
     
  • Tú que resucitaste a Lázaro de la muerte,
    haz que, por la fe y la penitencia, los pecadores vuelvan a la vida cristiana.
     
  • Haz que todos, según el ejemplo de la Virgen María y de los santos,
    sigan con más diligencia y perfección tus enseñanzas.

    Se pueden añadir algunas intenciones libres


    Concédenos, Señor, que nuestros hermanos difuntos sean admitidos a la gloria de la resurrección y gocen eternamente de tu amor. Pidamos a nuestro Padre que nos dé la fuerza que necesitamos para no caer en la tentación: Padre Nuestro ...


    ORACIÓN

    Dios nuestro, fuente de toda bondad y misericordia, que nos otorgas un remedio para nuestros pecados por el ayuno, la oración y la limosna, recibe con agrado la confesión que te hacemos de nuestra debilidad y, ya que nos oprime el peso de nuestra culpas, levántanos con el auxilio de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


    CONCLUSIÓN

    V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
    R. Amén.



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    Laudes


    INVITATORIO


    V. Señor, abre mis labios.
    R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

    Ant Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."


    Salmo 94

    Venid, aclamemos al Señor,
    demos vítores a la Roca que nos salva;
    entremos a su presencia dándole gracias,
    aclamándolo con cantos.

    Porque el Señor es un Dios grande,
    soberano de todos los dioses:
    tiene en su mano las simas de la tierra,
    son suyas las cumbres de los montes.
    Suyo es el mar, porque él lo hizo,
    la tierra firme que modelaron sus manos.

    Venid, postrémonos por tierra,
    bendiciendo al Señor, creador nuestro.
    Porque él es nuestro Dios,
    y nosotros su pueblo,
    el rebaño que él guía.

    Ojalá escuchéis hoy su voz:
    "No endurezcáis el corazón como en Meribá,
    como el día de Masá en el desierto:
    cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
    y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras."

    Durante cuarenta años
    aquella generación me repugnó, y dije:
    "Es un pueblo de corazón extraviado,
    que no reconoce mi camino;
    por eso he jurado en mi cólera
    que no entrarán en mi descanso."

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén.


    HIMNO

    Oh sol de salvación, oh Jesucristo,
    alumbra lo más hondo de las almas,
    en tanto que la noche retrocede
    y el día sobre el mundo se levanta.

    Junto con este favorable tiempo
    danos ríos de lágrimas copiosas,
    para lavar el corazón que, ardiendo
    en jubilosa caridad, se inmola.

    La fuente que hasta ayer manó delitos
    ha de manar desde hoy perenne llanto,
    si con la vara de la penitencia
    el pecho empedernido es castigado.

    Ya se avecina el día, el día tuyo,
    volverá a florecer el universo;
    compartamos su gozo los que fuimos
    devueltos por tu mano a tus senderos.

    Oh Trinidad clemente, que te adoren
    tierra y cielo a tus pies arrodillados,
    y que nosotros, por tu gracia nuevos,
    cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén


    SALMODIA

    Ant. 1
    Tus mandatos, Señor, son fieles y seguros, más que la voz de aguas caudalosas


    Salmo 92

    El Señor reina vestido de majestad,
    el Señor, vestido y ceñido de poder:
    así está firme el orbe y no vacila.

    Tu trono está firme desde siempre,
    y tú eres eterno.

    Levantan los ríos, Señor,
    levantan los ríos su voz,
    levantan los ríos su fragor;

    pero más que la voz de aguas caudalosas,
    más potente que el oleaje del mar,
    más potente en el cielo es el Señor.

    Tus mandatos son fieles y seguros;
    la santidad es el adorno de tu casa,
    Señor, por días sin término.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en un principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén.


    Ant. 1 Tus mandatos, Señor, son fieles y seguros,más que la voz de aguas caudalosas.

    Ant. 2 Manantiales, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.


    Cántico
    Dn. 3, 57-88.56


    Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
    ensalzadlo con himnos por los siglos.

    Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
    cielos, bendecid al Señor.

    Aguas del espacio, bendecid al Señor;
    ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

    Sol y luna, bendecid al Señor;
    astros del cielo, bendecid al Señor.

    Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
    vientos todos, bendecid al Señor.

    Fuego y calor, bendecid al Señor;
    fríos y heladas, bendecid al Señor.

    Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
    témpanos y hielos, bendecid al Señor.

    Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
    noche y día, bendecid al Señor.

    Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
    rayos y nubes, bendecid al Señor.

    Bendiga la tierra al Señor,
    ensálcelo con himnos por los siglos.

    Montes y cumbres, bendecid al Señor;
    cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

    Manantiales, bendecid al Señor;
    mares y ríos bendecid al Señor.

    Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
    aves del cielo, bendecid al Señor.

    Fieras y ganados, bendecid al Señor,
    ensalzadlo con himnos por los siglos.

    Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
    bendiga Israel al Señor.

    Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
    siervos del Señor, bendecid al Señor.

    Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
    santos y humildes de corazón, bendecid al señor.

    Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor;
    ensalzadlo con himnos por los siglos.

    Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
    ensalcémoslo con himnos por los siglos.

    Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
    alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

    No se dice Gloria .

    Ant. 2 Manantiales, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos.

    Ant. 3 Reyes y pueblos del orbe, alabad al Señor.


    Salmo 148

    Alabad al Señor en el cielo,
    alabad al Señor en lo alto.

    Alabadlo todos sus ángeles,
    alabadlo todos su ejércitos,

    Alabadlo, sol y luna;
    alabadlo, estrellas lucientes.

    Alabadlo, espacios celestes,
    y aguas que cuelgan en el cielo.

    Alaben el nombre del Señor,
    porque él lo mandó, y existieron.

    Les dio consistencia perpetua
    y una ley que no pasará.

    Alabad al Señor en la tierra,
    cetáceos y abismos del mar.

    Rayos, granizo, nieve y bruma,
    viento huracanado que cumple sus órdenes.

    Montes y todas las sierras,
    árboles frutales y cedros.

    Fieras y animales domésticos,
    reptiles y pájaros que vuelan.

    Reyes y pueblos del orbe,
    príncipes y jefes del mundo.

    Los jóvenes y también las doncellas,
    los viejos junto con los niños.

    Alaben el nombre del Señor,
    el único nombre sublime.

    Su majestad sobre el cielo y la tierra;
    él acrece el vigor de su pueblo.

    Alabanza de todos sus fieles,
    de Israel, su pueblo escogido.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en un principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén.

    Ant. 3 Reyes y pueblos del orbe, alabad al Señor.


    LECTURA BREVE

    Ne 8, 9.10

    Este día está consagrado al Señor vuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis. No estéis tristes: la alegría del Señor es vuestra fortaleza.


    RESPONSORIO BREVE

    V. Cristo hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
    R. Cristo hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

    V. Tú que fuiste triturado por nuestros crímenes.
    R. Ten piedad de nosotros.

    V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R. Cristo hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.


    CÁNTICO EVANGÉLICO

    Ant.
    "Destruid este templo -dice el Señor- y yo lo levantaré en tres días"; esto lo decía refiriéndose al templo de su propio cuerpo.

    Cántico a Zacarías



    PRECES

    Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de salvación, acudamos, pues, a nuestro Redentor que nos concede estos días de perdón, y, bendiciéndole, digamos:

    Infúndenos, Señor, un espíritu nuevo.
     
  • Cristo, vida nuestra, tú que por el bautismo nos has sepultado místicamente contigo en la muerte, para que contigo también resucitemos,
    concédenos andar hoy en vida nueva.
     
  • Señor Jesús, tú que pasaste por el mundo haciendo el bien,
    haz que también nosotros seamos solícitos del bien de todos los hombres.
     
  • Ayúdanos, Señor, a trabajar concordes a la edificación de nuestra ciudad terrena,
    sin olvidar nunca tu reino eterno.
     
  • Tú, Señor, que eres médico de los cuerpos y de las almas,
    sana las dolencias de nuestro espíritu para que crezcamos cada día en santidad.

    Se pueden añadir algunas intenciones libres


    Ya que la fuerza para no caer en la tentación nos viene de Dios, acudamos al Padre, diciendo: Padre nuestro ...


    ORACIÓN

    Dios nuestro, fuente de toda bondad y misericordia, que nos otorgas un remedio para nuestros pecados por el ayuno, la oración y la limosna, recibe con agrado la confesión que te hacemos de nuestra debilidad y, ya que nos oprime el peso de nuestra culpas, levántanos con el auxilio de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


    CONCLUSIÓN

    V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
    R. Amén.

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    II Vísperas

    Oración de la Tarde



    INVOCACIÓN INICIAL


    V. Dios mío, ven en mi auxilio
    R. Señor date prisa en socorrerme.

    V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


    HIMNO

    Oh bondadoso Creador, escucha
    la voz de nuestras súplicas y el llanto
    que, mientras dura es sacrosanto ayuno
    de estos cuarenta días, derramamos.

    A ti, que escrutas nuestros corazones
    y que conoces todas sus flaquezas,
    nos dirigimos para suplicarte
    la gracia celestial de tu indulgencia.

    Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,
    pero estamos, al fin, arrepentidos,
    y te pedimos, por tu excelso nombre,
    que nos cures los males que sufrimos.

    Haz que, contigo y reconciliados,
    podamos dominar a nuestros cuerpos,
    y, llenos de tu amor y de tu gracia,
    no pequen ya los corazones nuestros.

    Oh Trinidad Santísima, concédenos,
    oh simplicísima Unidad, otórganos
    que los efectos de la penitencia
    de estos días nos sean provechosos. Amén.


    SALMODIA

    Ant. 1
    Señor, Dios todopoderoso, líbranos por la gloria de tu nombre y concédenos un espíritu de conversión.


    Salmo 109

    Oráculo del Señor a mi Señor:
    "Siéntate a mi derecha,
    y haré de tus enemigos
    estrados de tus pies."

    Desde Sión extenderá el Señor
    el poder de tu cetro:
    somete en la batalla a tus enemigos.

    "Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
    entre esplendores sagrados;
    yo mismo te engendre, como rocío,
    antes de la aurora."

    El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
    " tú eres sacerdote eterno
    según el rito Melquisedec."

    El Señor a tu derecha, el día de su ira,
    quebrantará a los reyes.

    En su camino beberá del torrente,
    por eso levantara la cabeza.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en un principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén.

    Ant. 1 Señor, Dios todopoderoso, líbranos por la gloria de tu nombre y concédenos un espíritu de conversión.

    Ant. 2 Nos rescataron a precio de sangre de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha.


    Salmo 110

    Doy gracias al Señor de todo corazón,
    en compañía de los rectos, en la asamblea.
    Grandes son las obras del Señor,
    dignas de estudio para los que las aman.

    Esplendor y belleza son su obra,
    su generosidad dura por siempre;
    ha hecho maravillas memorables,
    el Señor es piadoso y clemente.

    Él da alimento a sus fieles;
    recordando siempre su alianza;
    mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
    dándoles la heredad de los gentiles.

    Justicia y verdad son las obras de sus manos,
    todos sus preceptos merecen confianza:
    son estables para siempre jamás,
    se han de cumplir con verdad y rectitud.

    Envió la redención a su pueblo,
    ratificó para siempre su alianza,
    su nombre es sagrado y temible.

    Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
    tienen buen juicio los que lo practican;
    la alabanza del Señor dura por siempre.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en un principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén.

    Ant. 2 Nos rescataron a precio de sangre de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha.

    Ant. 3 Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores.

    Cántico
    1Pe 2, 21b-24


    Cristo padeció por nosotros,
    dejándonos un ejemplo
    para que sigamos sus huellas.

    Él no cometió pecado
    ni encontraron engaño en su boca;
    cuando le insultaban,
    no devolvía insulto;
    en su pasión no profería amenazas;
    al contrario,
    se ponía en manos del que juzga justamente.

    Cargado con nuestros pecados subió al leño,
    para que, muertos al pecado,
    vivamos para la justicia.
    Sus heridas nos han curado.

    Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    Como era en un principio, ahora y siempre,
    por los siglos de los siglos. Amén.

    Ant. 3 Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores.


    LECTURA BREVE

    1Co 9, 24-25

    Los atletas que corren en el estadio corren todos, pero uno sólo consigue el premio. Corred como él, para conseguirlo. Todo atleta se impone moderación en todas sus cosas. Ellos lo hacen para alcanzar una corona que se marchita; nosotros una que no se ha de marchitar jamás.


    RESPONSORIO BREVE

    V. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
    porque hemos pecado contra ti.
    R. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
    porque hemos pecado contra ti.

    V. Cristo oye los ruegos de los que te suplicamos.
    R. Porque hemos pecado contra ti.

    V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R. Escúchanos, Señor, y ten piedad,
    porque hemos pecado contra ti.


    CÁNTICO EVANGÉLICO

    Ant.
    Dice el Señor: "El que beba del agua que yo le dé no tendrá ya sed jamás."

    Cántico de la Santísima Virgen María



    PRECES


    Demos gloria y alabanza a Dios Padre que, por medio de su Hijo, la Palabra encarnada, nos hace renacer de un germen incorruptible y eterno, y supliquémosle, diciendo:

    Señor, ten piedad de tu pueblo
     
  • Escucha, Dios de misericordia, la oración que te presentamos en favor de tu pueblo
    y concede a tus fieles desear tu palabra más que el alimento del cuerpo.
     
  • Enséñanos a amar de verdad y sin discriminación a nuestros hermanos y a los hombres de todas las razas,
    y a trabajar por su bien y por la concordia mutua.
     
  • Pon tus ojos en los catecúmenos que se preparan para el bautismo
    y haz de ellos piedras vivas y templo espiritual en tu honor.
     
  • Tú que por la predicación de Jonás exhortaste a los ninivitas a la penitencia,
    has que tu palabra llame a los pecadores a la conversión.

    Se pueden añadir algunas intenciones libres


    Haz que los moribundos esperen confiadamente el encuentro con Cristo, su juez, y gocen eternamente de tu presencia.

    Unidos fraternalmente, dirijamos al Padre nuestra oración común: Padre Nuestro ...


    ORACIÓN

    Dios nuestro, fuente de toda bondad y misericordia, que nos otorgas un remedio para nuestros pecados por el ayuno, la oración y la limosna, recibe con agrado la confesión que te hacemos de nuestra debilidad y, ya que nos oprime el peso de nuestra culpas, levántanos con el auxilio de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


    CONCLUSIÓN

    V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
    R. Amén.