.
Trascendencia y Espiritualidad del Hombre
Bioética y pastoral de la vida /Dginidad de la persona

Por: Resumen hecho por alumnos | Fuente: El hombre espíritu encarnado del P Ramón Lucas Lucas

Capítulo X

• En la antropología filosófica contemporánea existen diversas interpretaciones y respuestas a estas preguntas fundamentales: ¿Quién es el hombre? ¿quién soy yo? ¿cuál es el sentido de la existencia humana?

• Cada hombre es persona individual, única respecto a los demás. El cuerpo pertenece realmente al hombre y participa de toda la realización de su existencia. Por el cuerpo, cada hombre participa de la materia y se inserta en el proceso generador que lo une a sus padres; pertenece a la especie animal y a la misma materia. De esta constatación, del conocimiento que el cuerpo participa de todas las expresiones de la vida humana, surge el problema del materialismo. Se presenta como la absolutización de una característica real del hombre: el ser en el mundo.

I. Interpretación materilista del hombre

1. Materialismo marxista


Convicción de que la materia es la raíz última de toda la realidad, de toda la expresión humana.
Sustituye el espíritu por la materia.
La esencia del hombre es su capacidad real de transformar el mundo, mediante el trabajo.
La religión es el opio del pueblo.

2. Materialismo humanista:

Los valores y los bienes materiales deben servir para la realización de un ideal de justicia, libertad, fraternidad, humanización del hombre por el hombre.
El hombre es capaz de crear estos valores humanos partiendo de un sustrato material.
El hombre está llamado a ser autosuficiente, a prescindir de la trascendencia.

3. Materialismo del bienestar económico

También llamado materialismo práctico o ético.
Visión práctica de la vida que atribuye excesiva o exclusiva importancia a los valores del cuerpo: bebida, comida, ropa, casa, coches, dinero, poco sufrimiento.
Comporta un modo de existir basado en lo inmediato, para construir una sociedad del bienestar y los bienes materiales.

4. Materialismo psicoanalítico:
Toda la vida psíquica no es más que el reflejo de los procesos de orden corpóreo y material.
Para Freud, el hecho fundamental de cada hombre es la libido sexual: fuerza que anima y produce todas las dimensiones de la vida humana.
Reduce al hombre a instinto.
Interpretación materialista del hombre.

II. Caraterísticas generales del materialismo


1. Cientificismo: No existe más verdad que la alcanzada por las ciencias, y no hay más realidad que la proporcionada por los métodos científicos.
2. Ateísmo: Niegan la creación, inmortalidad, trascendencia y a Dios.
3. Dogmatismo: Absolutización de la dimensión material y mundana y negación de las demás dimensiones del hombre.

III. Insuficiencia de las interpretaciones materialísticas del hombre

El hombre pertenece realmente al mundo material. Las condiciones materiales influyen realmente en las manifestaciones superiores de la existencia humana. Cierto bienestar material es necesario para realizar una existencia más libre. Los materialismos analizados poseen un acentuado sentido de justicia y sincera voluntad de humanización

El materialismo es insuficiente e inaceptable como interpretación última y exhaustiva del hombre, porque pretende reducir toda la riqueza del hombre a las solas dimensiones corporales y materiales.

1. El carácter cientificista.-
Desecha la trascendencia del hombre como incompatible con las ciencias. Es verdadero y real sólo aquello que se puede medir y verificar empíricamente.

2. El carácter dogmático y ateo.-
La idea de espíritu y de Dios son producto de la ignorancia. No hay una ley trascendente a la cual referirse para definir lo que está bien y lo que está mal. El hombre vale porque consume productos y genera otros.

IV. Trascencencia y espiritualidad del hombre

La trascendencia es la estructura fundamental del hombre, es lo que en una palabra se llama espiritualidad.
El hombre es espíritu, vive su vida en continua apertura hacia el Absoluto.

1. Diversas interpretaciones de trascendencia:
• Egocéntrica
• Filantrópica
• Teocéntrica

2. Espiritualidad y trascendencia teocéntrica como parte integrante de la constitución fundamental del hombre

El hombre no es un ente más entre los otros entes, porque tiene la reditio completa, es decir, la capacidad de abstracción, captar lo universal en lo particular. El hombre es espiritual porque capta lo limitado en el horizonte de lo ilimitado, en la apertura al ser. La apertura del hombre a Dios es la constitución fundamental del hombre.

El hombre posee la reditio completa y puede percibir lo general en lo particular porque tiene la capacidad de abstracción, la posibilidad de separar la esencia del individuo particular en el que se encuentra y aplicarla a otros individuos. La abstracción es el conocimiento de la ilimitación de la esencia dada en un individuo determinado.

El hombre es espiritual porque en el mismo acto con que percibe la limitación de los objetos sensibles particulares capta ya la ilimitación de la esencia. Capta lo particular a la vez que lo trasciende para poder captar el todo. Esta apertura, esta trascendencia es lo que hace posible el concepto universal y la abstracción.

La apertura es la capacidad que el espíritu humano tiene por naturaleza de moverse dinámicamente hacia la ilimitada extensión de los objetos posibles. Los capta siempre como objetos limitados que no agotan la ilimitación del horizonte.
 
La ilimitada extensión y el objeto de la trascendencia es el ser ilimitado que incluye todos los objetos posibles; el conocimiento del objeto particular se realiza en el horizonte del ser ilimitado y el objeto particular, considerado limitadamente, implica la presencia del ser ilimitado en sí.

El ser ilimitado en sí mismo, es el SER ABSOLUTO: DIOS. Por tanto, el objeto de la trascendencia es Dios, y el hombre se halla constitutivamente abierto a El. Dios es el ente que posee el ser de modo absoluto. El es el SER.

En cualquier conocimiento y acción del hombre está presente la apertura al ser en cuanto tal. La apertura al ser forma parte de la estructura fundamental del hombre: lo que llamamos espiritualidad.

Es la condición que hace que el hombre sea lo que es, su apertura en sí misma es intrínseca.

La trascendencia pone de manifiesto que el hombre es un ser espiritual, y no puede reducirse a la materia.
La espiritualidad del hombre indica una apertura a otro Tú, a otras personas, esta apertura constituye fundamentalmente el ser del hombre.  Un ser que existe en sí mismo y está abierto al SER ABSOLUTO.

La afirmación de Dios es la explicitación crítica de la trascendencia y espiritualidad del hombre y de su origen creado. Todos los aspectos de la trascendencia del hombre son signos de la existencia de un Dios creador que está en el centro de la existencia humana como origen y destino.

La espiritualidad humana conduce hacia Dios.

Características del ser espiritual del hombre:
Unidad, Identidad, Finitud, Temporalidad, Conciencia, Libertad, Espiritualidad y Trascendencia

El hombre está encarnado, la corporeidad es parte integrante de su esencia espiritual. El hombre es hombre, hay siempre una animalidad en su espiritualidad y una espiritualidad en su animalidad

Si desea consultar el material completo

Antropología filosófica: índice