Dios nos da la posibilidad de que el dolor tenga un sentido y pueda convertirse en algo maravilloso.
La enfermedad, el sufrimiento, el dolor son un misterio hay que acercarnos a él sabiendo que después de muchas explicaciones el misterio seguirá estando ahí hasta que el mundo acabe. Estas realidades nos muestran nuestra impotencia, límite, finitud y anuncian nuestro destino final en esta tierra: la muerte.
El dolor en sí mismo es difícil de aceptar muy difícil, pero lo que se puede sacar del dolor; y aquello en lo que el dolor puede acabar convirtiéndose, con la gracia de Dios, pueden llegar a ser maravillosos.
Con esta campaña queremos ofrecerte la posibilidad de que tu aflicción tengan un sentido, llegue a dar frutos extraordinarios para que no tengas que arrepentirte de no haber dado todo el amor que eras capaz en estas circunstancias, porque también en la enfermedad, en el dolor y el sufrimiento se puede amar con un amor profundo como Cristo lo hizo desde la cruz por el cual nos redimió y al cual nos ha unido íntimamente.
La verdadera enfermedad del mundo es la falta de amor, el egoísmo. ¡Dale un sentido a tu enfermedad, ofrécela por alguien que necesite de tu ayuda! Tienes en tus manos esta opción de conseguir que tu propio dolor y el de tu prójimo se conviertan en algo grande y redentor.