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Superar la crisis a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia
El cardenal Rouco afirma que “es imposible pensar en superar la crisis en un clima socio-cultural en que se cuestiona el derecho a la vida, la familia o la educación”


Por: . | Fuente: An?sis Digital





El arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Antonio María Rouco Varela, pronunció una magistral conferencia sobre la doctrina social y la crisis económica, en el marco del curso “Economía y persona en tiempos de crisis” de la Universidad Rey Juan Carlos en Aranjuez, donde afirmó que “no hay orden político que resista el quebrantamiento de las leyes morales”


Partiendo de la necesidad de la ética filosófica y la ética teológica –además de las ciencias humanas- para superar la crisis, el cardenal Rouco reconoció la importancia de analizar la problemática específica de la crisis en España. Así, ilustró a los ponentes con soluciones reales para hacer frente a la crisis. Según explicó, el origen de este dramático estado radica en una crisis financiera que comenzó el pasado verano y que condujo a una crisis en el sector empresarial. A su vez, provocó también la escasez de empleo y la pérdida masiva de puestos de trabajo, fenómeno que conocemos como paro.

El cardenal Rouco recordó cómo la autoridad política, en la mayoría de los casos, intervino en las entidades financieras contrayendo deuda pública. Sin embargo, a su juicio, se deben dar “posibilidades realistas para solucionarla”. “La técnica, -agregó- tal y como se está presentando, no es una fórmula suficiente para superar la crisis”.

Doctrina social de la Iglesia: historia y presente

Para el cardenal, la Doctrina social de la Iglesia presenta una “novedad metodológica” en la historia moderna de la Iglesia que demuestra “la vivencia y permanente actualidad de la Iglesia”. “La Doctrina social de la Iglesia –dijo- propone principios de reflexión, extrae criterios de juicio y da orientaciones para la acción en el campo de la problemática social”.

En este sentido, apuntó que “el fondo y trasfondo de la Doctrina de la Iglesia es la propuesta de la caridad que empapa la propuesta de existencia social”. “Las demás virtudes sociales se superan con la fuerza del amor de Cristo”.

“Es curioso observar –manifestó- que la Iglesia nunca separa los problemas económicos de los problemas de la familia, ofrece luz para entenderlos y resolverlos”. Así, la relación matrimonio-familia, la autoridad pública, la educación… han sido desgranados desde la perspectiva de la naturaleza del hombre por los sucesores Pontífices.

Haciendo un repaso por los siglos XIX y XX, el cardenal destacó la “Rerum novarum” de León XIII donde se plantean los fundamentos éticos de la sociedad o las relaciones Iglesia-Estado. También, Pío XI da una respuesta al fascismo en “Quadragesimo Anno” y analiza la crisis del Estado liberal al tiempo que avanza en el estudio de la cuestión social del trabajo y Juan XXIII en “Mater et Magistra”, estudia los principios de la ética política.

El Concilio Vaticano II aborda la problemática del matrimonio y familia, la vida económica y social, el fomento de la paz. “Cristalizaba –dijo- casi un siglo de magisterio pontificio”.

Ya en 1967, Pablo VI publicó la “Populorum progressio” sobre el desarrollo de los pueblos y Juan Pablo II en su magisterio aborda en una profundidad teológica el matrimonio y la familia, la moral, la vida en “Evangelium vitae”, nuevas perspectivas tras la caída del Comunismo... Dicho esto, el cardenal aseguró que “hoy la Doctrina social de la Iglesia vuelve a ser actualidad y el magisterio de Benedicto XVI lo ha puesto de manifiesto”.

Superación de la crisis a la luz de la DSI

Según explicó, la crisis financiera “no se explica de manera suficiente por fallos del sistema que regula y vertebra la vida económica, sino por fallos humanos, conductas de personas que han traspasado líneas de comportamiento moral mínimamente exigido y que son atribuibles a agentes cualificados y responsables financieros de los mercados”. “No hay –declaró- orden político que resista el quebrantamiento de las leyes morales”. “El humanismo que excluye a Dios es inhumano", añadió.

A este propósito, argumentó que “no hay crisis que no pueda ser superada con una actuación responsable pues las crisis pueden y deben ser superadas”. “La crisis económica se supera aplicando justicia y caridad”, agregó para afirmar a continuación que las medidas económicas "hay que integrarlas en torno al matrimonio, la familia y la educación". “¿Cómo se puede pensar en superar esta crisis en un clima socio-cultural en que se cuestiona el derecho a la vida, la familia, la crisis del sistema educativo…? Es –respondió- imposible”.

Para poder superarla, abogó por la renovación ética de toda la vida social pues no sólo son necesarias medidas políticas sino que “todos somos necesarios para superar la crisis”.

Finalmente, propuso una serie de medidas concretas como la regulación del derecho al trabajo, la superación de la pobreza, el derecho a la alimentación y al agua, equilibrar la ética de derechos con la ética de deberes, promover políticas que favorezcan la integridad de las familias, el cuidado del medio ambiente y el no abuso de energías y bienes naturales…

Poderes públicos ‘justos y generosos’

A preguntas de los periodista antes de pronunciar su conferencia, el cardenal Rouco incidió en que “si no hay una disponibilidad para ser justo, caritativo, entregado y generoso, no se sale de esta crisis". Tal y como explicó, si el hombre "no se sacrifica por nada en la vida", tampoco lo va a hacer a la hora de distribuir bienes, y así, afirmó, "no hay mercado que se resista". Para el cardenal arzobispo de Madrid la crisis no tiene que ver sólo con fallos técnicos y estructurales, sino que responde a fallos "de fondo", de la "ética personal" y de "conciencia", por lo que "hay que entrar en lo más hondo del hombre" para comprenderla y salir de ella.

Lo más grave de la crisis económica, añadió, es el efecto que ha producido en el mercado de trabajo y por eso ha pedido que "se cuide" el proceso de distribución de los bienes para que se conviertan en productos "empresarialmente fecundos" a la hora de crear empleo. "Hay que preguntarse por las razones más hondas que explican la crisis y fijarse en quien más la sufre para superarla",
 







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